Director General: Julio Alberto Rubio Pérez

SIN ESCAFANDRA. PARA AQUELLA QUE VENDIÓ LA PATRIA OBRERA. AL RECUERDO DE LAS CENIZAS DEL 20/32…

Julio Alberto Rubio - 10 abril, 2023

Preámbulo: Esto lo escribí el 29 de enero de 2019, recién llegó Susana, […]

Ajustar texto: 642 vistas

Preámbulo: Esto lo escribí el 29 de enero de 2019, recién llegó Susana, que vino a Matamoros con el cuento de acabar con las injusticias y derrocar a los charros. Nunca imaginé que esta mujer a la que llegué en ese momento a admirar, fuera tan abominable ser humano, que acabaría aprovechándose del movimiento obrero. Lo confieso como persona. Me duele tanto el culto a la personalidad, tanta soberbia y tanta ignomina dentro de esa, que malhaya la hora, en que por unos pinches pesos y un cargo público, vendió la patria obrera. El tiempo es ácido y descarapela lo corriente. Y Allí está, para que todo ojo la vea pasear su ambición por los restaurantes de postín y las grandes ciudades a costas de los que dice defender.

 

Hoy escribo como persona. Sin esa pesada escafandra y armadura de metal que como periodista uno trae encasquetada y la gente piensa que no sentimos, que podemos soportar todo, porque todo hemos vivido y todo hemos visto; creen que solo somos un pedazo de humanidad, sin  corazón.
La rebelión de los obreros me hace reflexionar en el tipo de sociedad a la que pertenecemos. A lo largo de todos estos años he visto que como seres humanos compartidos y bondadosos estamos arruinados.

Me toco trabajar en la maquiladora solo una semana y ni a cobrarla fui. Le aventé la escoba al supervisor que me puso a barrer para ser la burla de los demás técnicos y el burlado fue él porque mi dignidad como persona estaba por encima de una plaza de trabajo en esas cárceles donde la gente está presa por un sueldo miserable a merced del patrón y del líder sindical.

Los empresarios se vanaglorian y hasta se les hincha la papada -en tono rojizo como los guajolotes cuando gargarean, en los restaurantes de lujo- presumiendo en banquetes sus grandes proyectos fincados en el espinazo de la clase trabajadora.

Allá ellos comiendo langosta con güisqui y vino tinto, acá el obrero con dos bloques y una parrilla a ras de suelo echándole aire con un pedazo de cartón para encender fuego y azar unas piezas de  pollo congelado para convivir con su familia un fin de semana.

Por muchos años tuvieron al obrero sometido dándole trabajo con un sueldo miserable, abusando de su necesidad hasta hacerlo reventar. Ellos ganando millones de dólares y al pobre trabajador aventándole migajas y de muy mala gana.

Ellos como ricos viendo por los vidrios polarizados de sus autos de lujo allí en el paradero de Soriana como la madre obrera con sus dos hijos pequeños espera la pesera cuando apenas le alcanzó para comprar algo de mandado. Lo que esta pobre obrera gastó de despensa al empresario no le sirve ni para un desayuno.

Nada es para siempre. La misma naturaleza cambia sus ciclos. La maquiladora ha traído muchos males colaterales a nuestro pueblo. Nuestra frontera no se acabará si se va la maquiladora, -que por supuesto no se va a ir, al menos que tengan otra región de inocentes que explotar- y esos empresarios que presumen que quieren mucho a Matamoros pero viven en Estados Unidos y allá educan a sus hijos, los invito a que los inscriban en las escuelas chiqueros a donde van los nuestros. A que dejen sus casas del otro lado del río y se vengan acá con nosotros a la Independencia, a Cabras Pintas, a Presidentes a Casa Blanca para que sientan lo que siente el obrero. Los invito a que vayan a comer tacos en la plaza Allende, a que en vez de ir al Red Lobster a La Pampa o al Garciá’s vengan a Los Pancho’s a que por una caguama que se tomen les den un plato de sopa de fideo con pollo. Los invito a que se levanten a las cinco de la mañana como lo hacen las madres trabajadoras, y al llorido de los niños porque los despiertan temprano se enfilen en la pesera a dejarlos en la guardería para luego irse a la maquiladora.

Los invito a ustedes patrones a que doblen turno porque los 900 pesos por semana no alcanzan. Los invito a que vean como los niños de los obreros sueñan con comer una rebanada de pizza y no hay para comprarla, mientras a los hijos de ustedes los patrones les sobra hasta para tirarla a la basura.
Los invito a que si tienen corazón comprendan al trabajador y a que ablanden ese corazón duro que tienen para que lata juntito al del pobre trabajador.

ENTÉRATE PRIMERO
Suscríbete al newsletter
Lo más visto

TE PUEDE INTERESAR

NOTICIAS ANTERIORES

DENUNCIA ANÓNIMA

    CONTÁCTANOS

    LLámanos (868) 810 1351 y (868) 341 3050
    EscríbenosBusiness Solution Center Whatsapp
    Síguenos
    Vertical FacebookVertical InstagramVertical Twitter