Con el terror reflejado en su cara de nueva cuenta, Edith González y […]
Con el terror reflejado en su cara de nueva cuenta, Edith González y madres buscadoras del Colectivo Amor por los Desaparecidos, encontraron un nuevo campo de exterminio en Reynosa, Tamaulipas con restos humanos calcinados.
El descubrimiento se hizo el 10 de marzo en un predio ubicado a cuatro kilómetros de la colonia Colinas del Real rumbo a la carretera a Monterrey, pero entonces Edith aseguró: allí se identificaron al menos 14 puntos con restos humanos incinerados y múltiples objetos personales.
Fue una denuncia anónima por teléfono celular que alertó sobre la existencia de cuerpos y restos humanos.
Entre los artículos localizados se encontraron una hebilla de cinturón con la figura de dos pistolas, un rosario, chalecos antibalas, equipo táctico y casquillos percutidos de armas de alto calibre, lo que sugiere un escenario de violencia extrema.
La macabra historia parte de la supuesta venta que hizo el prian, con los gobernadores Egidio Torre Cantú, ahora multimillonario residente en Garza García, Nuevo León (sustituyó en la candidatura a su hermano Rodolfo asesinado, presuntamente por Los Zetas) y el prófugo de Francisco Javier García Cabeza de Vaca (fundador de Los Gopes).
En Tamaulipas se tiene un registro de más 13 mil 228 personas desaparecidas, segundo lugar en el país, aunque en algunos casos el destino de ellos se esclareció tras la captura de algunos líderes de organizaciones criminales.
Aquí, a ninguna autoridades estatal y federal importó, mucho menos al gobernador Egidio, que al ser detenido en 2014 El Jefe Zeta, Ricardo Iván Santillán Trejo, El Ricky, confesó que junto con su grupo mataron cuando menos a 500 personas y fue sentenciado a 23 años de prisión:
Muchas de esas personas fueron ejecutadas y quemadas, convertidas a cenizas en la Sierra de las Cucharas, en El Mante.
Allí las autoridades localizaron más de 100 kilos de fragmentos óseos y en donde el Colectivo Milynali encontró, además de tambos metálicos para la incineración de cadáveres, ropa de niños y adultos sepultada.
Aquel centro de exterminio de Los Zetas se hallaba habitado permanentemente; entre los huesos quemados se encontraron innumerables latas de comida, artículos de limpieza y objetos personales de los encargados del campamento.
En 2014 se reportó la captura de Caudillo Salinas, El Comandante Fili, según los reportes, a cambio de su libertad entregó a la DEA información sensible sobre el Cártel del Golfo.
Entre los datos proporcionados se hallaba la ubicación del centro de exterminio en el ejido La Bartolina, en el kilómetro 18 de la carretera a la Playa Bagdad.
En 2021, la entonces comisionada nacional de búsqueda, Karla Quintana, informó que en La Bartolina se habían extraído más de 500 kilos de huesos humanos, ya en las administración de Francisco Javier García Cabeza de Vaca.
El periodista Carlos Manuel Juárez, del portal Elefante Blanco, recogió testimonio aterrador:
“En la Bartolina, donde pises hay una muela, una cervical, una costilla, una mandíbula: hemos encontrado cuerpos enteros y medios, cervicales con pelvis completas”.
El Fili recuperó la libertad y volvió a ponerse al frente de Los Ciclones en 2016, lo asesinaron tres años más tarde en un enfrentamiento, porque una vez fingió su muerte.
Pero esas declaraciones de El Ricky nadie de las fuerzas federales, ni estatales, ni ministerios públicos, las tomaron en cuenta.
A pesar de la magnitud del hallazgo el 10 de marzo, Edith González denunció la tardanza de las autoridades para intervenir en el sitio, sucede que el Fiscal de Justicia, Irving Barrios Mojica, fue impuesto y blindado por los legisladores del PAN de Francisco Javier García Cabeza de Vaca:
“El problema es que seguimos encontrando cuerpos, pero la fiscalía no los levanta. Eso retrasa la identificación de las víctimas y aumenta el sufrimiento de las familias”.
Hasta las 19:00 horas del 11 de marzo, las buscadoras continuaban en el lugar esperando la llegada de la Unidad de Investigación de la Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJT) a cargo de Irving Barrios, para el levantamiento de los restos.
En la zona también estuvieron presentes elementos de la Guardia Nacional, Guardia Estatal y personal de la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas que proporcionaron resguardo del lugar durante las labores.
Este nuevo hallazgo se suma a los 19 puntos de exterminio localizados por el colectivo en lo que va del año, reforzando la crisis de desapariciones forzadas en la región y la falta de acciones inmediatas por parte de las autoridades para garantizar justicia y respuestas a las familias, por eso en Tamaulipas ni causa asombró lo encontrado en Jalisco, ambos son estados del mismo dolor, con tierra de cadáveres.