La última vez que se vieron Mario López La Borrega alcalde de Matamoros y Guillermo Lash de la Fuente gerente de la Junta de Aguas y Drenaje (JAD) fue el 28 de enero de 2019.
La última vez que se vieron Mario López La Borrega alcalde de Matamoros y Guillermo Lash de la Fuente gerente de la Junta de Aguas y Drenaje (JAD) fue el 28 de enero de 2019.
Desde ese día el pueblo de Matamoros perdió al organismo operador de agua que hoy está en manos de personas sin escrúpulos que viven en Texas y la saquean sin misericordia.
Son 170 mil usuarios de la JAD cuyo pago se pierde en la cañería de la corrupción de esa institución que aunque tiene un Consejo de Administración es manejada por personas ajenas como Carlos Chito García González y Jorge Almanza Armas que la convirtieron en sede del PAN, y desde allí mueven la estructura política de la precandidata Ivett Bermea Vázquez, esposa de Chito.
En la sesión de ese 28 de enero de 2019, Lash como gerente general de la JAD, delante de los 10 consejeros más; son 11 en total, -entre ellos Mario López La Borrega, que por ley como alcalde de Matamoros, es el presidente del Consejo de Administración del organismo- solicitó extraordinario aumento a los recibos de agua.
De inmediato el alcalde La Borrega reaccionó y le dijo a Lash, que en vez de aumentar las tarifas de agua tenía que reducir la nómina ya que tenía mucho personal a nivel gerencial ganando mensualmente cantidades superiores a los 100 mil pesos.
Tartamudeando y nervioso, sin saber que hacer pues tendría que entregarle cuentas del rechazo a Chito, su patrón, Lash sin mayores argumentos se quedó con la negativa de La Borrega pero desde esa fecha hasta ahora ya no invita a las reuniones de consejo al jefe edilicio.
La Junta de Aguas y Drenaje de Matamoros, maneja un presupuesto anual de 980 millones de pesos de los cuales se gasta 275 millones en pagos de nómina a su personal sindicalizado y de confianza, (unos 23 millones por mes) pero tiene con sueldos altos a todo el organigrama de primer nivel; la gerencia general, la administrativa, la comisaría, el comercial, técnico, de plantas potabilizadoras, de PIAS, de saneamiento y aguas residuales aparte está Juridico, capacitación, seguridad y las subgerencias, donde todos devengan salarios y compensaciones estratosféricos mientras hacen campaña para el PAN.
En noviembre de 2016, cuando Lash asumió la gerencia general de la JAD y juró sanear ese organismo de aviadores y corrupción recibió una plantilla de 988 empleados reduciéndola los primeros meses a 879, pero luego empezó a colocar a sus familiares amigos y recomendados entre estos al primo de su esposa Lourdes Larrazolo, a Rodolfo Larrazolo a quien nombró gerente o jefe de Seguridad, bajo sus órdenes. Él se encargó de blindar a la paramunicipal con chapas electrónicas y cámaras de video a fin de ocultar toda la cúpula gerencial sin dar la cara a los usuarios, como si eso fuera una propiedad privada.
Hoy la JAD tiene más operadores políticos del PAN que trabajadores comprometidos con el servicio al público. La nómina está a reventar, rebasa los 1200 trabajadores. Del sindicato son 670 el resto de confianza. Estos se llevan casi el 70% de la nómina junto con las compensaciones.
La comunicación por telefonía celular para ellos es primordial, tan solo en el 2019 se gastaron en promedio anual 600 mil pesos, para este 2021 en temporada de elecciones se estima dupliquen el monto pues el organismo operador de agua soporta toda la estructura política del PAN.
La quiebra de la JAD está a la vista hasta 2019 que es la última información documentada que se tiene se debían 635 millones de pesos a proveedores como Conagua el IMSS y otros; reconocía el propio Lash que había 250 socavones o caídos que tenían colapsado el drenaje de la ciudad y las aguas negras brotando por las calles.
Ese mismo 2019 anunció que pediría un préstamo al Banco de Desarrollo se América del Norte (Nadbank) cuyo monto además abarcaría la cobertura de 200 millones de dólares -tan solo para arreglar los caídos- que convertidos dan 4 mil millones de pesos. De la operación ya no se volvió a saber nada. Pero estimaciones extraoficiales revelan que en Matamoros cada día se generan dos caídos y hay tramos largos a reparar que rebasan los 10 millones de pesos.
En toda la historia de la Junta de Aguas y Drenaje de Matamoros el control siempre lo habían tenido los ayuntamientos y los alcaldes como jefes y presidentes del Consejo de Administración llevaban la voz de mando para poner freno a los malos funcionarios de ese organismo operador que pertenece al pueblo, pero ahora hay una excepción: Guillermo Lash de la Fuente, actúa como gerente, espurio y el presidente Municipal Mario López La Borrega, lo permite.