El poder, la controversia y la enfermedad marcaron la vida de Mauricio Fernández, […]
El poder, la controversia y la enfermedad marcaron la vida de Mauricio Fernández, alcalde con licencia de San Pedro Garza García, Nuevo León, quien la noche del lunes 22 de septiembre perdió la batalla contra un cáncer de pulmón, falleció en su residencia a los 75 años dejando un legado tan deslumbrante como oscuro, un personaje que gobernó uno de los municipios más ricos de América Latina con un estilo autoritario y desafiante que dividió a México entero.
El panista había anunciado hace apenas una semana que pediría licencia entre el 16 y el 30 de septiembre, explicó que tras su primer informe se retiraría del cargo para enfocarse en su salud, lo describió con crudeza como “apagándose la velita”, en su última aparición pública del 15 de septiembre llegó en silla de ruedas, con una máscara de oxígeno y un mensaje demoledor:
“ya paré todos mis tratamientos, decidí dejarme a la buena de dios, ya no me voy a tratar, ha sido pesadísimo tanto la quimio como la inmuno, y la realidad es nomás estar pateando el bote”, expresó.
Mauricio Fernández Garza nació en Monterrey el 12 de abril de 1950 en el seno de dos de las familias más poderosas de Nuevo León, su padre, Alberto Mario Fernández Ruiloba, fue empresario y uno de los fundadores del Partido Acción Nacional, su madre, Margarita Garza Sada, fue empresaria y promotora cultural, de ahí surgió un político acaudalado, polémico y disruptivo que ocupó la alcaldía de San Pedro en cuatro periodos, además de un escaño en el Senado entre 2018 y 2024.
Su estilo rompió esquemas desde el inicio, en 2009 sorprendió al país al anunciar la muerte de un capo del narcotráfico antes que las autoridades federales, después reconoció haber pactado con grupos criminales con el argumento de garantizar la paz en San Pedro, esas declaraciones desataron escándalos, demandas y sospechas que lo persiguieron hasta su último año de vida, incluso en 2024 demandó a una candidata opositora por recordarle sus pactos grabados en video.
En su gestión impulsó proyectos que consolidaron al municipio como referente de desarrollo, aunque al mismo tiempo creó un grupo de inteligencia privada financiado con su propio dinero para vigilar amenazas y recopilar información de los habitantes, un acto que generó indignación y aplausos en la misma proporción, su último periodo se caracterizó por decisiones como la eliminación de la ciclovía Vía Libre y denuncias contra la administración anterior por borrar datos oficiales.
Las encuestas le daban una aprobación superior al 76% y calificaciones destacadas en seguridad y servicios públicos, sin embargo, su forma de gobernar con mano dura, sus pactos con criminales y su confrontación con adversarios políticos lo mantuvieron en la mira nacional, amado por unos y detestado por otros, Mauricio Fernández se apartó de los reflectores en sus últimos días para esperar la muerte en casa, en calma y con la certeza de haber sido uno de los personajes más polémicos, temidos y recordados en la historia política de México.