Director General: Julio Alberto Rubio Pérez

RESCATISTAS AJENOS A CURSOS Y SIMULACROS, SALVAN LA VIDA DE BRAULIO Y SU YERNO JOSÉ QUE SE AHOGABAN EN EL MAR…

Oscar TreviñoJr. - 19 abril, 2022

Alucinado Braulio Martínez, de 45 años, retó a Aquaman, se metió a sus dominios, pero cuando batallaba por mantenerse a […]

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Alucinado Braulio Martínez, de 45 años, retó a Aquaman, se metió a sus dominios, pero cuando batallaba por mantenerse a flote, fue al rescate su yerno José de Jesús Mendoza Torres de 18 años, cuando ambos comenzaron a ahogarse, los salvó un operador y su ayudante de la Banana acuática en playa Bagdad.

La historia ocurrida en el mar el Sábado Santo, solamente puso al descubierto, el miedo y la falta de coordinación entre los rescatistas de la Marina, Protección Civil, que permitieron a una comerciante que renta mesabancos, sillas y camastros, que se hiciera pasar por uno de sus compañeros.

La comerciante entre el personal de rescate acuático, puso de nervios a la esposa de Braulio asegurándole que ya estaba ahogado y evitara dar declaraciones en ese momento, a los medios de comunicación.

En minutos apremiantes, los rescatistas de la Cruz Roja situados estratégicamente, estaban indispuestos para intervenir al igual que los elementos de la Policía Estatal, colocados en patrullas a la entrada a la playa y otros oficiales viendo chicas y tomándoles fotos con su celular en traje de baño, a la orilla del mar.

Por si fuera poco, cuando el rescatista de una ambulancia de la Cruz Roja intentó maniobrar por el estacionamiento rentado para acampar en el balneario, la bloqueó una camioneta de Autopartes Orduña, en apoyo a la ciudadanía, dificultando su salida, porque el chofer dejó pegadas las llaves de encendido, mientras estaba en la playa estorbando en las maniobras de resucitación.

Todo comenzó el 16 de abril, pasaditas las 16:00 horas, después de la coronación de la Reina del Mar Yuli Flores 2022, a la que asistieron como 30 vacacionistas para vitorearla, en tanto la gente que acampaba en el estacionamiento, frente a los baños sanitarios del municipio, comenzaron a gritar alarmados:

¡Hay un ahogado!, ¡un ahogado!

Segundos después, violentamente se detuvo una ambulancia de la Cruz Roja, ni llevaba sirena abierta, ni luces preventivas, nada, solo bajaron dos paramédicos corriendo con una camilla desplegable, sorteando un camellón, gente que se hacía a un lado para evitar el empellón.

Justamente en la playa, área exclusiva para peatones, donde está prohibida la circulación de todos los vehículos de fuerza motriz, un marino salía del mar llevando en hombros a uno de los rescatados, mientras dos elementos de la Banana los veían en silencio.

En tanto un vehículo particular, del que ya decían bañistas y testigos era de Hernández, coordinador de Protección Civil, estaba a la arena, a un lado de uno de los cuerpos, al que daban primeros auxilios, entre 4 rescatistas, a los que se les unieron dos más.

Los rescatistas se estorbaban unos a otros antes de levantar a Braulio en la camilla, únicamente uno de ellos hacía maniobras manuales, sin equipo especial, luego lo llevaron rápido a la ambulancia para trasladarlo al Hospital General.

Enseguida trasladaron a José a la ambulancia, pero mientras maniobraban, la comerciante de la playa Bagdad, que renta mesabancos, sillas y camastros, que se hacía pasar como de Protección Civil preguntó a los paramédicos.

-¿Llévense a señora madre del muchacho?

-¿Po’s no que ya se había ido en la otra ambulancia?

-No, es que no cabía, porque la ambulancia llevaba muchas cosas.

-¿Esta alterada, nerviosa?

-No está bien -insistió la comerciante de la playa Bagdad, que renta mesabancos, sillas y camastros-.

La señora fue colocada en la parte delantera de la ambulancia, junto con el copiloto y piloto de la Cruz Roja, pero antes de partir tuvieron que quitar el vehículo, de apoyo a la ciudadanía de autopartes Orduña que obstruía el pasó.

Fue entonces que entre bañistas vecinos de Los Aquamanes, los vendedores de paletas, pico de gallo de frutas, que para evitar problemas nos dijeron fuera de cámaras:

“Todo empezó porque el más jovencito (José), le presumía al más adulto (Braulio) que a veces le decía suegro, según el comic Aquaman era el rey de los mares y que era más chingón que todos, hasta que Poseidón.

Entre ambos (según los testigos) estaban fumando mariguana, justamente en la zona familiar, pero ningún marino, ni policía a pie, circulaban por ese lugar, por eso niños y familias, lo único que hacían era ni juntarse con ellos.

El caso es que Braulio le dijo a su yerno después de levantar la voz:

-A mí, Aquaman me pela los dientes, me voy a meter a sus dominios para que veas que soy más chingón.

-Ay te lo haiga -le contestó-.

Por eso Braulio, se levantó de la arena mojada y así medio trastabillando comenzó a meterse al mar, se fue caminando, luego ya empezó a mover los pies entre el agua y nadaba.

A veces Braulio hacía señales que estaba bien adentro del mar, pero luego comenzó a agitar ambas manos, se hundía y salía, por eso José tal vez en una tirada profunda, pensó que a su suegro, Aquaman lo estaba ahogando y corrió hacia las olas para intentar un rápido rescate.

La gente que estaba en la orilla de la playa se dio cuenta de la situación y un joven alertó a un marino, que una persona se estaba ahogando y recibieron como contestación:

-¡Es que no sé nada!

-¿Oiga usted es Marino, no sabe nadar?

Para entonces recibir un rotundo:

-¡No!

A José se le acabaron las fuerzas al escuchar el canto de las sirenas. Todo estaba en contra, pero en eso los de la Banana acuática aparecieron, fueron a su rescate.

En la maniobra entre el agua, con el bote inflado y remolcado por la lancha de motor, le dio un golpe en la cabeza a José, sin embargo, ambos fueron rescatados y colocados en la zona donde los turistas se sientan para disfrutar del paseo:

-¡Agárrense guey!

Así, Braulio y José se pescaron con todo, hasta mordían el plástico, antes de ponerlo en la orilla y que uno de los marinos lo levantara en vilo para llevarlo a la playita, ante la vista expectante de muchos curiosos.

Por eso ambos estaban en la orilla de la playa, pero viendo el supervisor de Protección Civil que las ambulancias de la Cruz Roja tardaban en llegar, tomó su camioneta que obstruía el paso a la zona familiar y fue a su lado.

Según contó el jefe Hernández de Protección Civil, se desesperó porque en la radio nunca escuchó las voces por radiofrecuencia de los paramédicos y pensando que nunca llegaría, decidió actuar por su cuenta para él mismo hacer el traslado al Hospital General de Matamoros.

Una parte de los curiosos que llegaron al momento de las maniobras de primeros auxilios comentaron:

“Irá otra vez atropellaron a dos personas en la zona de familiar de la playa, nunca van a entender” -porque a un lado estaba la camioneta particular-, claro a simple vista parecía, pero nada, se trataba de un rescate.

A lo lejos preguntamos el nombre o apodo de los rescatistas, pero como personas de ayer desinteresadamente respondieron entre el oleaje:

-Déjelo así señor, hicimos nuestro trabajo y ya.

Tanto Braulio como José recibieron atención médica ya fueron declarados fuera de peligro y al otro día, dados de alta para que se pudieran retirar a su casa en el Fraccionamiento Residencial Las Brisas y todo quedara en el anecdotario, que suegro y yerno se enfrentaron a Aquaman en sus mismos dominios y la libraron.

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