Juan José Valdez, Bony, fue prefecto, maestro, papá de las primeras generaciones de la escuela secundaria general No.3 Bernardo Gutiérrez de Lara, ejemplo de superación al graduarse de doctor y llegar a la dirección del ISSSTE en Matamoros.

Bony como era conocido, murió hoy en la madrugada de un paro cardiaco en el Seguro Social, pero nunca perdió su buen humor, optimista como era jamás se quejó de dolor, valiente como pocos, a pesar de los años, siempre logró la estima de quien lo conocía y conservaba la amistad de los exestudiantes, ahora convertidos en profesionistas.

Poco saben que Juan José, bromista con cara de serio, siempre decía que le llamaban Bony, por ser el más bonito, aunque nació un 14 de mayo, día de San Bonifacio.

Al recordar a la Secundaria General 3, Bernardo Gutiérrez de Lara, su primer director Mauricio Rangel Candanosa, aún a sus 102 años de edad, dice: “Aquí brotó un retoño del viejo árbol cultural”, justamente de allí germinó Bony.

Allá por el 2 de Septiembre de 1971, la 3, inició sus labores en el edificio de la 4 y González, donde también estuvo, la Escuela Secundaria para Trabajadores J. Guadalupe Mainero, hoy el Colegio San Juan siglo XXI, por lo que Bony se incorporó como prefecto, mientras estudiaba en la Facultad de Medicina.

Se caracterizó Bony, por ser el prefecto mediador entre los maestros y el carácter de los estudiantes, el que a toda inculcaba que las generaciones amaran a la Secundaria 3, preservar los valores morales, ser los mejores en el saber, el deporte y el arte en todas sus manifestaciones.

Sin ser mano dura, a pesar de las pandillas que a veces asediaban a los estudiantes de la 3, como Los Tobi, Los Kennedy, entre otros, Bony siempre fue en defensa de los discípulos, los disuadía para evitar que ingresaran a esas bandas, siempre con la noble intención, de que se preparaban para ser profesionistas.

En la puerta de la escuela, revisaba a los estudiantes que llevarán su corte de pelo corto, nada de largo, solo permitía una vez, a condición de que al día siguiente respetaran el reglamento verbal y a las chicas, que su falda del uniforme fuera a la rodilla, nada de minifaldas como se estilaba en la época.

Con el paso de los años, Bony se ganó el respeto absoluto cuando se graduó como doctor, hasta hubo llantos en la 3, cuando se retiró para dedicarse a la medicina.

Para la mayoría de los estudiantes que conocieron a Bony, a los que salvó de ir por el mal camino, se lo agradecían en la calle, en su trabajo… fue un ejemplo.

Con el paso de los años, Bony fue director del ISSSTE en Matamoros, aquellos estudiantes ahora profesionistas, le consultaban la salud con su familia, le apreciaban las enfermeras, sus colegas y personal de la clínica.

Incluso hasta Mario Zolezzi García, el exalcalde (qepd), en su época de estudiante, Bony lo regañaba porque lo castigaban por incumplir con las tareas, aunque fuese hijo del entonces comandante en jefe de la Policía Judicial del Estado, Ricardo Zolezzi, allí fue uno de tantos. Cero influencias.

Triste, el terapista Guillermo Valdez, ve a su papá Bony como un héroe, siempre de buen humor, que le dio todo el apoyo, sabía que todos esos estudiantes de la Secundaria 3, lo estimaban. A su memoria publicó en su página de Facebook:

“¡Hasta siempre Mi amigo, mi maestro, mi padre.

Fuiste el mejor siempre. Mi héroe, mi psicólogo, mi apoyo.

Ya estas descansando en el gozo eterno junto a tus hermanos y primos que tanto amaste.

Me quedo con tu ejemplo, con toda la bondad que me diste, con todas tus enseñanzas.

Me diste lo mejor siempre.

Te vamos a extrañar todos los días hasta que volvamos a estar reunidos.

Te amo siempre papá!

Espero llegar a ser, al menos la mitad de lo que tú creíste que podía ser. (qepd)”.