Director General: Julio Alberto Rubio Pérez

DE LOS CINCO JÓVENES QUE ACRIBILLARON LOS MILITARES, SOLO WILBERTO MATA, EL HOMEBOY, ERA DE LA MAÑA Y LA SANTA MUERTE…

Cristhian Eduardo Ramos - 1 marzo, 2023

Era de la maña en Nuevo Laredo,Tamaulipas, Wilberto Mata Estrada, El Homboy y […]

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Era de la maña en Nuevo Laredo,Tamaulipas, Wilberto Mata Estrada, El Homboy y adorador de La Santa Muerte, pero como ahora impera la falta de valores, esa noche andaba de franco, por eso se fue al bar Mr. Pig con sus amigos, Gustavo Ángel Pérez Beriles, Jonathan Aguilar Sánchez, Gustavo Ángel Suárez Castillo (estadounidense) y Alejandro Trujillo Rocha, última copa que bebieron juntos festejando que un bebé venía en camino.

Una amiga de El Homboy, asegura con rabia allí en su barrio, que el adorador de la Santa Muerte, si se andaba moviendo, pero tenía prohibido pistear cuando estaba en su jale, por eso aprovechó su descanso para loquear con sus amigos, pero fueron asesinados a balazos:

“Cuando salí de la camioneta, escuché que los militares decían, ¡mátenlo, mátenlo! Me pusieron pecho a tierra. Escuché dos disparos más y ya, al rato vi a mi hermano Gustavo tirado en el piso”.

Esa es parte de la declaración de Alejandro Pérez, de 21 años de edad, sobreviviente del ataque de los militares con sus amigos, cuando regresaban de pistear.

Alejandro todavía traumado por la experiencia vivida, declaró que fue con sus amigos a la discoteca el 25 de febrero en la noche y cuando regresaban ya de madrugada una partida militar los persiguió:

“La patrulla del Ejército nos chocó por alcance y luego comenzaron a dispararnos. Nosotros ni armas llevábamos, luego un soldado se acercó a mi amigo (sin recordar el nombre), que le pedía una ambulancia, pero solo le disparó”.

Alejandro tragó saliva y titubeante aclaró:

“Me preguntaron quieres vivir o morir, respondí que quería vivir, declarate culpable y me comenzaron a grabar en video. Di que huían y tuve que aceptar porque me cortaban cartucho, un soldado me grabó con su celular esa parte”.

El testimonio de Alejandro apuntado por varias autoridades, aclara un poco lo sucedido al enfrentamiento a puñetazos de muchos jóvenes y adultos, familiares de muertos y heridos que golpearon a los militares al momento de llevarse la camioneta en las calles de la colonia Manuel Cavazos Lerma.

Hay otro informe de un capitán que relata que la camioneta de los muchachos, después de chocar, aún siguió avanzando una cuadra hasta que se detuvo. Fue entonces cuando dos de las cuatro camionetas militares implicadas se emparejaron, se escucharon disparos por lo que ordenó alto el fuego y cuatro cabos aceptaron haber disparado, sin mencionar nombres.

En el velorio de Gustavo Pérez, hermano de Alejandro, su papá Enrique de 47 años dijo profundamente afligido:

“Yo andaba el sábado en Laredo, Texas, en una carne asada. Me hablaron los muchachos y me dijeron que se iban a pasear. Yo les dije que tuvieran cuidado”.

Enrique volvió a Nuevo Laredo a eso de la 01:00 horas del domingo y llegando a casa se fue a dormir:

“Me levanté a eso de las 08:00 y fui por la barbacoa”, su mujer y los dos muchachos viven en la colonia ampliación Cavazos Lerma II, pero cuando llegué allá, el señor de la barbacoa me dijo que había habido una balacera. Yo no le creí, no había escuchado nada”.

Regresó Enrique a la casa y le contó a su esposa. Los dos decidieron llamar a Alejandro al celular:

“En la cuadra somos todos amigos y a veces andan en el relajo y se quedan hasta que amanece y ya luego se meten a la casa, pero Alejandro contestó llorando, decía, ¡han matado a mi hermano, lo han matado!, él todavía estaba en el evento”.

Desesperado Enrique corrió hasta el lugar de los hechos, cuando le dijo la dirección y enseguida vio al muchacho allí, junto a un agente de la FGR.

-¿Qué paso mijo? -le preguntó-.

-Se nos fueron encima los soldados.

En las redes sociales circulan fotografías y vídeos de al menos uno de ellos, Wilberto Mata, El Homboy, posando con una cuerno de chivo junto a la Santa Muerte, con equipo táctico y vehículos de un presunto grupo criminal, pero Enrique aseguró que sus hijos arreglan cajas de traileres y camiones diesel.

Humberto Suárez, de 48 años, es un padre de familia que en las imagenes de las redes sociales tiene la mirada perdida, pero en sus manos sostiene restos de su hijo Gustavo Ángel Suárez y grita:

“Yo lo que quiero es justicia”.

Cuenta don Humberto que su hijo era el que manejaba la camioneta. Él había nacido en San Antonio, allí vivía. Trabajaba en una empresa de jardinería, cortaba zacate. Era muy emprendedor. Acababa de comprar unos castillos inflables para rentar en fiestas infantiles”.

Gustavo Suárez tenía 21 años, hace un mes que pagó el enganche de la camioneta Chevrolet Silverado color blanco. Su padre dice que su pareja, que vive en Nuevo Laredo, se acababa de quedar embarazada. Afligido saca el celular y muestra una foto con tres pruebas de embarazo positivas.

Conteniendo el llanto don Humberto dijo:

“El sábado Gustavo me llamó y me dijo que si le regalaba un pescado”:

-Si si sale Catán cuenta con él.

-¿Sabes qué?

-¿Qué mijo?

-¡Vas a ser abuelo! Lero lero.

Entrecierra sus ojos don Humberto y confía con el corazón en la mano:

“Gustavo andaba bien chiflado por el bebé. El plan de los muchachos, era asar pescado para celebrar el embarazo, pero todo cambió en el día, mi hijo y los hijos de los demás, se juntaron se fueron a Mr. Pig.

Lo demás, usted lo conoce.

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