Tras curiosear alrededor de su hogar, el pequeño Esteban de apenas cinco años, llamó asustado a su madre, manifestándole sentir un malestar que a duras penas pudo comunicar debido a su corta edad, mientras su madre, confiada en que unas cuantas caricias aliviarían su dolor, dejó pasar las horas, tiempo que pudo haber hecho la diferencia para que el infante lograra sobrevivir de una intoxicación.
Tras curiosear alrededor de su hogar, el pequeño Esteban de apenas cinco años, llamó asustado a su madre, manifestándole sentir un malestar que a duras penas pudo comunicar debido a su corta edad, mientras su madre, confiada en que unas cuantas caricias aliviarían su dolor, dejó pasar las horas, tiempo que pudo haber hecho la diferencia para que el infante lograra sobrevivir de una intoxicación.
Y es que la situación se agravó cuando al pequeño Esteban se le obstruyó la respiración, fue hasta ese momento en que, tras verlo sudoroso y con los labios azulados, finalmente su madre llamó a una ambulancia para trasladarlo a un hospital.
Lamentablemente para la familia, el médico que atendió al niño salió del consultorio para entregar una mala noticia: el pequeño Esteban había fallecido por intoxicación, por lo que les solicitó hacer una prueba de sangre para analizarla y determinar la causa de su muerte.
En ella se encontró la potente toxina llamada oxalato de calcio, misma que se encuentra en la tan popular planta para interiores, Amoena.
El pequeño ingirió un pedazo de hoja de la planta, venenosa al consumo…