Desde ahora, los familiares de los 16 guatemaltecos, ejecutados y quemados por los Gopes en un monte de Camargo, Tamaulipas, […]
Desde ahora, los familiares de los 16 guatemaltecos, ejecutados y quemados por los Gopes en un monte de Camargo, Tamaulipas, deben olvidarse de la indemnización de Francisco Javier García Cabeza de Vaca, porque parte del dinero se está invirtiendo en la campaña de su amigo César Truco Verastegui Ostos para que lo sustituya como gobernador de Tamaulipas.
El 22 de enero se cumple un año, desde que el guatemalteco, Ricardo García estaba con su esposa Olga Pérez, cuando le llamó por celular su hija Santa Cristina, mientras ejecutaban a sus amigos:
“Mamá ayúdame”.
Se escucharon infinidad de balazos y la comunicación se interrumpió. Con su cuerpo y otros más, los Gopes formaron una gigantesca hoguera en el monte en Santa Anita, Camargo, Tamaulipas, cerca del río Bravo, frontera con Estados Unidos de Norteamérica.
Cabeza de Vaca con esa falsa verborrea panista dijo de viva voz en su cuenta de twitter:
“En Tamaulipas no habrá impunidad y se hará justicia en el caso de los migrantes asesinados, trátese de quien se trate. Comparto la indignación ciudadana de los hechos criminales por la muerte de 19 personas en el municipio de Camargo”.
Así, Cabeza de Vaca instruyó al secretario general de gobierno (César Truco Verastegui), para que mantuviera comunicación con el gobierno federal y el de Guatemala para colaborar en todo, pero todo fue mentira, hasta la lana que prometió de apoyo a las familias de Guatemala.
A un año de la ejecución y quemazón de los 16 centroamericanos, vía celular Ricardo García, papá de Santa Cristina desde la aldea de Tuilelén en Guatemala explica:
“Nos encontramos bien, pero tristes y dolidos por la pérdida y molestos con las autoridades de Tamaulipas que no dan respuesta”.
Se organizan actos de recuerdo en Comitancillo, departamento de San Marcos, el municipio del que procedía la mayoría de víctimas en Camargo, Tamaulipas:
“Se hará una misa, la inauguración de un mural y el acompañamiento de los vecinos en el duelo. Pero lo que las familias anhelan es saber qué ocurrió con sus familiares. Por qué los mataron. Quiénes fueron los responsables”.
Lo único que sabe Ricardo García, con amigos y familiares del mismo dolor, es que 12 policías Gopes de Tamaulipas, fueron arrestados dos semanas después de que los cuerpos aparecieron calcinados, eso es todo.
Actualmente la Fiscalía General de la República aborda la presunta responsabilidad de agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) en una red de tráfico de personas.
La FGR, que dirige Alejandro Gertz Manero nunca quiso entrar en este asunto, pero fue obligada por decisión de un juez federal.
Según la fiscalía, ellos fueron quienes persiguieron a los migrantes, los tirotearon y quemaron sus cuerpos, para después alterar la escena del crimen. Para defender su tesis, la acusación se apoya en varios testigos presenciales, los casquillos de las armas y la geolocalización de los celulares de los oficiales, según dijo el Ministerio Público durante las audiencias iniciales celebradas los días 2 y 8 de febrero de 2021.
Los policías, por su parte, se niega a publicar su versión de los hechos. Su principal argumento en aquellas audiencias fue denunciar que fueron detenidos con engaños y que el proceso en su contra está plagado de irregularidades.
De acuerdo con Ricardo García, el tamaulipeco César Truco Verastegui y autoridades de México iban a dar una reparación monetaria por familia, pero hasta el momento no han tenido noticia”.
En las reuniones posteriores a la masacre, la Comisión Estatal de Atención a Víctimas de Tamaulipas, aseguró que se haría cargo de la reparación, según explicó Yesenia Valdez, abogada de la Fundación por la Justicia y el Estado Democrático de Derecho, que acompañaba a las familias:
“La Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), por su parte, no se ha acercado a las familias”.
El padre José Luis González, del Servicio Jesuita al Migrante, dice:
“Hay una ausencia total del Estado (Tamaulipas y México). Les prometieron que les iban a dar incluso una casa a cada uno, pero nunca ocurrió.”
Luego, el padre apunta a su gobierno:
Quizás lo más humillante fue la donación del ministerio de Agricultura de Guatemala, una bolsita de semillas que cabía en la palma de la mano.
Si había intención de ayudar, a Cabeza de Vaca se le olvidó, los políticos de primer nivel de Guatemala se olvidaron de Camargo, porque un alto funcionario tuvo que huir de un secuestro, ahora Truco, ya con ese dinero y una vaquita que le había dado el presidente Andrés Manuel López Obrador, se está invirtiendo en la campaña del PAN, pues si pierden, lo espera la fría celda.