El honesto profesor Mauricio Rangel Candanosa, vivió 105 años. Cumpliría uno más el […]
El honesto profesor Mauricio Rangel Candanosa, vivió 105 años. Cumpliría uno más el 22 de septiembre, pero allá en el cielo, soplará las velitas de su pastel, pidiendo el mismo deseo que en la tierra, donde formó a miles de hombres y mujeres de bien en Matamoros:
Que algún maestro o funcionario de Educación Pública, le regale aunque sea copia, de la fotografía que le tomaron junto con su esposa Lupita, mostrando la medalla al mérito Manuel Altamirano, máxima presea magisterial en nuestro país.
El maestro Mauricio Rangel era tan caballeroso, que cuando fue vicepresidente de Matamoros y luego tres meses presidente municipal, sustituyendo al inolvidable Jorge Cárdenas González, nunca cobró vales de gasolina, porque era dinero del pueblo.
Nació Mauricio en el Rancho El Milagro, municipio de Cruillas, Tamaulipas, un 22 de septiembre de 1917. Sus padres fueron Francisco Rangel Barrientos y Luisa Candanosa Mata.
Desde pequeño fue inquieto y esa característica sin pretenderlo, la sembró en miles de generaciones de estudiantes de primaria y secundaria, que una gran parte de ellos, lo mismo eran estudiosos, que practicaban poesía, declamación, deportes, hasta participaban en concursos de matemáticas, español, eliminatorias de artistas y muchos se convirtieron en periodistas.
La primaria la hizo Mauricio en Cruillas, la secundaria y normal en Ciudad Victoria, la Normal superior en México, especializándose en historia, lengua y literatura española, pero por azares del destino primero fue comerciante.
Ya como maestro Mauricio se dedicó al comercio, vendía perfumes, hasta el famoso 7 Machos -se reía cuando lo contaba-, el caso fue que le llegó su plaza y decidió adentrarse en la labor docente de 1939 a 1951 ya frente a grupo.
Su esposa Lupita a quien ya tenía vista, la pidió en matrimonio y ambos decidieron venirse a Matamoros, Tamaulipas para probar suerte, tomando en cuenta que había una plaza disponible en la escuela Modelo, que dio clase entre 1951 a 1971.
Noble como era el profe Mauricio Rangel, apoyó transitoriamente en el Colegio México ya desaparecido, cuando estaba allá en la esquina de la calle 7 y Bravo, así como en la escuela Franklin D. Roosevelt, tipo federal.
Con el paso de los años fue director el profe Mauricio Rangel, del colegio Modelo, pero seguía dando clases en la Secundaria General 1, licenciado y general Juan José de la Garza, cuando el edificio se ubicaba en la 4 y González, dándose cuenta que había un déficit en la educación.
Por eso fue fundador de la Escuela Secundaria para Trabajadores, dos veces director transitorio y dos ocasiones subdirector, allí en el edificio de la 4 y González. Maestro fundador de la Preparatoria Licenciado y General Juan José de la Garza.
En la celebración de los 25 años, en el concurso de poesía Canto a la Escuela Secundaria No.1, el maestro Mauricio ganó, siendo acreedor al trofeo Flor Natural.
También fue Mauricio Rangel, maestro fundador de la Escuela Normal Guadalupe Mainero, ocupando la dirección transitoriamente, continuando como catedrático y subdirector por algún tiempo.
Con orgullo decía el profe Mauricio que fue el director fundador de la escuela secundaria Profesor Ricardo Salazar Ceballos, desempeñándose como catedrático hasta 1966.
El maestro Mauricio Rangel vio como la juventud de los 70’s se transformaba, amante de lo tradicional, se molestaba porque los muchachos usaban pantalones acampanados, zapatos de plataforma, la potencia del rock and roll y la naciente música disco y lo mejor, la minifalda.
Eso sin tomar en cuenta, que surgió una hola de llamativas calcomanías compuestas por una parejita desnuda, asexual que intercambiaban mensajes conocidas en ese entonces como Amor es… y que estaba prohibido pegarlas en los cuadernos y en los libros.
La gente del maestro Mauricio Rangel, como los profesores Cirilo Ávila Báez; Jesús Ramírez, El Profe Chucho; Carmen Mireles, Cambio; María de los Ángeles González Vallejo, La Maestra Güera; los prefectos Bony, Juanita, Sonia, entre muchos más, se dieron a la tarea de reprender a los que entraban a la moda estrafalaria y querían sembrarla en la 3.
Todos vimos en esos años 70’s la separación de Los Beatles, la muerte de Elvis Presley, el nacimiento pero también la consolidación de grupos como Led Zeppelin, Queen, Marvin Gaye, música intolerable para el maestro Mauricio que repetía:
“Me van a sacar canas verdes”.
Decidió el profe Mauricio Rangel jubilarse en 1975 de la Secundaria 3, Bernardo Gutierrez de Lara, pero pronto lo interesaron por la El Instituto de Ciencias y Estudios Superiores de Tamaulipas, A.C., (Icest), Director de Relaciones Públicas.
Pero sucedió lo impensable en 1977, se exhibió una película de poco presupuesto llamada Fiebre del Sábado por la Noche (Saturday Fever) con John Travolta, que serviría de preámbulo para Vaselina. El dolor de cabeza del maestro Mauricio.
Pero Fiebre del Sábado estalló, los jóvenes urbanos gringos buscaban el glamour en los clubes de baile. Las mujeres usaban vestidos sin mangas o pantalones de telas satinadas, decorados con lentejuelas, que el maestro Mauricio se escandalizó y citó a reunión en el Icest, porque la juventud se copiaba la moda gringa:
“Halloween nos está robando el Día de Muertos, basta, no debemos permitir más”.
Los hombres vestían pantalones ajustados, brillantes y camisas por debajo abiertas hasta la mitad del pecho. Collares de oro o medallones completaban el look en la Zona Rosa de Matamoros, se hizo famoso El Quasar, con su grupo en vivo Freedom Band, las tertulias en el Holiday In (Hoy el Consulado) pegaron con tubo, cero licor, solo refrescos, aunque el maestro Mauricio Rangel, insistía:
“Esa música lastima los oídos”.
Desde 1977 a 1984, el profesor Mauricio fue director de la Escuela Normal de Educadoras.
El maestro Mauricio Rangel, era feliz, casado con María Guadalupe Lupita de la Garza Palacios, procreó cinco hijos, eran su razón de existir, además le quedaba tiempo para la dirigencia sindicalista en el sistema de primarias y secundarias, siempre en defensa de los derechos de sus colegas, sobre todo en la justicia por escalafón.
Nunca se apagó la vena poética, puesto que el maestro Mauricio compuso los himnos escolares de la escuela Crispín Mainero, Vicente Guerrero, César López de Lara a la secundaria General 8. También compuso un himno al General Pedro José Méndez, al poeta y maestro Dr. Manuel F. Rodríguez Brayda, así como a la Secundaria General 3, Bernardo Gutierrez de Lara.
En 1980, el colmilludo político Jorge Cárdenas González, invitó al maestro Mauricio Rangel, reconocido públicamente por su honestidad, para que participara en las elecciones municipales como candidato a Vicepresidente de Matamoros y de esa manera en 1980 ambos triunfaron.
De hecho el maestro Mauricio fue el primer vicepresidente en nuestra ciudad y con Jorge arrasaron en las urnas y sin mapaches. Fue emocionante que a las 18:00 horas concluían las votaciones pero las filas eran interminables en favor del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM).
Desempeñó numerosas comisiones dentro del Cabildo, la nobleza del maestro Mauricio era reconocida, tanto, que ciegamente le confiaban dinero en greña para pavimentar calles, se le quería y él a la gente, era un cariño mutuo.
De nueva cuenta Jorge Cárdenas llevó en fórmula al maestro Mauricio para ganar las elecciones en 1989, una pareja que contrastaba pero que los habitantes de Matamoros les querían, incluso se veía natural que a diario en diferentes casas los invitaban a almorzar, comer y cenar.
Producto de la fama Jorge Cárdenas decidió lanzarse para gobernador de Tamaulipas, en tanto el maestro Mauricio ocupó la presidencia municipal en agosto, septiembre y octubre de 1992.
Pese a su jubilación y que ya había dejado la docencia, en el Icest le seguían pagando en gratitud por su desinteresado desempeño, la edad le estaba ganando, a veces el oído le fallaba, sin embargo en 1994 obtuvo la medalla Al Mérito Ciudadano, en concurso convocado por el entonces presidente municipal de Matamoros, Tomás Yarrington Ruvalcaba.
En 1995, el presidente de la República Carlos Salinas de Gortari, distinguió al maestro Mauricio Rangel Candanosa (que ya consideraba matamorense por adopción) con la entrega de la Medalla Manuel Altamirano, por más de 50 años dedicados a la educación.
Abrazados Lupita y Mauricio fueron al aeropuerto Servando Canales para tomar el vuelo a la Ciudad de México, ambos llevaban erizada la piel (años después lo contó y supimos su deseo):
“Ese día, aunque ya murió Lupita, me gustaría recordarlo aunque sea por última vez, que me lleven al aeropuerto y luego, a ver si hay posibilidades, que un funcionario o maestro, me regale copia de la foto donde el Presidente de México, me entregó la medalla, eso es todo lo que pido.”
El maestro Mauricio fue colaborador del periódico La Voz de la Frontera de Gustavo G. Cerrillo, de El Mañana de Matamoros, luego de El Bravo, donde escribía poesía y artículos de variados temas, pero siempre relacionados con la cultura y el arte.
En la difusora XEEW fue narrador de los desfiles y participaba con notas culturales en el Programa Diálogo con el Pueblo que transmitía desde la Presidencia Municipal, Luis Aquiles Elizondo Cadena (qepd). En 1998 fue director del Museo Casamata. En el 2003 publicó los libros: De Matamoros y Mis recuerdos y discursos, himnos, poesías y cuentos, Tomo I y Tomo II.
Los años del maestro Mauricio Rangel pasaron entre párrafos de los libros que leía allá en la sala de su casa, en aquellas placenteras tardes primero a la luz del sol en su amplio ventanal y después, con una taza de café en la luz con la luz eléctrica:
Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida/porque nunca me diste ni esperanza fallida/ni trabajos injustos, ni pena inmerecida/porque veo al final de mi rudo camino/que yo fui el arquitecto de mi propio destino…
El 28 de enero 2020, el alcalde Mario Alberto López Hernández, La Borrega, encabezó las celebraciones del 194 aniversario de la Expedición del Decreto Número 12 que concedió a la ciudad el título de Villa de Matamoros, donde entregó un reconocimiento al profesor Mauricio Rangel Candanosa, por su labor generosa y sublime de educar.
En su cumpleaños 104, el maestro Mauricio Rangel, justo a medio día del 22 de septiembre, la maestra Lidia Salazar Cerda y su colega Margarita Leal García, directora de la escuela Modelo matutino y Vicente Guerrero vespertina, con un coro infantil y el Mariachi Reinas y Reyes fueron a su casa a cantarle Las Mañanitas.
El maestro Mauricio con esa infinita paciencia les escuchó, también asistieron al pequeño homenaje, Regina Trejo Reyes de Conalep; Tabita Carolina Trejo Reyes de la Técnica 46; Miriam Carrizales Reyes, Técnica 46 y Edgar Elías Carrizales Reyes.
La casa del maestro Mauricio se inundó de emoción cuando aparecieron los regalos sencillos, de corazón que los nietecitos recibieron, sin saber plenamente quién era el abuelito, que cada día los bañaba a besitos y los santiguaba.
El maestro Mauricio estaba acompañado de su hija Laura Elena Rangel de la Garza y de sus nietos, quienes sorprendidos se miraban unos a otros haciendo ojitos de complicidad con su abuelito.
Las tardes del maestro Mauricio, muchas veces estuvieron acompañadas de su hija mayor, Laura Elena, que le profesaba su amor, siempre dispuesta a ayudarlo, nunca hubo un no como respuesta.
Laura Elena también catedrática en la Universidad de Matamoros, se repartía su tiempo en atender al querido profesor Mauricio y a los estudiantes, heredó ese gusto por la lectura, por el buen hablar, atenta y generosa.
Paradójicamente el 3 de septiembre, el maestro Mauricio recibió un terrible golpe del destino, su hija Laura Elena falleció de un paro cardiaco, justo en pleno aniversario 51 de la escuela secundaria que más quería, la 3, la Bernardo Gutiérrez de Lara.
La pena del maestro fue tan honda que apenas si recordaba las estrofas de La Malagueña, canción que era su adoración, se la dedicaba a Lupita, su difunta esposa y ahora a Laura, que acababa de perder la vida.
Qué bonitos ojos tienes/debajo de esas dos cejas/debajo de esas dos cejas/qué bonitos ojos tienes/Ellos me quieren mirar/pero si tú no los dejas/pero si tú no los dejas/ni siquiera parpadear.
El dolor fue tan intenso para el maestro Mauricio Rangel que tres días después, el 6 de septiembre, su corazón dejó de latir, fue encontrado allí en su cama con la leve sonrisa dibujada en su rostro:
Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida… estamos en paz!
Mientras que Laura fue incinerada, su papá el maestro Mauricio Rangel, estuvo en la capilla de funerales San Joaquín, para luego rendir tributo a la madre tierra en el Panteón Jardín, que en paz descanse.