Gilberto Ontiveros Lucero, El Greñas inundó de drogas a nuestro país y parte […]
Gilberto Ontiveros Lucero, El Greñas inundó de drogas a nuestro país y parte de Estados Unidos de Norteamérica, fue el “impulsor” de El Señor de los Cielos, Amado Fuentes Carrillo, temido y amado, corrompió fiscales, jueces, alcaldes, gobernadores hasta morir de un fulminante infarto en Ciudad Juárez, su terruño.
Las nuevas generaciones ni idea tienen de El Greñas, era de la época de los primeros narcotráficantes del país, de los que comenzaron a abrir el mercado, de esos en cuyos acuerdos, la familia era ajena, los sicarios respetaban.
El Greñas junto con los narcos del momento como Rafael Caro Quintero, enviaban costosos regalos a los políticos en turno, la marca distintiva eran los carros Grand Marquiz.
En Ciudad Juárez, Chihuahua, a finales de la década de los setenta, Gilberto Ontiveros Lucero El Greñas, inició su trayectoria como traficante y alcanzó la cumbre en 1984. Su grupo trabajó conjuntamente con Rafael Aguilar Guajardo, quien había sido coordinador federal de seguridad de la zona norte.
De hecho El Cártel de Juárez fue fundado por Rafael Aguilar Guajardo que, previo a su actividad delictiva, fungió como un agente de la entonces Dirección Federal de Seguridad en Ciudad Juárez, Chihuahua y Nuevo Laredo, Tamaulipas.
Así junto con Gilberto Ontiveros, El Greñas y Rafael Muñoz Talavera se dedicaron al tráfico de drogas construyendo su éxito a base de corromper a las autoridades federales, estatales y posteriormente federales, luego a los políticos.
El Greñas, Rafael Muñoz y Rafael Aguilar pusieron las primeras piedras del grupo delictivo hasta que Ernesto Fonseca Carrillo alias Don Neto, tío del entonces joven Amado Carrillo, El Señor de los Cielos, tomó las riendas del cártel para posteriormente ser cofundador del Cártel de Guadalajara de Miguel Ángel Félix Gallardo, siendo ellos los capos de la vieja guardia.
Para que se den una idea: Rafael Aguilar del Cártel de Juárez, durante sus años activo fue el dueño de dos centros de entretenimiento en la Ciudad de México, así como también en París y Francia, los cuales tenían por nombres El Premier y Lido, se anunciaban en la incipiente televisión, hasta Raúl Velasco en Siempre en domingo los mencionaba.
El Greñas era ampliamente conocido en colonias como la Hidalgo por sus gustos estrafalarios. Adquirió vehículos de lujo, inició la construcción del suntuoso Hotel El Palacio del César, compró un jet Leary, tenía dos casas en la colonia Hidalgo, una dúplex en la Villa Savignon, una más en el fraccionamiento Infonavit Aeropuerto, un rancho llamado en Temósachi (El Rivito) y una residencia en Cuernavaca, Morelos.
Esta residencia, originalmente fue propiedad del Sha de Irán, Mohamed Reza Palevi. Gustaba también de mascotas exóticas como los tigres blancos y cocodrilos.
A pesar de que El Greñas fue capturado en abril de 1986, fue puesto en libertad en mayo de 1988 porque el expediente que le abrieron en su momento no estaba foliado, es decir, las páginas de la ahora carpeta, ni siquiera tenían números sus fojas y como el Tribunal de Justicia era muy “derecho”, tuvieron que dejarlo libre, pero ya numerado el capo fue reaprehendido al año siguiente por agentes de la entonces llamada Policía Judicial Federal y permaneció detenido 15 años en el penal federal de Puente Grande.
Según la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), el grupo de El Greñas introdujo en 1985 más de 20 mil kilos de marihuana a Estados Unidos y también se le atribuye la desaparición de seis personas (policías), que presuntamente se infiltraron en la banda.
La DEA informó además de operaciones de cultivo, transportación y almacenamiento de vehículos y armas automáticas en El Paso, Texas, mismas que servirían para proteger a su gente y resguardar los cultivos de marihuana en los ranchos de su propiedad.
Durante el primer periodo en que estuvo en prisión El Greñas causó mucha controversia la expropiación que el entonces gobernador del estado, Fernando Baeza Meléndez, hizo en el edificio destinado a ser el Hotel Palacio del César.
A la edad de 73 años de edad, El Greñas, murió en un hospital privado en Ciudad Juárez justo el lunes de este 28 de abril, cuando le dio un infarto al que ya no sobrevivió, en tanto los familiares, dijeron que los servicios fúnebres serían privados.
Los familiares con pesar explicaron a los viejos periodistas que se enteraron del caso:
“El estado de salud de Gilberto Ontiveros se agravó en el último año y finalmente acaeció por causas naturales”.
La última entrevista de El Greñas fue en 2017, días después de ser detenido por policías municipales por una supuesta riña con una mujer, lo que él consideró intento de homicidio y mostró las heridas que sufrió con un cuchillo de su propia cocina.
Compartió El Greñas que mantenía la demanda contra el Gobierno del Estado por la expropiación de sus predios donde actualmente opera el Hospital de la Mujer y que confiaba en ganar el caso, pero la hora se le llegó con una muerte silenciosa, durmió para jamás despertar.
Una anécdota de El Greñas dice:
“Tuvo El Greñas varios oficios: bolero, carpintero y vendedor de paletas fueron algunas de las actividades que desempeñó a lo largo de su adolescencia. En 1969 se fue a Estados Unidos y al regresar ya era narco, se hizo conocido por los lujos que disfrutaba presumir:
Autos de alta gama, valiosos relojes, animales exóticos y un equipo de guardaespaldas, pero un año antes que lo detuvieran hizo una apuesta y perdió un millón de dólares que los pagó como buen perdedor al ‘chas-chas‘.
Un nueve de marzo de 1986, El Greñas organizó una carrera de caballos ante miles de personas en el pueblo de Buenaventura en la que perdió una apuesta de un millón de dólares contra el hacendado Armando Ortiz”.
Había un interés real:
“Se dice que acudieron miles de personas al evento y que 10 avionetas aterrizaron en el poblado. El Greñas habría pagado en fajos de billetes, frente a todos los asistentes, el millón de dólares. Pidió la revancha, pero ya no se concretó porque fue detenido”.