A sus 41 años de haberse iniciado en el mundo de la música […]
A sus 41 años de haberse iniciado en el mundo de la música tropical, Alegría 83, hoy Alegría de Corazón, se acaba de inyectar de nuevo la vitamina del éxito, la noche del 17 de mayo de 2024, entre la penumbra, las luces multicolores del majestuoso escenario, con el aplauso y el alarido de sus fanáticos, los recibieron a tambor batiente…
En esa plancha multitudinaria del Mundo Nuevo, los vendedores ambulantes hacían su agosto, raspas, refrescos, frutas y hasta bebidas preparadas para sofocar el intenso calor que se multiplicaba con la actividad de gozo de la multitud.
La jornada de diversión musical empezó desde las 8 de la noche, el evento lo abrió Segundo Intento, cuando la gente apenas se acomodaba y se refrescaba tomando cerveza de bote mientras sudaban a chorros.
A eso de las 21:10 horas de la noche vestido de negro y rojo con unos chaquetines dibujados en notas musicales, llegó Adán Ibarra junto con Renacimiento 74, un grupo legendario ícono de la música tropical en el país, donde ya sólo él, que toca el órgano y es primera voz, queda activo, el resto: unos murieron y otros se perdieron.
Una vez arriba de la tarima, el aplauso y las porras animaron al cantante septoagenario que abrió su presentación con Ramita de Matimbá, éxito emblemático.
Las cervezas y las bebidas preparadas empezaban a hacer efecto, el calor insoportable pegaba duro, la gente sudaba, se movía y otros decidían bailar, se arremolinaban y coreaban los éxitos de Renacimiento 74.
La noche avanzaba, por ahí tendrían que desfilar otros grupos más como Grupo Bagdad, Cariño, Tropical Panamá y los homenajeados, Alegría de Corazón, pero también se había anotado para asistir la estrella de la noche, Yahir Saldívar, El Estaca de la Belicumbia, que aunque en los pósteres donde se anunciaba el festival lo hacían ver como si fuera de relleno, en realidad, quien estaba rellenando y retacando esa amplia explanada, era él, y la gente a cada rato se preguntaba en qué momento arribaría al escenario, por lo que los conductores del evento, Jaime Márquez y Chikis Castelán, reafirmaban a cada instante su asistencia.
Mientras tanto, en la larga fila de ingreso a la explanada del Mundo Nuevo abordamos a algunos fanáticos, muchos de ellos emocionados por ver a sus grupos preferidos, aunque seguramente el más esperado, además de los homenajeados, era Yahir Saldívar, El Estaca de la Belicumbia que, de ser una figura controvertida en el norte del país por sus letras bélicas alusivas al crimen organizado, se ha convertido en un ídolo que su sola presencia mueve a las masas, sin importar las edades.
Justo a un costado del acceso se hallaba vendiendo mercancía Edhel Ricardo con su grupo Cariño, visibles para que el fan que los reconociera pudiera tomarse una foto con ellos.
Frente al escenario se encontraban los ingenieros de audio junto al equipo técnico que adornaba las pantallas con los visuales de los grupos musicales que tocarían esa noche; se encontraban nerviosos por encontrar el punto adecuado en medio de un cielo abierto para someter la consola de audio y los micrófonos; sin embargo, al mismo tiempo que presionaban los controles, bailaban:
Posteriormente, a la tarima del escenario subió Grupo Bagdad, provocando la euforia de la gente y aunque la lluvia los acechó, esto jamás evitó que dejaran de bailar al ritmo de Si yo fuera él, El Cafetero e Italianita, cuya pista Yahir Saldívar, usa en su adaptación titulada En una mancha en colaboración con Los Parna.
Y a las 23:10 minutos llegó el turno de Vayvén del Amor con su éxito Quiero saber de ti, e inmediatamente, los fanáticos que reservaron su entrada en la Zona VIP se arremolinaron alrededor del escenario para verlos de cerca y poder grabarlos con su teléfono celular.
Más tarde, casi al finalizar su presentación, solicitaron al público encender la linterna de sus teléfonos, que ante la cámara figuraba como una marea de luciérnagas.
Finalmente, los reflectores se apuntaron a los homenajeados de la noche, Alegría de Corazón subía al escenario convirtiéndose en el momento más emotivo y emocionante de la noche con su éxito La Güera Vaquera, María de los Ángeles y Borracho Parrandero.
Mientras tanto, detrás del escenario, muy contento llegó Wisser, bailarín principal y segunda voz de Yahir Saldívar, El Estaca de la Belicumbia, aquel carismático acróbata que se avienta unas mortales en medio del escenario así como también en los videos musicales cautivando a miles:
El tan ansiado momento finalmente llegó, desde su camioneta se dejó ver el fenómeno social personificado, Yahir Saldívar, El Estaca de la Belicumbia, que complacía las peticiones de sus fanáticos tomándose fotografías con algunos de ellos sin descender del vehículo y escoltado por una decena de guardaespaldas que evitaban el paso.
En medio de eso, una fanática le regaló un changuito vestido de militar simulando ser una Chimichanga, acto que provocó que el cantante de cumbias bélicas se conmoviera y mostrara a lo ancho su sonrisa plateada.
A un lado de su camioneta, también esperaba pacientemente que Yahir descendiera, el pequeño Edgar Rocha, El Mini-Estaca de la Belicumbia, que desde aquel video que cobró viralidad en redes sociales en el que canta SC-9 o La Chimichanga junto a su ídolo, jamás se ha despegado de él, al contrario se volvió también una celebridad requerida en eventos de relevancia masiva en la ciudad, haciéndose de su propio nombre a la corta edad de 11 años.
Más tarde, Alegría de Corazón cerró con broche de oro con Ruperta éxito que compartieron con Edgar Rocha, El Mini-Estaca de la Belicumbia, canción que se supo perfectamente y que tras saludar, la gente enloqueció, pues ya es un artista aclamado y admirado.
Y finalmente, rodeado de seis escoltas, Yahir Saldívar, subió al escenario junto con Wisser y Edgar Rocha interpretando su éxito La cumbia del castor, provocando la euforia de los asistentes que se trepaban a las sillas para tener mayor visibilidad y así poder enfocar con el lente de su cámara a El Estaca de la Belicumbia.
Mientras tanto, detrás del escenario, Alegría de Corazón concedía algunas entrevistas.
Ya arriba del escenario, Yahir volvió locos a fanáticos de todas las edades, el calor era insostenible y el sistema pirotécnico que rodeaba el escenario intensificaba aún más el calor y asustaba a los más cercanos cada que eran accionados, pero jamás abandonaron el área con la esperanza de que Yahir tomara sus teléfonos celulares y les personalizara una fotografía.
Niños y niñas lloraban y gritaban a Yahir que les concediera una foto, algunos se trepaban al escenario para poderlo abrazar, la demanda de los fanáticos por una interacción con Yahir era estremecedora, en definitiva, un fenómeno social que mueve masas a donde quiera que vaya.
Una vez finalizada su presentación, Yahir Saldívar descendió del escenario y con la misma con la que subió, los escoltas se arremolinaron antes que los fanáticos a su alrededor para llevárselo hasta la camioneta, donde una vez arriba El Estaca de la Belicumbia, ésta se arrancó sin más, dejando atrás a fanáticos decepcionados que esperaban tomarse una foto con él.
La noche no acabó ahí, era el turno de Edhel Ricardo con su Grupo Cariño y, posteriormente, de Tropical Panamá; sin embargo, tal como notificaron los conductores a los asistentes una vez finalizada la presentación del primero, por problemas en el Puente Internacional es que fue imposible que Francisco Javier junto a su grupo nuevoleonés pudiera arribar al Mundo Nuevo.
Motivo por el que ofreció una disculpa a los homenajeados y al público a través de redes sociales, al mismo tiempo que explicaba el motivo de su inasistencia al 41 aniversario de Alegría de Corazón.
Este festival significó nostalgia para algunos matamorenses, mientras que para otros mucho más jóvenes, cultura, y que pese al paso de los años, bailaron, siguen y seguirán bailando al ritmo de grupos legendarios que inmortalizaron esta bella ciudad en sus letras; sin duda alguna, Matamoros ha sido y es cuna de grandes artistas con nuevas e innovadores ideas que figuran a nivel nacional.