La mayoría de los 9 mil 468 habitantes de la comisaría Félix Gómez, en Pitiquito, Sonora, huyeron del narco, solo quedaban 7, pero les acaban de secuestrar a Manuel Octavio Velázquez Bojórquez, jefe de familia, nadie sabe su tragedia, porque están al pendientes de elegir Presidente o Presidenta de la República, Diputados federales y senadores, 22 legisladores de mayoría relativa, 405 regidurías, 43 alcaldes, 57 sindicaturas y 14 diputados de representación proporcional.

Allí en la tierra de Joaquín El Chapo Guzmán Loera, que tuvo en un puño a nuestro país, sus Chapitos que hincaron al presidente Andrés Manuel López Obrador y asustaron a los meros meros de la Secretaría de la Defensa Nacional, se oye el llanto y la voz de una mujer en un video desgarrador, mientras muestra las calles vacías de su pueblo.

Es un panorama de calles desiertas y casas cerradas, bajo el sol del desierto. La voz explica que el 9 de abril un hombre de 62 años, Manuel, fue sacado violentamente de su domicilio por un grupo armado y nadie ha vuelto a verlo:

“Aquí no vienen las autoridades, nadie ayuda”.

Justo allí en ciudad Félix Gómez nadie queda. Solo esa familia, cuya mujer explica con voz quebrada:

“No nos podemos ir sin él… Volteen para acá, también existimos”…

Sucedió que hace unos días, sicarios a bordo de monstruos, con ropa paramilitar, chalecos antibalas, bazucas, potentes ametralladoras, arrasaron con el pueblo.

Asaltaron las casas por muy humildes que sean, una a una, destrozaron las puertas, las ventanas, los techos, saquearon las tiendas. La gente se fue, llenos de miedo y solo con lo que traían puesto, bajo el llanto de las madres que abrazaban hasta casi asfixiar a sus críos.

Varios días después, la Guardia Nacional detuvo a seis integrantes del grupo criminal, que se habían atrincherado en algunas casas, con un buen botín de cerveza, tequila, mezcal de sabores. Tenían armas largas, una ametralladora, varios cargadores.

Pero Manuel sigue sin aparecer y la comisaría Félix Gómez es uno más de los pueblos fantasma de Sonora, ubicada en una parte del desierto en donde el control territorial lo tienen los narcos.

Como lo mismo ocurre con las ciudadedes de Tubutama, Trincheras, Sáric, Altar, Oquitoa, Átil, Caborca y Sonoyta, Pitiquito forma parte de los municipios asolados por el crimen, como una forma de controlar el tráfico humano, de drogas y de armas, donde ni Dios puede ayudarlos.

Para que se den una idea, los propios criminales difunden imágenes aterradoras de lo que ocurre en esa parte de Sonora, porque muchos periodistas fueron desplazados y otros se han visto obligados a guardar silencio, la confianza está acabada en todo.

A principios de año, la alcaldesa de Pitiquito, Janeth Mazón García, llamó a la población a resguardarse en sus domicilios “y a contenerse de salir a la calle en horarios nocturnos”, como ocurre en Matamoros, Tamaulipas.

Hace dos años, los alcaldes de Pitiquito y Caborca enviaron una carta al presidente Andrés Manuel López Obrador para advertirle de la situación que se vivía en los pueblos del desierto y solicitar su ayuda:

“El constante sonido de las detonaciones llena de pánico a la población en general”, redactaron.

El Gobierno Federal aumentó la presencia militar, pero la gente comenzó a irse, luego, los alcaldes se quejaron de una falta de estrategia y peor se puso, cuando la Cruz Roja anunció en un comunicado que suspendería servicios en Caborca y Pitiquito.

Todo pasó porque un grupo de paramédicos, que iba a atender a los heridos de un enfrentamiento, fueron perseguidos por sicarios con ametralladoras y despojados de su unidad, nadie dijo que fueron golpeados, recostados en el piso y con el cañón del arma en la nuca.

Para fines de noviembre de 2023, muchos pueblos se habían quedado sin policías, ni médicos, ni maestros, ni comerciantes. En Átil, el único policía que seguía activo renunció a fines de 2023. El médico y la enfermera que atendían el único centro de salud, no se presentaron más. En Sásabe, poblado de Sáric, la mayor parte de la población huyó a Estados Unidos.

Enseguida la voz desgarradora, del video subido a las redes sociales y que se ha vuelto viral dice:

“No queremos culpables, solo queremos que nos lo regresen vivo o muerto a Manuel… solo queremos a nuestro familiar de regreso”.

La mujer, le dice llorando al gobernador Alfonso Durazo, que grabó el video en las calles desiertas de la comisaría Félix Gómez:

“La Chapiza y sus rivales avanzan, a sangre y fuego, y el gobernador no está”.

En el estado donde ocurrieron cerca de mil 500 homicidios en 2023, Alfonso Durazo, atiende las próximas elecciones, como presidente del Comité Nacional de Morena.

Es brutal el video tomado en Pitiquito. Las casas están vacías, la familia habita la ciudad, están solos, solo son seis personas, esperando que Manuel regrese, pero el país está inmerso en las elecciones, son más importantes los presidentes, senadores y diputados federales y locales.

EN PITIQUITO, SONORA, SOLO QUEDAN SEIS DE 9 MIL 468 HABITANTES, EL NARCO LOS EXTERMINÓ… (1/3) pic.twitter.com/17dIivZTUN

— Revista Vertical (@RevistaVertica1) April 18, 2024