¿Qué dijeron los testigos del feminicidio, alguno de ellos le dijo al juez […]
¿Qué dijeron los testigos del feminicidio, alguno de ellos le dijo al juez que vio al acusado Eduardo “N” privar de la vida a Karen “N” o solo lo condenaron por la perspectiva de género y la presión en las redes sociales?
Desconocemos casi todo y menos escuchamos lo que declararon los testigos.
¿Por qué nunca se permitió a los medios de comunicación ingresar al tribunal, para tener conocimiento de los que allí se hablaba, para informar imparcialmente a la ciudadanía del resultado en las audiencias y evitar datos erróneos?
¿Quién de los testigos le dijo al Juez que vio a Eduardo “N”, sacar el cuerpo de Karen “N” de su casa y echarla al carro?, o que lo vieron conducir el carro de Karen “N” hacia el canal de aguas negras de la colonia Las Fuentes donde la encontraron sin vida, o que lo vieron desmontar del carro de la víctima en El Olímpico donde lo abandonaron?
Abordamos al pie del edificio del Tribunal de Justicia en Matamoros a Jonathan López Benavides, para preguntarle por una duda que nos estaba consumiendo:
—¿Sí, dígame?
—¿Con todo respeto, su hermana Karen Berenice, tenía novio?
Nos miró Jonathan a los ojos y respondió tenso:
—Eduardo.
—Pero, además de Eduardo, ¿había otro hombre?
—Sí, Eduardo.
—Me refiero a otra persona con la que ese llevaba mejor que con Eduardo.
—Era Eduardo.
—¿Seguro?
Tocándome el hombro, Jonathan respondió molesto:
—Mire, usted no conoció a mi hermana y usted no va a manchar la imagen de su memoria.
Sin decir más, Jonathan se retiró para participar con la exigencia de justicia para Karen en la banqueta del Poder Judicial, siendo que en la carpeta de investigación 397/2020 que obra en la Fiscalía aparecen varias declaraciones que sostienen que Karen tenía a otra persona llamado Isaías, supervisor de la maquiladora TPI.
Por otra parte, investigamos que tres días antes de la desaparición, en la noche-madrugada, Karen asistió a una fiesta en la alberca del motel Las Vegas rumbo a la carretera a Reynosa, acompañada por Isaías y esto nunca lo investigó el Ministerio Público.
Esa madrugada del 28 de agosto, al motel Las Vegas supuestamente llegó a la fiesta una mujer, diciendo que era la esposa de Isaías y sostuvo un altercado verbal con Karen a la que cacheteó y tumbó, cayendo sobre la alberca del motel que tenía asientos como banquitas, donde se golpeó la cabeza, causándose una herida que sangró.
Para ocultar el escándalo, dos personas se llevaron del lugar a Karen y la subieron a su carro para que se retirara del lugar, luego el domingo se llamaron por teléfono celular y acordaron verse en el Fraccionamiento Palmares de las Brisas, donde Isaías dejó su camioneta, subiéndose al carro de Karen y se fueron al motel Del Bosque, carretera a Reynosa.
Posteriormente, Karen dejó a Isaías en su camioneta y se fue a casa de su madre doña Margarita, llegando como las 5:30 de la tarde, porque recogería unas empanadas que le ayudaría a vender en la maquiladora TPI donde trabajaba.
Allí, doña Margarita, le preguntó a su hija Karen:
—Te siento como que acabas de llorar, ¿te peleaste con Eduardo?
—No mamá, lo que pasa es que ando desvelada.
Durante aproximadamente cinco años, cuando ocurrió el feminicidio hemos dialogado con Ministeriales, Fiscales, policías investigadores de aquel entonces, ahora ausentes, así que poco a poco fuimos reconstruyendo el caso.
Desde marzo de ese 2020, doña Margarita presuntamente corrió a su hija Karen del seno familiar allá en la colonia Quinta Real porque no soportaba a Eduardo y peor se puso cuando le dijo que estaba enamorada de él.
Sin decir que era reportero, allá por 2022, una de las vecinas narró que inicialmente Karen se hizo novia de Eduardo, pero nunca vivieron como esposos:
“Es más vivían casi enfrente uno del otro, allí en la Privada 13 y calle 21”.
Al principio del caso se investigó que Karen “N” se hizo novia de Eduardo en la maquiladora Tridonex, luego con Karen se cambiaron a la TPI, donde justamente Isaías era el supervisor laboral, trabajaban allí, después Eduardo “N” renunció y se fue a trabajar como empleado de la empresa Coca-Cola.
En aquella fecha, se supo que también Eduardo trabajaba como aseador de casas en Brownsville, Texas, cobrando en dólares por sus servicios.
La casa donde vivía Karen, era de los papás de Eduardo, un hogar de dos pisos ubicada en la calle 21 y Privada 13 de la colonia Buenavista, de color guinda con vivos en beige, rentándosela la mamá del condenado, allí en la calle 21 y Privada 13 de la Colonia Buenavista de esta ciudad.
En la planta baja de la casa, nadie vive, siempre estuvo cerrada, solo Karen vivía sola en la segunda planta, de hecho, está la puerta de entrada y dos ventanas, pero tapadas con papel de aluminio, por tanto, no se puede ver para dentro pese a la cámara instalada del C-4 en Periférico y Calixto de Ayala (son como 3 cuadras de distancia)
El caso es que los vecinos dicen, veían que Eduardo, le llevaba lonche o ella iba a su casa por comida, porque según lo que platicaba, no tenía estufa, hasta que Karen compró una de dos mechas, chiquita, donde luego cocinaba.
Han pasado cinco años del feminicidio cometido contra Karen “N” y aunque señalan a Eduardo “N” de 35 años, hasta el momento en el expediente 397/2020, de las 89 pruebas que dijo el Fiscal en aquel entonces tenía en su contra, no sabemos si algún testigo dijo lo haya visto asesinar a Karen “N” o al menos que lo vio manejar su carro el día de su desaparición, tampoco sabemos si encontraron sus huellas en el coche de la víctima.
La actual Fiscalía de Distrito en Matamoros, dos veces cambió de nombre de delegación, cuyo titular fue Alejandro Barquín Guasco, cuya secretaria Olivia Ambriz, fue detenida, acompañada por un alegado jefe del Cártel del Golfo, El Ciclón 89, cargo que ocupa actualmente Romeli Alvarado Martínez, que lleva casi 3 años sin hablar con la prensa de Matamoros, porque desde Ciudad Victoria la ligan con la banda mencionada.
Para darnos una idea, desde el 2020 a la fecha, desfilaron infinidad de investigadores en la Fiscalía de Justicia en Matamoros, desde comandantes a investigadores y cada uno opinó sobre el caso de Karen “N”, que llevaba otra vida, versión de una parte de los más de 20 investigadores a condición de jamás revelar sus identidades.
Así como conversaciones con coordinadores, Contralores Internos, Directores, Fiscales, Supervisores, Supervisoras, Unidad de Asuntos Internos, Agentes de la Policía Investigadora, Peritos y Personal de Apoyo Administrativo.
Desde el 2016 que tomó posesión el panista Francisco Javier García Cabeza de Vaca ordenó a través del actual Fiscal de Justicia, Irving Barrios Mojica que jamás aportaran datos a la prensa de Tamaulipas o de lo contrario, los enjuiciarían y además de correrlos, los multaría.
Misma orden a todos los jueces del fuero común, filtrada por David Cerda Zúñiga, entonces presidente de la Suprema Corte de Justicia en Tamaulipas. Ambas instrucciones operan actualmente pese a que el gobernador es Américo Villarreal Anaya.
Como el feminicidio ocurrió justo en pleno azote de Covid-19, para evitar contagios, en todos los juzgados de Tamaulipas se restringió la entrada, así desde el 2020 al 2025 solo acude el juez, abogado y acusado, doña Margarita y sus defensores y a veces otra persona que dicen es psicóloga, acompañando a la mamá de Karen.
LA INSPECCIÓN OCULAR
Personas del barrio de la colonia Buenavista, al identificarnos como reporteros de la Revista Vertical, a condición de no relevar su identidad, nos dijeron:
¿Ya investigaron bien?, resulta que Karen, decía que vivía en la colonia Buenavista con Eduardo, porque la corrió su mamá doña Margarita de su casa allá en la colonia Quinta Real, pero no era así, porque la chica vivía sola:
“Ellos nunca discutieron, ni peleaban, incluso Karen le preguntaba:
—¿Qué te parece lo que voy a comprar?
—Adelante mi amor, tú sabes, —le respondía—.
—Pero la familia de Karen decía que Eduardo era mandón o controlador con ella, ¿que una vez la hizo cambiar de idea por la marca de una computadora? —preguntamos—.
—Señor la veía todos los días, era mi clienta, venía a mi local tal vez más de 100 veces en lo que la conocí.
Allí en la casa de dos pisos donde vivía Karen sola, en la primera planta nadie la ocupa, está herméticamente cerrada, hay que caminar un pasadizo muy estrecho, tal vez de 60 centímetros de ancho, subir escaleras de concreto y llegar a la segunda planta, por fuera solo se ve una puerta y la ventana amplia.
Presuntamente se dice que Eduardo “N” subió el cuerpo a un vehículo y lo fue a tirar al canal de aguas pestilentes de la colonia Las Fuentes, es decir por el estrecho pasillo arrastró el cuerpo, salió a la calle y lo subió, no se sabe con certeza, si en el asiento del copiloto o los asientos traseros o en la cajuela para irlo a tirar en horas de la madrugada.
Pero antes supuestamente Eduardo “N” subió maletas en la cajuela del carro de Karen que después abandonó según la carpeta de investigación por las inmediaciones de El Olímpico, donde ningún reportero vimos que lo abrieron y que haya traído esa maleta, tampoco, que hayan asegurado sus puertas, ni cofre, ni cajuela, antes de que se lo llevara la grúa a los patios de la Policía Ministerial.
A Eduardo lo acusa la Fiscalía de Justicia de ser autor material e intelectual de feminicidio y lo sentenciaron a 43 años de prisión, suponemos basado en lo que hayan grabado las cámaras de Seguridad Pública instaladas en Periférico, que una de esas cámaras apunta a la ventana de Karen, pero es giratoria.
Sin embargo, no sabemos si la Fiscalía, haya aportado los videos de la cámara del C-4 que está en la Calixto Ayala y Periférico o los videos de la cámara del vecino de la calle 21, justo los videos de la cámara que mira a la casa de Karen que está a más de 200 metros de distancia y el juez, como todos los que estaban en la audiencia los hayan visto.
Es decir, nadie sabemos si se proyectaron los videos de esas cámaras, para estar seguros de que si se ve a Eduardo “N” mínimo sacando el cuerpo de la víctima y que se vea al acusado conduciendo el carro de la chica.
A raíz que dijeron los policías que supuestamente Eduardo les comentó que faltaba ropa de Karen y una maleta, Jonathan su cuñado fue a la casa, revisó sin encontrar ningún rastro de sangre, pero halló todo en desorden, así que su mamá doña Margarita presentó la denuncia.
Pero en la Fiscalía, le dicen que no la pueden tomar por lo del Covid-19, le dan una dirección del correo electrónico y al otro día en la oficina, le dicen que si puede hacerla verbal, pero Jonathan dijo a quién redacta, que la presentó vía electrónica y luego personalmente el 1 de septiembre.
En las investigaciones resulta que hay un vecino que tiene una cámara exterior, donde presuntamente se ve cuando sale el coche de Karen, seguida por una camioneta negra con vidrios ahumados, cámaras que a la fecha todavía existen porque están instaladas, pero no sabemos si sacaron esos videos y que en ellos se vea a Eduardo, manejando el carro de la víctima.
Supuestamente dos personas sin identificar, le piden a una persona del barrio los videos de su cámara y le pagarán 20 mil pesos, pero él se niega por ser vecino-amigo de Eduardo, pero luego le dicen, tiene que huir porque le ofrecen a su vecino 40 mil pesos y un carro para ponerlo y lo detuvieran y luego lo andaba pidiendo Jonathan, hermano de Karen.
El vecino dijo supuestamente que se borró la evidencia porque solo se guarda diario en la cámara y no se sabe si los peritos hayan ido a su casa para hacer lo posible por sacar esos videos, porque todos sabemos que, si se oponía, la Fiscalía podía pedirle autorización al juez para sacarlos.
Aquí tenemos que hacer un paréntesis porque la denuncia la recibe Elva Verónica Vargas Martínez de la Fiscalía Especializada en Atención a Personas no Localizadas o Privadas de su Libertad en Matamoros.
Presuntamente, Verónica es amiga de Angélica Rodríguez González, secretaria del agente del Ministerio Público especializada en secuestros que depende de la Fiscalía de Justicia, junto con su pareja Alejandro Alonso Saucedo García, también de la Fiscalía en Matamoros, conductor de un vehículo, ambos fueron detenidos en el vecino país, con mucho dinero en dólares.
La detención ocurrió el 2 de mayo, cuando los agentes fronterizos seleccionaron para una inspección secundaria un Fiat rojo modelo 2022 que intentaba cruzar hacia México.
Durante la revisión, los oficiales hallaron paquetes con 148 mil 610 dólares escondidos dentro del vehículo, 5 mil 485 dólares ocultos en el cuerpo de Alejandro y 30 mil dólares adheridos al cuerpo de Angélica, de acuerdo con el comunicado fueron puestos a disposición de los agentes de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI).
En la cruz que llevaba Angélica, encontraron un microchip, con varios casos de secuestro, desapariciones forzadas y datos duros que están ocultos para el público, porque había tratos con delincuentes que operaban secuestros y homicidios con fichas, datos de secuestro, pagos de piso y demás delitos.
Dentro de esa carpeta de investigación 395/2020, se nos dijo que el lunes 31 de agosto de 2020, declaró Isaías en la agencia del Ministerio Público que en el trabajo, Gabriel, un compañero, le dijo que Karen no se había presentado a trabajar, le llamó por celular pero nunca le contestó.
Por la tarde, Isaías fue a casa de Karen, acompañado de otra persona sin identificar para saber qué había pasado y allí se encontró a Eduardo que estaba tirando la basura y le preguntó si ella estaba enferma:
Aquí se sabe que Eduardo y Karen, ya no eran novios, pero seguían siendo amigos, así que Isaías era el nuevo, pero Eduardo lo desconocía.
La presión en las redes sociales estalló en aquel entonces, porque se sospechaba que el feminicida era Eduardo “N”, ya que era el novio de la víctima y porque supuestamente tenía acceso a su casa, pero no estaba probado y menos, porque la carpeta de investigación cambiaba cada dos por tres de manos en la fiscalía.
Incluso cuando Eduardo declaró, con el paso de los días, decidió cuidar a su abuelita en su casa ubicada en 5 de diciembre en Reynosa, Tamaulipas, donde dijeron los Ministeriales lo detuvieron, porque el Fiscal, solicitó y consiguió la orden de aprehensión contra Eduardo por feminicidio.
Sabía de la presión Eduardo por redes sociales, pero se sentía tranquilo porque cuidaba a su abuelita en Reynosa, por miedo a que lo fueran a levantar, ya que uno de sus vecinos le dijo que entraban y salían vehículos sospechosos por la Privada 13 y veían hacia su casa, además ya había rendido declaración ministerial.
Con los datos donde estaba Eduardo, Ariadna y su compañero José de la Luz, los policías ministeriales fueron por él, lo detuvieron y se lo trajeron a Matamoros.
Se supo que Karen falleció de un golpe contuso en la cabeza, pero no sabemos si el médico legista, le dijo al juez, con qué se había hecho ese golpe, tampoco sabemos si el peritaje arrojó el lapso de tiempo en que se ocasionaron los golpes antes de su fallecimiento.
Si estaba descompuesto el cuerpo de la víctima por haber estado cuatro días consecutivos en las aguas pestilentes del canal de la colonia Las Fuentes, no sabemos cómo es que haya dicho el perito médico legista, sobre su muerte.
Después de la condena, sabemos que un magistrado resolverá si confirma la condena del juez contra Eduardo, revocará la sentencia contra el acusado, o se tendrá que reparar el procedimiento, porque desde la desaparición de Karen, no se actuó inmediatamente apersonándose en la casa de la víctima y asegurándola precisamente para que no se fueran a llevar o poner evidencias por desfilar varios Fiscales y suponemos todo el expediente está viciado.
Ahora el dos de julio, el Juez Arturo Baltazar Calderón emitirá las razones de su sentencia contra Eduardo que seguramente apelarán los abogados y así, la carpeta se irá al Supremo Tribunal de Justicia para resolver.
Todo esto porque el Ministerio Público nunca declaró a gente vecina de Karen y Eduardo, tampoco a Don Moisés, su papá y yerno, testigo de importancia valiosa, porque aparece en un video publicado por su hijo Jonathan cuando clama justicia y con sus puños golpea la pared de su cuarto, que todavía se puede ver en Facebook.
Cuando encontraron el carro de Karen abandonado allá por el Olímpico, nunca hicieron la cadena de custodia, es decir allí nunca tomaron pruebas de nada, por lo tanto, no sabemos si el perito, en el interior vio algunas evidencias y tampoco sabemos si encontró huellas en su interior y de quién eran esas huellas.
El vehículo fue llevado a la Fiscalía, es decir en la escena del crimen nada se hizo, ¿por qué?, ni siquiera aseguraron las puertas del coche, para que nadie pudiera meter o sacar algo que conviniera a las partes, ni siquiera fotografiaron los interiores del coche.
Desconocemos si los peritos encontraron huellas de Eduardo en el carro, en sus interiores, en la computadora, peinador y demás objetos que estaban en la casa donde supuestamente ocurrió el crimen, para poder decir que Eduardo estuvo en el lugar antes de la muerte de Karen y culparlo.
Llama la atención que el 1 de septiembre de 2020, doña Margarita presentó su denuncia de desaparición de Karen, pero el Ministerio Público, no ordenó de inmediato que la Policía Ministerial acudiera a la casa, la asegurara para que nadie entrara e investigara su paradero, o si los vecinos y compañeros laborales lo sabían, o que investigaran a Eduardo.
También llama la atención, que el dos de septiembre cuando encontraron el carro en El Olímpico, el cuerpo de Karen estaba al día siguiente en el canal de aguas pestilentes, nada investigaron los Policía Ministeriales, sino hasta el 12 de septiembre entregó el fiscal el oficio de investigación a la ministerial.
Los ministeriales dicen que Eduardo presuntamente le robó el celular a Karen y encontraron el chip en su casa, pero no sabemos si el Fiscal, haya ordenado sacar la información de la telefonía a que pertenecía el chip, para saber dónde estaba el teléfono a la hora de su desaparición, porque el chip es infuncional sino se conecta a un dispositivo.
Por tanto, la Fiscalía, con todos estos detalles, podemos asegurar que no probó la culpabilidad de Eduardo pese a la presión en las redes sociales, que solo puso al descubierto una investigación deficiente y una burocracia de fiscales con la propia Ministerial del Estado.
Un caso similar, pasó en el juicio penal enderezado en contra de José Antonio Zúñiga, un joven tianguista que fue detenido en Iztapalapa por policías de una patrulla de la Ciudad de México y acusado injustamente por el delito de homicidio, que a la postre resultó inocente.