Director General: Julio Alberto Rubio Pérez

HUBO OTRA MUERTE EN LA POLAR, PERO LA FISCALÍA CONGELÓ CARPETA DE INVESTIGACIÓN…

Oscar TreviñoJr. - 11 enero, 2023

Una llave china que provocó el homicidio de Antonio Toño Monrroy Jiménez, desató […]

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Una llave china que provocó el homicidio de Antonio Toño Monrroy Jiménez, desató una ola de denuncias entre los clientes contra el personal del restaurante bar La Polar, por redes sociales, como el mesero y cocinero, Fernando Jiménez Espinoza, La Vaca, que al desplomarse el elevador del local, lo aplastó amputándole una pierna y un brazo hasta que murió en enero de 2022, caso que el fiscal tiene congelado:

“A veces no duermo pensando, por qué le sucedió a él. Lo sigo extrañando“, relató sollozando la madre de Fernando, porque perder un hijo es imborrable, que según su denuncia, Maritrini dueña de La Polar, encubrió el accidente y al Ministerio Público alguien lo protege.

La afligida señora acompañanda por su hija Mónica entrevistadas por los reporteros de Aristegui Noticias, relataron que todo ocurrió el 5 de diciembre de 2021, cuando un elevador montacargas con poco mantenimiento se desplomó, cayó encima de Fernando que llevaba 15 años trabajando como cocinero y mesero en La Polar.

Mónica intervino mientras confortaba a su mamá:

“Después del accidente se llevaron a mi hermano Fernando al hospital, pero sus propios compañeros, limpiaron la sangre y mandaron reparar el elevador antes de que llegara el MP a investigar”.

Fernando estaba moribundo, sin tener seguro de gastos médicos por La Polar, tuvo que ser trasladado a tres hospitales privados, en dos de los cuales le amputaron la pierna y luego el brazo, ambos izquierdos.

Fue en el primero de estos hospitales, el Sanatorio San Agustín ubicado en Ermita Iztapalapa, Ciudad de México, que el contador de La Polar llegó para amenazar a la madre de Fernando:

“Me dijo que si decía la verdad, la empresa me iba a quitar la ayuda del hospital y no pagarían nada, que mejor me callara”.

Fernando inició como ayudante de cocina en La Polar y tres lustros después obtuvo un puesto doble: cocinero y mesero. Este cargo lo ocupó hasta el día de su muerte: tenía 33 años de edad.

Desde que Fernando entró a trabajar lo abusaban laboralmente, como era menor de edad, lo obligaban a hacer jornadas de más de 12 horas por un salario mínimo, entraba a las siete de la mañana y salía hasta las ocho de la noche, pero con las propinas que le daban los clientes por hacendoso como era, completaba.

Dentro de La Polar, también Fernando estaba advertido por la gerencia, de que si un cliente se iba sin pagar, el mesero encargado tenía que cubrir la cuenta con su salario.

Tanto Mónica como su mamá coinciden en que el día del accidente, un cliente que atendía Fernando, se fue sin pagar la cuenta, fue tras él cortando camino por debajo del elevador-montacargas, pero en ese momento el ascensor cayó con todo su peso:

“El elevador ya había fallado antes. Hasta hay videos en que se escucha como está tronando, pero la empresa nunca lo reparó”, acusa Mónica y agregó que los trabajadores de la empresa, rápidamente se llevaron a Fernando a un hospital privado.

Antes de que las autoridades capitalinas llegaran al lugar de los hechos, los empleados de La Polar, limpiaron y alteraron la escena. Además, mandaron llamar a un técnico para reparar el elevador.

Debido al azote del Covid-19, La Polar le quitó el Seguro Social a sus trabajadores, pero cuando las actividades se retomaron rutinariamente así lo dejaron, por eso tuvo que recibir hospitalización privada:

“Mi hermano Fernando pedía su reincorporación al Seguro, pero nunca se lo regresaron”.

Después del accidente por negligencia de La Polar, Fernando fue llevado al sanatorio San Antonio, donde fue atendido de emergencia, pero en eso llegó el contador de la empresa para amenazar que era negativo el accidente de trabajo, solo uns prequeña falla mecánica.

Del hospital ubicado en Ermita Iztapalapa, Fernando fue trasladado ya consciente al Hospital de Cos, ubicado en la colonia Roma Norte de la Ciudad de México. Allí, los médicos comunicaron a la familia, que había que amputar la pierna izquierda de Fernando.

Tras sufrir un paro respiratorio y quedar inconsciente, Fernando fue trasladado una vez más a otro hospital, el San Angel Inn. Allí, los doctores tuvieron que amputarle el brazo izquierdo.

La mamá de Fernando para un poco, agobiada al recordar su tragedia:

“Allí también llegaron abogados de La Polar a ver el estado de salud de mi hijo (Fernando). Me dijeron que ya habían arreglado el Seguro y lo volvieron a sacar. Se lo llevaron a traumatología, en Lomas Verdes”.

Después de llegar al hospital del IMSS de Traumatología y Ortopedia, ubicado en Naucalpan de Juárez, Estado de México, la salud de Fernando siguió deteriorándose, hasta que la muerte lo alcanzó.

Fernando se mantuvo con vida 15 días después del accidente. Su muerte llegó el 20 de enero de 2022, justamente cuando la mamá le rogaba a Dios para que su hijo se salvara, porque le decían que estaba muy malito.

Con la muerte de Fernando llegó el apuro económico de la familia. Su madre, con quien todavía habitaba, dependía económicamente de él y la familia tuvo que hacerse cargo de todos los gastos funerarios, mientras la fiesta seguía allá en La Polar.

Dolida, porque nunca recibió asesoría del Ministerio Público, de doña Maritrini, dueña de Lo Polar, que con Lupillo Rivera cantó rolas de emoción, la mamá de Fernando dijo:

“Cuando murió mi hijo Fernando, todos nos olvidaron. No sé qué corazón tenga la dueña (Maritrini), pero nunca nos apoyaron en nada”.

La familia de Fernando pretende que el homicidio de Antonio Toño Monrroy ayude para que se haga una investigación a fondo de La Polar: “Hay muchas irregularidades”, señala Mónica.

Por la muerte de Fernando hay dos carpetas de investigación abiertas: una por el accidente y otra por la muerte. La familia denuncia que en ninguna de las dos investigaciones hay avance y casi ha pasado un año:

“Pedimos lo justo. No solo es lo económico. Se debe investigar a fondo todo lo que pasa en ese restaurante. No se puede quedar como si nada“, Mónica.

“Yo solo quiero que se haga justicia para mi hijo, que la empresa La Polar se haga responsable”, dice entre lágrimas la madre de Fernando.

Los dictámenes de la Fiscalía de la Ciudad de México revelaron, que fue negativo que por los golpes de la gente de La Polar hayan asesinado a Toño Monrroy de 59 años, sino que alguien le aplicó una llave china, de esas de luchadores en el ring.

La llave china es una técnica de estrangulamiento que consiste en presionar los vasos sanguíneos del cuello de una persona y puede ocasionar distintas reacciones, que van desde el desmayo hasta la muerte, pues la opresión interrumpe el flujo de sangre hacia el cerebro.

Es decir, A Toño Monrroy le colocaron el antebrazo, presionaron contra la garganta, mientras que la otra mano empujaron su cuello hacia abajo al mismo tiempo, para lograr cortar la circulación y dejarlo inconsciente, pero se pasaron.

Sergio El Comandante Gama, un ex policía jefe de seguridad de La Polar, fue identificado como principal sospechoso de aplicar la llave china a Toño Monrroy, que debido a su experiencia en investigación, ordenó limpiar la escena del crimen, así como borrar toda huella de un elevador que le faltaba mantenimiento en el caso de su compañero, Fernando Jiménez Espinoza.

Por el momento solo hay dos detenidos Román Ignacio Torres, gerente de La Polar y el guardia Braulio Gerardo, pero el 11 de enero, Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno dr la Ciudad de México vía Twitter, pidió a Mónica Jiménez y la alcaldesa Sandra Cuevas que le mandaran hilo, en lugar de investigar quién es el Ministerio Público que protege a Maritrini de La Polar.

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