Lejos del miedo, o del temor de lo que queda de pie en la iglesia de la Santa Cruz y de que se venga abajo, el padre Ángel Santiago Vargas ofició la celebración litúrgica la noche del miércoles en la antigua parroquia, con al menos 50 feligreses católicos allí reunidos corriendo el riesgo de pase otra desgracia.
Lejos del miedo, o del temor de lo que queda de pie en la iglesia de la Santa Cruz y de que se venga abajo, el padre Ángel Santiago Vargas ofició la celebración litúrgica la noche del miércoles en la antigua parroquia, con al menos 50 feligreses católicos allí reunidos corriendo el riesgo de pase otra desgracia.
Como el domingo primero de octubre negro, que en pleno rito de bautismo de 8 niños, con 80 personas en la parroquia, la losa de concreto colapsó dejando a 60 personas atrapadas entre los escombros, falleciendo diez personas cinco mujeres, dos hombres y tres niños, la mañana siguiente en el hospital murió una joven de 18 años, ayer jueves falleció una mujer de 48 años que se encontraba grave, aumentó a 12 la cifra de fallecidos tras el derrumbe de la iglesia de la Santa Cruz que se ubica en la colonia Unidad Nacional de Ciudad Madero.
El padre, Ángel Santiago Vargas, aún no asimila la magnitud de la tragedia, como mensajero de Dios y guía espiritual, llevó a cabo la celebración litúrgica de feligreses católicos en la antigua parroquia, sin importar estar entre cuatros paredes que presenta grietas en su construcción convirtiéndose en una bomba de tiempo que de un momento a otro se puede derrumbar.