Investiga la Fiscalía de Tamaulipas, otro caso de una posible ejecución extrajudicial, de […]
Investiga la Fiscalía de Tamaulipas, otro caso de una posible ejecución extrajudicial, de los elementos del Ejército Nacional Mexicano, registrada en Nuevo Laredo, Tamaulipas el 26 de abril, al perseguir un vehículo al que le dispararon en marcha, matando a Jesús Fernando Cruz, de 25 años de edad.
Aunque los hechos, ocurrieron la semana pasada apenas trascendieron, debido al frío silencio oficial, del panista Irving Barrios Mujica, Fiscal de Tamaulipas que ni toca el tema, ni el presidente, Andrés Manuel López Obrador, ni la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
En este caso, solamente se oye la voz de los funcionarios del Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, una organización no gubernamental, que acaba de presentar una queja, ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos y asumió la defensa de uno de los compañeros del joven asesinado.
De acuerdo con el testimonio del sobreviviente Roberto Robles, manejaba esa tarde su camioneta Ford Edge, acompañado de Jesús Fernando Cruz, ingiriendo bebidas embriagantes.
Ambos jóvenes circulaban por el centro de Nuevo Laredo, cuando una patrulla, al parecer de tres en total, lo chocó por alcance al menos dos veces y entonces, los militares dispararon cuatro veces sin motivo.
La organización asegura que la camioneta presentaba al menos dos agujeros de bala.
Producto de los balazos, Jesús Fernando Cruz murió. En entrevistas con periodistas en Nuevo Laredo estos días, Robles, el conductor, que según es lavacarros, narró que entre los balazos y los choques, su amigo bajó del carro.
Luego cayó muerto. El médico forense que practicó la necropsia, horas más tarde señaló que la víctima había recibido un balazo en la zona lumbar izquierda, que le seccionó la vena cava. Falleció desangrado.
En el informe rendido por el Ejército a la Fiscalía estatal ese mismo día, según trascendió en los medios de comunicación como El País en México, el militar al mando de las patrullas, teniente de Caballería Carlos Fernández, señala que la camioneta de los civiles circulaba sin placas y que, al verlos, mostró una “actitud evasiva, acelerando en dirección sur”.
El militar señala que les pidieron que se detuvieran con su megáfono y con las luces de sus patrullas, pero que los jóvenes hicieron caso omiso:
“Unas cuadras adelante, se detuvieron de manera intempestiva, lo que provocó que la patrulla militar les chocara por detrás”.
Enseguida el relato del teniente Fernández se vuelve confuso:
“En el momento del percance, descendieron cinco civiles de citada camioneta, al momento del impacto, uno de los civiles que iban en el interior del vehículo en mención, el cual viajaba en la parte trasera del lado derecho, descendió del vehículo gris ya descrito”.
Enseguida hace una especie de aclaración el teniente, sin mencionar si alguno de los 13 militares disparó:
“Saliendo proyectado por el impacto de los vehículos, observando que dicha persona civil (Jesús Fernando), cae sobre la cinta asfáltica, desconociendo si se había lesionado”.
Así por omisión, el militar descarta cualquier agresión previa de los civiles. Según su relato, ni Robles, ni Jesús Fernando Cruz, ni las otras tres personas que iban supuestamente con ellos, y que al parecer escaparon de allí, dispararon.
Incluso ni los jóvenes iban armados, según el propio informe del jefe militar.
El relato concluye que, una hora después de los hechos, a eso de las 18:40, llegó personal de la Fiscalía estatal, informando que Jesús Fernando presentaba un orificio que aparentemente fue provocado por un proyectil de arma de fuego.
En su escrito de queja, el Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo denuncia que los militares sometieron y golpearon a Roberto Robles, conductor de la camioneta. También denuncian que, producto del choque, la Ford Edge embistió otro vehículo que circulaba por la zona, en el que iban una mujer estadounidense de 88 años de edad y su hijo.
El informe militar ni siquiera hizo alguna referencia.