Blindado, lejos del Covid-19, ajeno a los huracanes, Egidio Torre Cantú, exgobernador de […]
Blindado, lejos del Covid-19, ajeno a los huracanes, Egidio Torre Cantú, exgobernador de Tamaulipas, escucha música clásica en la sala de su mansión valorizada en 340 millones de pesos, con una superficie de 8 mil 357 metros cuadrados, en el predio Ventura, ubicada en avenida Santa Bárbara con Callejón de los Ayala 310, en San Pedro Garza García.
Egidio, llegó a la gubernatura de Tamaulipas, tras el asesinato de su hermano Rodolfo Torre Cantú por el crimen organizado, el 28 de junio de 2010, candidato original del PRI para el periodo 2011-2016.
Se rodeó Egidio con el secretario de Finanzas de Tamaulipas Alfredo González Fernández, que al irse, tomo el mando Jorge Silvestre Ábrego Adame, con Jorge Contreras Chio, jefe de departamento de pagos y Cristóbal Rosales, subsecretario de Egresos, detenido que está soltando la sopa.
Enseguida Egidio le dio la Secretaría de Obras Públicas a Manuel Rodríguez Morales y nombró a Guillermo Martínez García, como jefe de Prensa de Tamaulipas, para relacionarlo con industriales y Rodrigo Medina, gobernador de Nuevo León, por eso los contratos millonarios fueron para el constructor Eduardo Vela Ruiz, creador del predio Ventura, de allí la sospecha que sea socio mayoritario.
Sin preocupaciones, Egidio, con el blindaje obtenido, operando políticamente en favor de su sucesor Francisco Javier García Cabeza de Vaca, pasa las tardes en su piscina con sales aromáticas, tomando Margaritas en compañía de su esposa María del Pilar.
Ni le importa a Egidio que Raúl Ramírez Castañeda, titular de La Unidad de Inteligencia Financiera Económica en Tamaulipas, tenga 500 objetivos de investigación, entre ellos ex funcionarios, políticos e integrantes del crimen organizado, al detectar empresas espejo que facturaban, cambiaban de domicilio o desaparecían.
Se pagaba al proveedor, éste a su vez sacaba el dinero, pero aquí se cometió un error, porque el dinero que obtuvieron fue a las cuentas personales de los socios, siguiendo esa ruta del dinero, fue como dieron con los accionistas, de la que una parte ya declaró y del que Egidio ya sabía, porque cedió a Cabeza de Vaca al menos 52 empresas fantasmas.
Pero al amparo de las empresas factureras, en Tamaulipas, con Egidio se dispararon los secuestros masivos, homicidios, desapariciones, extorsiones, levantones, decapitaciones, balaceras, fosas clandestinas y la violencia contra quienes denunciaban, en medio de balaceras y cierres de carreteras.
Ni se acuerda de los 193 cadáveres desenterrados entre las brechas en San Fernando, Tamaulipas; de las narcomantas que le exigían respetar la compra de Nuevo Laredo y Ciudad Victoria en 10 millones de dólares; ni del endeudamiento del Estado por 12 mil 511.9 millones de pesos pagaderos hasta 2040, debido a la adquisición de 11 préstamos con cinco bancos privados, de acuerdo con los datos de la Secretaría de Hacienda.
Por eso Egidio dejó de pagar salarios y bonos a mil Policías de Fuerza Tamaulipas para que cambiaran de bando, Egidio se negó a pagar el acuerdo con el gobierno federal de honorarios dos mil elementos del Ejército Nacional, dejando a los tamaulipecos a merced del hampa.
Allí entraba Guillermo Martínez, que pedía a los jefes de los medios de comunicación que evitaran ventilarlos, hasta el expediente Operación Safiro, donde Egidio desvió 250 millones de pesos para las campañas estatales, con el entonces líder del PRI, Manlio Fabio Beltrones y el exsecretario de Hacienda, Luis Videgaray, pacto blindado por el Servicio de Administración Tributaria.
El premio de Egidio para Guillermo Martínez, fue permitirle que con el presupuesto asignado a los medios de comunicación hiciera una empresa de publicidad en Nuevo León, con asistencia de su asesor José Basave Benítez.
Guillermo y Basave, fueron investigados por la FGR en el fraudulento negocio que hicieron con el equipo de futbol Correcaminos de la UAT al obtener ganancias y negocios derivados de su participación en la Liga de Ascenso MX, mientras Egidio, acelerará los trabajos en su nueva mansión.
Un grupo de manifestantes encabezado por Maribel C., exigieron prisión para Guillermo Martínez, por ultrajar a una adolescente, en un caso que estremeció a los habitantes de Ciudad Victoria, pero del que socarronamente dijo Egidio: ¡aquí no pasa nada!, en tanto la ofendida le gritaba chacal, situación que a la fecha permanece en el archivo de la justicia.
Como gobernador, Egidio, ganaba mensualmente 33 mil 894 mil pesos de sueldo y 116 mil de compensación para un total de 149 mil 849 pesos. Por lo que anualmente recibía, 1 millón 788 mil pesos, por eso las cuentas son incuadrables para su mansión en Nuevo León.
Al final de su sexenio, el nuevo gobernador panista Francisco Javier García Cabeza de Vaca, con sus legisladores, dejaron aprobar las cuentas de Egidio, porque claro, no pudo comprobar facturas por 2 mil millones de pesos, tentáculo de la corrupción con la que Andrés Manuel López Obrador esta luchado.