La última vez que se le vio en público a Luis Echeverría Álvarez, empujado con su silla de ruedas, fue […]
La última vez que se le vio en público a Luis Echeverría Álvarez, empujado con su silla de ruedas, fue en Ciudad Universitaria en México, cuando fue a vacunarse contra el Covid-19, acompañado de guardaespaldas, así como de abogados trajeados con cuello estirado, con fantasmas de la matanza de los estudiantes de Tlatelolco y el Jueves de Corpus, cuyas nuevas generaciones de cristal, ni idea tienen que fue presidente de nuestro país.
Prohibió Luis Echeverría los conciertos de rock en clubes y grandes escenarios, ni las estaciones de radio podían tocar el género. Por si fuera poco, la Secretaría de Gobernación llamó a los organizadores y asistentes del Festival de Avándaro traidores de la Patria.
Desde hace 46 años que Luis Echeverría dejó la presidencia, disfrutó de su fortuna mal habida, símbolo de la corrupción priísta y soportando el desprecio de quienes recuerdan el autoritarismo que costaron vidas y daños a la economía.
Antes de recibir la vacuna Luis Echeverría, las pocas personas que lo identificaron porque ni hizo filas, comenzaron a insultarlo, de vividor del pueblo mexicano nunca lo bajaron, le reclamaron la millonaria pensión que recibía, hasta que le cerró la llave Andrés Manuel López Obrador, Cabecita de Algodón.
En 1964, Luis Echeverría asumió el cargo de Secretario de Gobernación, del gobierno del presidente Dientón Gustavo Díaz Ordaz, a quien apodaba Luisito por su extremo servilismo.
Aguantaba toda clase de humillaciones Luis Echeverría del presidente, quien le exigía en momentos de tensión, portarse a la altura. Fue en 1968, durante los movimientos estudiantiles, que terminaron en la Matanza del 2 de octubre en Tlatelolco.
Echeverría trató de demostrarle al presidente Dientón que era capaz de asumir decisiones importantes, ahora se sabe, fue uno de los principales artífices de los actos represivos que culminaron con la muerte y desaparición de miles de luchadores sociales.
A pocos meses de asumir posesión como presidente Luis Echeverría. A finales de marzo, estudiantes de la Universidad de Nuevo León tomaron las instalaciones y expulsaron al rector en protesta de una Ley Orgánica que consideraban arbitraria, la protesta se propagó hasta el entonces Distrito Federal, donde estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN), UNAM, Chapingo y otras universidades convocaron a una marcha el 10 de junio.
Había mucha incertidumbre, pues desde la Marcha del 2 de octubre del 68, las manifestaciones sociales se habían apagado, pero aún así, los estudiantes consideraron importante hacerlo. Durante la Marcha, efectuada el día de Corpus, Echeverría sin dudarlo, mandó a reprimir la manifestación mediante un grupo de choque llamado Los Halcones.
La represión dejó muertos y desaparecidos sin datos oficiales, más de 150 personas. Sin duda, El Halconazo es considerado uno de los episodios más oscuros y traumáticos en el mandato de Luis Echeverría.
El 17 de enero de 2002, Luis Echeverría cumplió un siglo de vida. Durante 31 años, luego de dejarla presidencia recibió un salario de más de 161 millones de pesos, producto de su pensión vitalicia, además de otra lana, para pagarle a la gente que le ayudaba como choferes, cocineros, mensajeros, jardineros, mayordomos, 17 personas en total.
La anulación de esa abuso-prestación con el fin de ahorrar recursos fue uno de los ofrecimientos de campaña más conocidos de Andrés Manuel López Obrador. Al llegar a la Presidencia, en el primer mes de su gobierno, envió la iniciativa al Congreso para erradicarla, ante el enojo de Luis Echeverría.
El 5 de noviembre de 2018, el Congreso de la Unión publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el decreto de una nueva Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos, que prohibió las compensaciones pagadas por el erario a los expresidentes. Además, prohibió que los funcionarios públicos ganen más que el jefe del Ejecutivo.
Luis Echeverría Álvarez aceptó la pensión incluso cuando permaneció en arresto domiciliario en 2006, resultado de la orden de un tribunal federal por la acusación de genocidio de la extinta Fiscalía para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (Femospp).
El 9 de julio en su casa de San Jerónimo, Luis Echeverría, presidente de México en el periodo de 1970-1976 falleció en Cuernavaca, viejo, enfermo y solo, sin haber recibido castigo por sus crímenes, acechado por los fantasmas de los estudiantes asesinados.