Desde que José Eduardo Olvera Morales, de 35 años, acusado del feminicidio de […]
Desde que José Eduardo Olvera Morales, de 35 años, acusado del feminicidio de su pareja Karen Berenice López Benavidez el 30 de agosto del año 2020, en Matamoros pasó de todo: surgió la pandemia del Covid-19, quebró una parte de los negocios del Mercado Juárez, la orden de aprehensión contra el entonces gobernador panista, Francisco Javier García Cabeza de Vaca que lo hizo huir a Texas.
Los diputados locales panistas blindaron al Fiscal de Justicia en Tamaulipas, Irving Barrios Mojica, también a Javier Castro Ormaechea, Fiscal Anticorrupción, en Matamoros tres veces cambiaron de nombre a Fiscalía de Distrito de Matamoros, hasta delegación regional, entraron y salieron tres, también llegaron otros tres, comisarios generales de investigación y nada de sentencia.
El 17 de de diciembre, se programó el juicio de sentencia, pero como es nuevo juez, en los tribunales de la 21 y González se llevarían las diligencias y a empezar de cero, en virtud de que se estaban haciendo en el penal de Santa Adelaida “dizque por seguridad de los policías penitenciarios”.
Pero los reporteros notaron que el acusado de feminicidio José Eduardo, nunca salió del penal. La diligencia se programó a las 11:00 horas de ese 17 de diciembre, entró a la sala de juicios doña Margarita, mamá de Karen Berenice, la víctima.
Fue allí cuando el juez de control, sin un solo rasgo de nada, solamente dijo que no estaban dadas las condiciones para iniciar una audiencia de juicio oral, debido a algunas condiciones de salud de las partes en el proceso donde Eduardo, no pudo presentarse al juicio, “como si antuviera en una plaza”.
Así el juez dijo a doña Margarita, una madre afligida desde hace 4 años que ocurrió el feminicidio y se cambia para 2025:
“Eduardo N, no pudo presentarse al juicio, así que será el 9 de enero de 2025 a las 10 de la mañana en los juzgados de la 21 y González, cuando se lleve a cabo el juicio de sentencia”.
Al dictar el juez la nueva diligencia, doña Margarita, tuvo que silenciar con todas sus fuerzas el sollozo, que amenazaba con salir de su alma: ¡Dios mio!
Así es el gobierno humanista que tanto se pregona por Tamaulipas, una madre que apenas puede conciliar el sueño en la noche, don Moisés, un papá, al que lo amenaza la diabetes, que alguna vez se colapsó y de urgencia fue llevado a que lo atendieran los médicos, un beneficio más para el acusado de feminicidio José Eduardo Olvera.