Director General: Julio Alberto Rubio Pérez

EL CARCINERO VA POR MÉXICO MATÓ 28 MUJERES, ALGUNAS LAS MUTILÓ, SE LAS COMIÓ Y FORMÓ UN PANTEÓN EN EL SÓTANO DE SU CASA, HASTA QUE LO ATORARON…

Oscar TreviñoJr. - 29 mayo, 2021

Con los cuerpos mutilados de sus víctimas, Andrés Filomeno Mendoza Celis, El Carnicero, de 74 años, hizo un panteón en el sótano de su casa donde dormía plácidamente, se comía en filete algunas partes de los cuerpos de las mujeres que asesinaba conservados en sal y a veces, las vendía como carnitas.

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Con los cuerpos mutilados de sus víctimas, Andrés Filomeno Mendoza Celis, El Carnicero, de 74 años, hizo un panteón en el sótano de su casa donde dormía plácidamente, se comía en filete algunas partes de los cuerpos de las mujeres que asesinaba conservados en sal y a veces, las vendía como carnitas.

Últimamente en la intimidad de su cuarto, se ponía una máscara, con todo y cuero cabelludo del rostro de Reyna Gonzáles Amador, porque siendo una mujer muy bonita, quería conservarla para siempre.

Cuando José Perales, policía preventivo de Ecatepec, entró a la casa de su amigo El Carnicero para preguntarle por Reyna, su pareja, siendo que se habían ido juntos de compras, le confesó sin remordimientos al verla descuartizada en la mesa:

“Lo hecho, hecho está, si la mate y a otras cuatro que están enterradas en el sótano”, por eso mediante orden de cateo excavaron pero encontraron más de 2 mil restos óseos.

Aunque El Carnicero vivía en Margaritas número 14 en la colonia Lomas de San Miguel en Atizapán de Zaragoza, estado de México, propiedad de su hermana, donde también cobraba renta de otras casas, sus víctimas se ubican en las ciudades vecinas.

Dilcya García Espinoza de los Monteros, Fiscal Central para la Investigación de Delitos Vinculados de Violencia de Género, ordenó que se hicieran pesquisas de desapariciones forzadas y asesinatos en los municipios vecinos de Huixquilucan, Naucalpan, Tultitlán, Tlalnepantla, Cuautitlán, Cuautitlán Izcalli, entre otros, para recabar datos o cotejar ADN, o cualquier indicio que permita identificar a todas las víctimas de El Carnicero.

Se empezó a buscar los casos en carpetas de averiguaciones, por desaparición desde 1990 a 2021 -31 años-, de acuerdo con los lugares donde estuvo El Carnicero, porque encontraron libretas con nombres de pila y otros con sobrenombres que se sospecha, corresponden a los restos óseos encontrados en la terrorífica escena del crimen.

Nació El Carnicero en Oaxaca, el 29 de noviembre de 1947 y llegó a Atizapán de Zaragoza en el Estado de México en la década de los 80, cuando su hermana le pidió que se hiciera cargo de la propiedad y cobrara la renta de las casas vecinas.

Excelente en los cortes de carnes, el apacible y tranquilo Andrés, 9 años atrás, abrió una carnicería donde se hizo de clientes, ayudaba al necesitado, pronto aprendió a relacionarse con políticos, tan así que fue presidente del Consejo de Participación Ciudadana en Gobierno de Atizapán de Zaragoza, ayudando fuertemente al Partido Acción Nacional (PAN), durante la administración pasada donde ganó.

Ahora, El Carnicero era del equipo de campaña del candidato a Presidente Municipal, Pedro Rodríguez Villegas del Partido de la Revolución Democrática, participando otra vez con el PAN y el Revolucionario Institucional en la alianza Va Por México.

Durante el tiempo que estuvo en el Estado de México tramitó 4 licencias de conducir, una credencial de elector además de un trámite para obtener su casa en Infonavit, por esos sus vecinos se mostraron sorprendidos, puesto que El Carnicero, era una persona generosa y desprendida.

Llevaba El Carnicero una doble vida, por un lad,o era un apacible hombre de Va Por México, que había gestionado dos lámparas de alumbrado público en las calles de su barrio y con esa fachada, engañaba a las mujeres a las que descuartizaba, cuando se negaban a sus pretensiones amorosas.

Reyna, tenía dos hijas de 4 y 8 años de edad, un negocito de venta y reparación de celulares con su pareja José, eran amigos de El Carnicero desde hacía varios años, incluso hasta comía con ellos, lo estimaban le daban cariño, hasta le ayudaban económicamente por ser de ser de la tercera edad, había plena confianza.

El 13 de mayo en la noche, Reyna de 34 años, le dijo a José que le encargaba a sus hijas al día siguiente por la mañana, aprovechando que estaría de franco, porque iría con El Carnicero a la plaza Meave en México, para surtir su negocito, pues le ayudaría a cargar las bolsas.

Pero el 14 de mayo, Reyna nunca regresó a su casa, así que José fue a buscarla a la casa de Andrés, El Carnicero, que sin abrirle la puerta de fierro, le respondió que lo dejó plantado para ir de compras, por eso el policía presentó la denuncia de desaparición, pero en la fiscalía le respondieron que a los mejor pelearon y ella lo abandonó.

Enojado, como tenía confianza con sus compañeros policías, José les pidió de favor que si podía ver el video de las cámaras instaladas en el barrio de Lomas de San Miguel, allí pudo ver que Reyna, entró a la casa de El Carnicero, amigo de la familia, pero nunca salió.

El abogado Sergio Baltazar explicó que su cliente José, pidió días en la corporación para investigar por su cuenta, así que con la evidencia del video otra vez acudió a la casa de El Carnicero, junto con un hermano de Reyna, a media cuadra había una patrulla de Atizapan de Zaragoza, así que les pidió que estuvieran al tiro por si necesitaba apoyo.

Tocó la puerta metálica José ayudado por su cuñado, pero ahora El Carnicero volvió a responder:

-Reyna no está aquí, ya te lo dije, no llegó…

Furioso, José le gritó:

-Que abras la puerta o te la tumbo, solo quiero que me digas una cosa.

El Carnicero, para tratar de calmar a José y su acompañante, solo entreabrió la puerta metálica, pero fue empujado con fuerza y nada pudo hacer para evitar la entrada, por eso, así de tranquilo como era solo le dijo: “pásate, no van a encontrar nada”.

Se encaminó José seguido por su acompañante, gritando ¡Reyna!…¡Reyna!

Atravesó el traspatio donde hay pequeños cuartos de renta con piso de tierra, el lavadero comunal, entró a la casa de El Carnicero que lo seguía con paso vacilante y para su sorpresa, Reyna estaba sin cara, solo una masa sanguinolenta que todavía supuraba, cortada en varias partes sobre una mesa del comedor y grito rabioso:

¡hijo de tu pinche madre!, mientras su cuñado arqueaba para vomitar.

El Carnicero prácticamente ganó la salida, pero allí, los patrulleros que escucharon los gritos ya se acercaban y le impidieron el paso, por eso al querer regresar, José lo sometió, lo colocó boca abajo, en la banqueta de la calle, pidiendo unas esposas a sus compañeros.

Los vecinos de El Carnicero sorprendidos por la situación, intentaron liberarlo porque ¡era un abuso!, por eso policías y José, traspasaron el espacio de la puerta metálica, en tanto el hermano de Reyna seguía vomitando.

José, metió a la casa a El Carnicero y lo sentó en una silla, junto a una pila de enseres, entre sartenes, platos viejos, incluso en un pizarrón donde estaban las fotos en las que aparece en actos políticos con el PAN, PRD. A un lado de esa habitación… el sótano.

Sin remordimiento, El Carnicero les dijo que Reyna llegó a su casa, que le comenzó a decir que como lo colmaba de atenciones, pensaba que se enamoró y que lo amaba, por eso le propuso una relación pero al recibir la negativa, hábil con el cuchillo como era, le dio un tajazo en el cuello:

“Reyna abrió los ojos, mientras se llevó su mano al cuello y cayó al suelo como con epilepsia, le di de patadas, allí la destace, algunos cortes los puse en cubetas para meterlos al sótano, luego así como pude la cargue, la subí a la mesa, para quitarle su lindo rostro, mi Reyna era muy guapa”.

José quiso golpearlo, pero lo evitaron sus compañeros uniformados, en tanto el hermano de Reyna, seguía llorando y vomitando, mientras con esa voz tranquila, pausada, El Carnicero dijo que había matado a otras cuatro mujeres, que también estaban enterradas en el sótano.

Uno de los policías que acompañaba a José pidió apoyo para que le avisaran a la agente del Ministerio Público, Dilcya García y pidiera una orden de cateo al Juez, porque sospechaban que había varias mujeres descuartizadas, enterradas en el sótano de El Carnicero.

Sentado allí en su casa, El Carnicero guardó silencio, cuando vio que entraron policías, peritos, tal vez sentía curiosidad por esos hombres vestidos con uniformes blancos como astronautas, pero eran antropólogos, arqueólogos forenses, genetistas, peritos en criminalística, odontología, medicina legal, fotografía y revisaron su recámara llena de enceres apilados, para luego entrar al sótano con piso de tierra.

Sentado en una silla El Carnicero, solo los observó con asombro, cuando los peritos encontraron varias libretas, bolsos, estuches de maquillaje, prendas femeninas, el horror se hizo presente en todo México y trasciende por todo el mundo.

En las libretas, El Carnicero anotó todo: el peso de cada parte de los cuerpo de sus víctimas como la cabeza que pesaba 15 kilos, el hígado, las piernas, costillas e incluso del peso de cada uno de los senos. Una lista del registro la hizo en 1994, es decir, lleva casi tres décadas haciendo lo mismo, que a su letra dice textualmente en letra mayúscula:

“17 DE DIC 1994 A LAS 5 DE LA MAÑANA PASO A OTRA VIDA”… EDAD 28 AÑOS VIVE CUAUTEPEC CALLE SAN GONZALEZ, MANZANA 21 Y LOTE 9
1.- CABEZA DE 4.500 KILOS
2.- PIERNA CADA UNA PESA 25 KILOS… (redacta toda la disección).

El levantamiento de evidencias da cuenta, como lo vemos en las películas de terror, El Carnicero filmaba cada asesinato, acomodaba el tripié, montaba la cámara y grababa, mientras tranquilamente con su cuchillo, que afilaba en una chaira destazaba a sus víctimas, enseguida con una cámara polaroid tomaba fotos y las coleccionaba en un álbum que tenía escondido.

El trabajo de los peritos que sigue horrorizando todavía se mantendrá durante muchos meses porque los peritos están teniendo dificultades para conseguir el ADN de los restos hallados en la casa, puesto que ya supera los 2 mil.

La policía acordonó el recinto en la calle Margaritas, decenas de periodistas seguían desde lejos las tareas de especialistas que buscaban pruebas. El camión de los bomberos sigue estacionado y las camionetas de los agentes atravesadas en la calle para frustración de los curiosos.

Mientras Maura Valle quitaba la ropa del tendedero, en la azotea de su casa se colocaron varios fotógrafos en busca de una imagen que era imposible, pues la policía tendió una lona para impedirlo.

Maura contó lo que todos los vecinos: “que El Carnicero se acercaba a su casa a vender carnitas, que nunca tuvo pareja, pero sí una hermana que ya no vive en el pueblo sino en Oaxaca, que tenía buen trato con la gente del barrio, puesto que fue presidente de la colonia”.

Aunque ministerialmente no lo dijo, está claro que El Carnicero mataba a las mujeres en una especie de venganza porque sentía que las personas se burlaban de él o lo hacían menos.

Los vecinos, algunos de ellos han vomitado cuando supieron que El Carnicero, iba a las casas de su barrio y municipios vecinos y les vendía carne, que decía le habían mandado de Oaxaca, lo que hace suponer que en realidad eran piezas de las víctimas, porque el precio era muy accesible, hasta daba pilón.

Heló la sangre de quienes escucharon de viva voz la declaración ministerial de El Carnicero, porque escogía a las mujeres más bonitas diciéndoles que tenía mucho dinero en su casa, pero las mataba cuando lo rechazaban, por eso quería conservar sus rostros, los que arrancaba con mucho cuidado, junto con el cuero cabelludo.

Ante la Fiscalía relató que mató a Norma Jiménez Carrión, reportada como desaparecida el 6 de agosto de 2011 en Tlalnepantla, Estado de México. De acuerdo a su ficha de desaparición, trabajaba en un bar denominado El Barrigón, ubicado en calles de Zahuatlán y Morelos en la colonia San Javier.

Norma era de tez morena clara, en ese entonces tenía 41 años, robusta, de 1.55 metros de estatura, boca grande y labios gruesos. Esa noche cerca de las 22:15 horas, después de cubrir su turno de trabajo, avisó a su familia por teléfono celular, que ya iba para su casa.

Desde entonces, su ausencia fue olvidada por la desaparecida Procuraduría, por la actual Fiscalía y por los organismos que se involucraron.

En ese mismo bar, asistían Aylín y Gardenia, que también fueron cortejadas y desaparecidas, pero de las que ni siquiera hay ficha de identificación y si era su nombre verdadero o el de batalla, pero que El Carnicero, aseguró que se las llevó a su casa, las mató, y una vez destazadas sus restos los sepultó en el sótano.

Otra víctima fue Berenice Sánchez Olvera, de 20 años y trabajaba en el bar denominado El Marinero, de la que por algún lado debe estar su ficha de identificación.

En 2016, El Carnicero conoció en otro bar a Flor Ninive Vizcaíno Mejía, que también trabajaba como mesera, la invitaba a comer y le daba regalos, sin embargo también ella se negó a ser su pareja sentimental, por lo que la asesinó en octubre de ese año.

Silvia Vizcaíno fue a la casa de El Carnicero, cuando en las noticias por internet se dio cuenta que Flor Ninive, se encontraba entre las víctimas, porque encontraron la credencial de elector. Cuyos restos estaban enterrados en el sótano y allí abatida estalló en llanto:

“¡No es para que murieras así, mi niña. No te quería ver así!”

La tía Silvia, tenía la intención de ponerle una veladora, pero al llegar, las fuerzas la abandonaron y lamentó que allí pudieran estar los restos de Flor, desaparecida cuando tenía 38 años de edad:

“Te voy a llevar a un lugar donde debes estar, un lugar tranquilo”, agregó la tía Silvia, que pidió recuperar los restos para darle cristiana sepultura a los policías que resguardaban la zona.
Entre las evidencias encontradas en la casa de El Carnicero, aparecieron identificaciones de Rubicela Gallegos Castillo de Monterrey, Nuevo León, reportada como desaparecida en 2019.

Rubicela se fue al Valle de México con su pequeño hijo Demian, de 5 años, para darle un mejor futuro, estaba dispuesta a trabajar exhaustivamente, pero a sus 32 años, sus sueños quedaron sepultados en el sótano de El Carnicero.

Se instaló Rubicela con su hijo en la colonia El Olivo II, en Tlalnepantla, quería estudiar petroquímica pero encontró trabajo en un banco y en sus ratos libres también era repartidora de comida por internet.

El 20 de julio de 2019 descansó, pero aprovechó para ganar un poco de dinero haciendo entregas a domicilio, así que le dijo a su hijo que regresaba un breve, tomó su motocicleta, fue por un pedido a un restaurante para entregarlo a un domicilio y nunca se le volvió a ver.

Fue hasta este sábado 15 de mayo de 2021, que sus dos credenciales de elector (una antigua con su domicilio en Monterrey y otra actual) fueron halladas en la casa de El Carnicero.

Llorando de pesar, Armando, papá de Rubicela dijo: que era una persona que siempre luchó:

“Le compró un pasaje de avión de Monterrey a la Ciudad de México a su hermana, mi otra hija menor, pero días antes no le contestó el celular, aun así mi hija fue y al llegar a su departamento encontró al niño solo, estuvo cuatro días solo a sus 5 años, sin comer.”

La tristeza lo invadió y siguió narrando:

“Mi nieto cree que su mamá Rubicela murió, que para qué la buscan si ya la mataron, que si se la robaron ya la mataron”.

Tras su desaparición, Armando presentó su denuncia en la Fiscalía, pero al no ver avances de parte de las autoridades, comenzaron a buscar su paradero sin éxito.

Durante un tiempo, el padre de Rubicela y su ex pareja estuvieron en la capital buscándola, pero al carecer de recursos para hospedarse regresaron a Monterrey con la esperanza de volverla a ver.

El último lugar donde fue vista fue en la colonia San Javier del municipio de Tlalnepantla. Allí su padre encontró la motocicleta abandonada, pero ni rastro de Rubicela. Vestía mallas negras, chaleco café, blusa negra y zapatillas negras.

A lo largo de estos casi dos años de angustia, tocaron muchas puertas, entre ellas las del Palacio de Gobierno de Nuevo León, pero tampoco los escucharon.

Pero también solicitan apoyo psicológico para enfrentar la situación que han venido arrastrando desde hace 22 meses y sobre todo, apoyo para Demian, el pequeño hijo de Rubicela.

Para evitar que parte del sótano en la casa se colapsara, fue necesario apuntalar con vigas. La labor fue ejecutada por personal de Protección Civil y una cuadrilla del Ayuntamiento de Atizapán.

Todo México está horrorizado por El Carnicero, la policía encontró cráneos y varios huesos, pero lo más escalofriante fueron rostros desollados con cabelleras completas de las mujeres, estaban bien conservados. Los cortes para separar la piel del músculo eran muy precisos, además los conservaba con sal para eliminar la humedad y preservarlos en buenas condiciones.

Aunque los abogados de El Carnicero le sugirieron reservarse su derecho a declarar, volvió a repetir:

“Lo hecho, hecho está, sólo quiero decir la verdad, allí está José, la pareja de Reyna, él vio todo”, así el juez lo vinculó a proceso por el delitos de inhumación y exhumación, así como de homicidio calificado en agravio de Reyna.

Quedó pendiente por la fiscalía, establecer los delitos cometidos contra Rubicela Gallegos Castillo, así como el de Flor Nínive Vizcaíno y los de Norma, Berenice, Aylín y Gardenia, porque faltan pruebas para hundirlo más, debido a que hay mínimo hay 28 víctimas por los datos de las libretas

Cuando narró los homicidios El Carnicero, lo hizo tranquilamente, incluso se declaró culpable en tono pausado, con rostro apacible, solo se puso a llorar cuando el Juez le dijo que nunca saldría de prisión y lo destinó a Centro Penitenciario y de Reinserción Social de Tlalnepantla, en Barrientos.
Pero en el reclusorio, indignados los reos juraron vengarse de El Carnicero, lo harían sufrir, por eso los elementos de la Secretaría de Seguridad del Estado de México decidieron cambiar a El Carnicero al Centro Penitenciario y de Reinserción Social de Tenango del Valle.

De esa manera, El Carnicero fue uniformado y rapado, acorde al reglamento al igual que el resto de la población, tendrá derecho al uso de teléfono, acceso a abogados, apoyo familiar, entre otros y deberá cumplir el régimen de disciplina del penal.

De mirar bondadoso, espera la acumulación de más homicidios, pero todavía falta que la fiscalía y los peritos armen los restos óseos de sus víctimas, determine cuántas son, conseguir el ADN y que las familias puedan identificarlos, para presentar la denuncia contra El Carnicero, de mirar tranquilo y mirada bondadosa.

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