Fue la teniente Gloria Cházaro Berriel, orgullo de México. Hace tres años como mujer, fue la primera en dirigir un buque de la Armada de México, todos la alabaron hasta su jefe Rafael Ojeda, Secretario de la Marina, pero ese sentimiento patriótico se fue a la basura, cuando la oficial fue encontrada colgando de un cable en la casa de sus padres en Veracruz.

El caso parece un argumento de telenovela porque primera vista, los peritos de la Fiscalía de Justicia, se trataba de un suicidio, esperando que el caso se enfriara, la Secretaría de Marina, nada dijo sobre la muerte de Gloria, su orgullo, la familia fue discreta, pero en redes sociales, amigos allegados textiaban que había una historia distinta.

Durante su vida, Gloria nunca, ni siquiera insinuó una alerta de suicidió, es más, tenía planes de visitar a su hermano mayor Eduardo y a su esposa que radicarían en Canadá y cumplir su sueño de obtener la licencia de marinera civil.

Pero todo ese silencio atroz de feminicidio en la Marina, se trate de un suicidio o un asesinato, los ojos están puestos en la pareja de Gloria, Octavio Capetillo, el capitán piloto de helicópteros, que trabajaba en el aeropuerto de la Ciudad de México, que ahora se desconoce su paradero.

El caso se convirtió en apasionante por su trama y lo ventila el periódico El País, por su misterio, intriga, digno de un betseller tomado de la vida real.

Gloria y el capitán Capetillo se conocían desde hacía nueve años, cuando ella egresó de la Escuela Naval, ambos salieron durante un tiempo, pero ella decidió romper, cuando se dio cuenta que él estaba casado y esperaba un bebé.

Así, Gloria ascendió de primer maestre a teniente de corbeta y luego a teniente de fragata. En 2018 se trasladó al Reino Unido en Gran Bretaña, becada por el Gobierno británico en su programa Chevening, para líderes del futuro.

Abrazó Gloria su carrera, la amaba, a su regreso de Inglaterra en 2019, fue destinada a Mazatlán, Sinaloa, donde se convirtió en la segunda comandante de la patrulla costera ARM Bonampak.

Meses después, el jefe de Gloria fue cambiado de zona y tomó su lugar como la comandante del navío, situación nunca antes vista, así se convirtió en la primera mujer en la historia de la Armada al mando de un buque, una nave de 43 metros de largo.

En julio de 2021, Gloria empezó a cursar una especialidad en Mando Naval en el Centro de Estudios Superiores Navales (CESNAV) en la Ciudad de México.

Sus logros en el ARM Bonampak le abrían el camino de la jerarquía de la Secretaría de Marina, pero se encontró de nuevo con Capetillo, que justo empezó a estudiar una especialidad sieno compañeros:

“Gloria, hay me estohy divorciando por favor vamos a regresar, te sigo queriendo como el primer día”.

Ella, le creyó.
Terminó Gloria la especialidad en agosto de 2022 y la Secretaría de Marina la envió a una base cerca de Puerto Cortés, en Baja California, un destino distinto a Mazatlán, más pequeño, con buques más viejos y poca proyección.

Allí, Gloria fue víctima de acoso sexual de su superior en el buque y lo ventilaba en su muro de Facebook, en sus grupos y en diciembre redactó:

“A veces, como marinero, aún se desconoce mucho de cómo se manejan las cosas. No se dejen intimidar, con mucho gusto se les apoyará en cualquier proceso. Para las que tuvimos que tomar experiencia a la brava, ya sabemos cómo manejar ciertas cosas para encontrar justicia y paz”.

En diciembre Gloria y Capetillo hicieron compromiso, incluso en enero lo anunció en su muro de Facebook, luego en abril ambos estuvieron juntos en México.

Había denunciado Gloria formalmente el caso de acoso y la Secretaría de Marina la mandó llamar donde ratificó.

En junio, el otro hermano de Gloria, Alberto, marino como ella, con el que además compartía destino en Baja California, fue papá, así que ella pidió unos días de permiso para ir a conocer a su sobrino, que estaba con su cuñada, en el Puerto de Veracruz.

Llegó Gloria al puerto entre el 8 y 9 de junio. Visitó al recién nacido y estuvo con su madre, que había bajado de Fortín de las Flores para conocer a su nieto.

En Fortín estaba su padre, su hermano Eduardo y la esposa de este. Ya en la noche, llegó Capetillo. Al parecer, el plan era celebrar el compromiso. “Tenían planes de casarse el próximo año.

Los cinco fueron a cenar a un bar restaurante cerca de su casa, en la colonia Santa Leticia. Eduardo les llevó allí porque el establecimiento era de un amigo suyo que, además, le había pedido que le ayudara esa noche con las mesas.

La cena empezó animada. Eduardo y su esposa hablaron del cambio a Canadá, programada para agosto. Animada por su hermano, Gloria contó del permiso de tres meses que pediría a la Armada para visitarlos. Pero Capetillo, que le sacaba más de 20 años a su pareja, se enojó.

La discusión continuó con la misma boda. Gloria recriminó a Capetillo que, aunque le asegurara que se había divorciado, nunca le había enseñado un papel que lo confirmara. Y dados los antecedentes, él podría seguir casado sin que ella lo supiera.

La cena acabó y Capetillo de repente se retiró. Gloria con su familia estaba contenta estuvo bailando y cantando y su hermano Eduardo explicó:

“Ella (Gloria), me comentó que ya iba a terminar su relación con Capetillo, porque él siempre decía una cosa y al final era otra, que no le daba su lugar y que ella ya no quería seguir con esa relación. No me lo dijo triste, me lo dijo normal, decidida, porque nunca le mostró el acta de divorcio”.
A eso de las 23.00, Gloria, su papá y la cuñada, caminaron de vuelta a la casa. Eduardo se quedó a ayudar a su amigo. Cuando llegaron, encontraron a Capetillo en la puerta de la vivienda. Entraron juntos.

Capetillo se fue a la planta de arriba. Cuando estaban los dos, ocupaban la habitación de su hermano Alberto, pero esa noche, Gloria prefirió quedarse en su cuarto, en la planta de abajo.

Su cuñada fue igualmente a la planta de arriba, a la recámara de Eduardo. El padre se quedó en su cuarto, en la planta de abajo.
“Ya lo siguiente es cuando llegué yo”, dice Eduardo. “Fue como a la 01:30 más o menos. Me la encontré ahí colgando. Capetillo ya no estaba en la casa”.
Eduardo cuenta que le mandó un mensaje a Capetillo esa misma noche, le dijo que su hermana estaba muerta.

Él contestó:
-No me digas eso.
Fue la única respuesta, pero se desconocía si Capetillo allí seguía, sin embargo en las cámaras de seguridad se observa que salió a eso de las 00:40 horas.

Entre Eduardo y su padre descolgaron el cadáver de Gloria de la escalera. Los agentes de la Fiscalía que llegaron a la escena, más tarde cuentan que allí, junto al cuerpo inerte de la mujer, encontraron dos teléfonos celulares, un anillo y un cable. Gloria presentaba una lesión en el cuello, un surco duro, incompleto. También fracturas en las vértebras.

Familiares y amigos velaron a la teniente Gloria el 10 de junio en la funeraria Vélez, de Córdoba y al otro día la enterraron en Orizaba. Una amiga de la mujer, compañera en la Armada, estuvo en el entierro y dijo:

“Nadie habló, la gente solo lloraba, fue como demasiado shock para todos. Había como 40 personas y Capetillo no estaba allí”.

Sus amigos presentan a Gloria como una persona alegre, con muchos planes para el futuro. A todas las personas de su entorno consultadas, tanto del ámbito civil como del castrense, les extraña la hipótesis del suicidio.
Hace pocos meses Gloria creó un grupo privado en Facebook: Información que cura color Violeta, donde compartía reflexiones sobre los roles de género o el machismo al interior de la Armada.

Paola Schietekat, compañera de promoción de la maestría en Inglaterra, cuenta que Gloria nunca le perdía la cara a los problemas:

“De broma me decía, tenemos que lucrar con nuestro sufrimiento, era muy sarcástica”, cuenta.

Murió Gloria en la madrugada del 10 al domingo 11 de junio. Su cuerpo llegó a la morgue de Córdoba horas más tarde y en apenas un día, los investigadores, a cargo de la fiscal Clarisa Tapia Uría, tenían en su mesa el estudio de necropsia.

Un mes más tarde, cero informes a la familia de Gloria, para la fiscalía se trata de un suicidio, sin enseñar el acta de autopsia, el tipo de lesiones del cuerpo y todavía nada se sabe de Capetillo, su pareja… si nada debe, por qué se perdió de su entorno social.

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