En la sospechosa cancelación de la Junta de Cabildo en Matamoros, quedó establecido […]
En la sospechosa cancelación de la Junta de Cabildo en Matamoros, quedó establecido que, oficialmente hay dos grupos de poder, los de Morena con algunos independientes y los afines al ex alcalde Mario Alberto López Hernández, La Borrega y al actual presidentito Rubén Sauceda Lumbreras, aliado con los regidores prianistas, del Partido del Trabajo, una emecista y hasta la del 20/32.
Aunque se trataba de una junta de Cabildo extraordinaria, a petición del segundo síndico Alejandro Villafáñez, solo para dar a conocer como protocolo su separación del cargo, en virtud de que ya lo había hecho por escrito ante Instituto Electoral en Tamaulipas (Ietam), para ser posible candidato a Diputado Federal por Morena, que sería antagonista de La Borrega, con el partido Verde Ecologista, la situación se tenzó.
Actualmente se tenía un quórum legal de 20 regidores (de 22 en total), a raíz de que Claudia Astrid Jiménez Ledezma del PRI y María Rosa Rossy Pérez García de Morena, ya habían presentado la separación de cargo, y contando la asistencia del actual presidentito Rubén Sauceda.
Así, el 1 de marzo, a las 16:00 horas se programó la sesión de Cabildo, presentándose la mayoría de síndicos y regidores morenistas:
Asistieron Alejandro Villafáñez, Alba Belén Aguilar, José Manuel Raygoza, Julia Rosa Fávila, Alma Rosa Alarcón, Alejandro Cerezo, Minerva Mata, Jorge Rentería, Ana Luisa Martínez, Juana González, más el presidentito Rubén Sauceda.
Los rivales, afines a La Borrega que faltaron a la junta de cabildo fueron: Laura Enedelia Cárdenas, Jorge Alberto Aguirre, Andrea Acosta (solo asiste a las juntas de cabildo y a cobrar sus vales), Ángel Benito Gómez (a veces asiste a presidencia).
Tampoco asistieron los regidores, Andrés Andrade (a veces asiste a presidencia), Cristina Cabrera del 20/32, nunca asiste, menos si le llama su jefa Susana Prieto por celular, avienta el arpa y se va, Gerardo Sergio Cisneros, es raro que asista a presidencia, por eso se olvida en qué comisiones está.
Mayra Melissa Sámano, le gusta más el glamour que asistir a presidencia, Leticia Alejandra Sierra, panista más chic de Matamoros (si hay mucho aire no va orque se llena de polvo), Ismael García Ramos, asiste desde las ocho de la mañana, pero tiene que salir antes de las 13:00 horas para ir a untarle la pomada contra la culebrilla a su esposa La Chiva Almanza, y Héctor Jaime Silva, solo asiste una vez a la semana.
Guillermo Sánchez, secretario del Ayuntamiento, dio el pase de lista y argumentó tembloroso, que por falta de quórum se cancelaba, pero el regidor Jorge Rentería —que le colgó a Lety Salazar el petate de los difuntos de Control—, argumentó que había mayoría:
“Quedamos en que hoy, tomarían protesta los dos nuevos regidores” -recalcó el licenciado Guillermo-.
Hubo un No generalizado:
“Chequen la minuta de la sesión pasada y ni quedamos en que tomarían protesta los suplentes” —insistió Rentería, pensando siempre en el futuro político de Elva Vigil, su esposa que languidece en la Cámara de Diputados—.
Entonces el — Rubén Lumbreras, de pocas pulgas, después de dos berrinchitos, uno porque el regidor Jorge Rentería recibió una llamada por celular y salió de la sala para responder y otro con un periodista que le replicó:
—A ver, vamos a esperar al regidor, que conteste.
Luego calló a un periodista:
—“Se esta riendo de nosotros, vamos a esperar a que termine de hablar con su compañero para reanudar la sesión”.
El presidentito le aclaró al parlanchín:
—Yo decido si usted interrumpe o no.
El parlanchín le reviró:
—A usted no lo estoy interrumpiendo, estoy hablando con mi compañero…
El presidentito se puso estricto como maestro de párvulos:
—Se va a callar, o lo esperamos a que termine…
—A usted no lo estoy interrumpiendo, ni intervengo en la sesión.
—Lo estoy escuchando, va a guardar silencio o lo esperamos a que termine.
Enseguida, a juicio del presidentito de Matamoros, Rubén Lumbreras, se cancelaba la sesión de Cabildo por falta de quórum legal, por eso en el pasillo le preguntamos en medio de una graciosa huida, que era un atentado a la inteligencia de los matamorenses, había mayoría de síndicos y regidores, pero así, autoritario como es, prácticamente nada respondió, siguió con rumbo a su tejonera donde lo esperaba Perla, para recomendarle tranquilidad.