Director General: Julio Alberto Rubio Pérez

DIPUTADOS PREMIAN A LALO GOVEA CON LA FISCALÍA ANTICORRUPCIÓN EN TAMAULIPAS; FUE PROTECTOR DEL Z-2, EL KELÍN…

Oscar TreviñoJr. - 3 noviembre, 2024

Cuando el Congreso de Tamaulipas nombró a Jesús Eduardo Lalo Govea Orozco, como […]

Ajustar texto: 442 vistas

Cuando el Congreso de Tamaulipas nombró a Jesús Eduardo Lalo Govea Orozco, como fiscal anticorrupción, fue la primera vez que estuvieron de acuerdo los miembros del Cártel del Golfo, Los Zetas, el Cártel del Noreste, entre otros hampones, sucede que el abogado es un amigo de la vieja escuela.

El simpatizante del cártel en Tamaulipas, Lalo Govea, justo el Día de Muertos, uno de noviembre, asumió el cargo sustituyendo a Raúl Ramírez Castañeda, de la gente Francisco Javier García Cabeza de Vaca, con 32 votos a favor y ninguno en contra.

Orgullosos los legisladores del Congreso del Estado nombraron el 30 de octubre a Jesús Eduardo Govea Orozco como nuevo titular de la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción en Tamaulipas tras la ruptura entre el Cártel del Golfo y Los Zetas en 2010, del que surgieron Los Metros, Escorpiones, Ciclones y demás.

Para que se den una idea Lalo Orozco, el flamante fiscal anticorrupción allá por los años en que el narco en Matamoros, Tamaulipas sentaba su dominio, era fiscal del fuero común que, desde entonces comenzó a proteger a Rogelio González Pizaña, El Kelín, o El Z-2, desde Ciudad Victoria.

Amo y señor de los rumbos de la carretera a la playa Bagdad, El Kelín, originario del ejido El Huizachal y allá por esa zona comenzó a matar a sus rivales y enterrarlos por área del ejido La Bartolina, matorrales donde todavía se siguen encontrando restos humanos.

La vida de Rogelio González Pizaña, El Kelín o Z-2, está plagada de terror, asesinatos, desapariciones forzadas, secuestros, chantajes y protección. Nunca fue militar, pero se encumbró en el Cártel de Los Zetas como una pieza clave, después de Arturo Guzmán Decena, El Z-1, que fue asesinado el 22 de noviembre de 2002.

El 10 de agosto de 1997, Pablo Sergio Galván Guerrero, fue levantado en una fiesta y lo asesinaron con más de 100 balazos allá por el rancho Arroyo Salado, los autores materiales fueron El Kelín, Carlos González Garza, El Carlillo; Abelardo Conde Covarrubias, El Calabazo (que tiene corrido); Reynaldo Vallejo Flores, El Charanga y Felipe Vallejo Flores, El Pipo.

Todos ellos se entregaron, por instrucciones del entonces jefe de plaza narco y el juez Rogelio Arizpe Rojas (qepd), en un juicio sumario, los sentenció a cinco años de prisión por el delito de homicidio tumultuario, es decir:

“Los peritos forenses, nunca establecieron cuál bala y de qué pistola y ametralladora mataron al soldador Pablo Galván”.

El juez impuso una multa alta, 7 millones de pesos de aquellos tiempos por un delito que, en ese momento no era grave, dinero que a Rogelio Arizpe, otros sujetos mal encarados, se los echaron en el escritorio cargados en una balsa de plástico negra, como las de la basura, para que los contara con sus secretarios.

Días después el Juez Rogelio Arizpe, llamó por teléfono a José Guadalupe Herrera Bustamente, Procurador de Justicia en Tamaulipas (hoy Fiscalía) en la época de Tomás Yarrigton Ruvalcaba, para preguntarle si era suya la firma de la negativa de apelación, porque la tinta era en color rosa:

—¿Procurador (José Herrera), le puedo hacer una pregunta personal?

—Sí…

—Es suya la firma rosa, del pliego de la no apelación.

—Sí, así firmo yo.

—¿Es usted “puto”?

—Jajaja, no, no se preocupe. No voy a apelar a su sentencia.

Sucede que José Herrera, tenía un hermano narco en Tamaulipas, por eso cuando fue gobernador Eugenio Hernández Flores (hoy jefe político del Partido Verde Ecologista), lo nombró magistrado en el Estado, después del fuero, su perfil ahora es de microbio.

Por eso El Kelín cobró fuerza, sus dominios se acrecentaron en la zona del mar, que justo en la boca del río, hacía trasiego de las diferentes drogas prohibidas y con el amparo de la noche las cruzaba a Texas en potentes lanchas.

Pero fue un 12 de septiembre de 2001, cuando una partida del Sector Naval Militar, al mando del jefe Fernando Castañón Zamacona, capturaron allá en la playa a El Kelín en compañía de dos damas.

Era de madrugada y El Kelín estaba a un lado de una camioneta Durango 4×4 con dos voluptuosas mujeres, pero en la orilla del mar, bajo una luna llena radiante, los atraparon en una orgía al calor de las drogas y el alcohol.

El Kelín labioso como era, se identificó como integrante de la Jefatura de Estado Mayor de la Policía Federal Preventiva, la charola lo decía, pero Fernando Castañón ya sabía que era el narco jefe de la playa Bagdad, porque intentó sobornalos con 10 mil dólares, que luego aumentó a 20 mil, recibiendo un: “¡No!”

Lo entregaron a la entonces a la Policía Judicial Federal (PJF), después Agencia Federal de Investigaciones (AFI) de la PGR hoy FGR, pero Fernando Castañón, sin sospechar, hizo su informe y lo envió a la Secretaría de Marina Nacional.

Así, el 14 de septiembre, el comandante de la Policía Judicial Federal, Gabino García Moreno de viva voz, allí fuera de las oficinas de la PGR, ante una nube de periodistas locales, de Texas y de México, pero nunca dejaron que se acercaran elementos de otras corporaciones, notificó la detención del jefe de “Los Chicos de la Playa”, Rolando González Garza, El Quilín.

Allí intervino Galo Pérez Canales, como abogado de El Kelín y dentro de las oficinas de la PGR convenció a los federales para que lo cambiaran por otra persona recibiendo un regalo de 100 mil dólares.

A los soldados los usaron para llevar al detenido al aeropuerto local y de allí a México, pero cuando lo sacaron de las instalaciones de la Fiscalía, la cara se la taparon con una camiseta, ante mínimo 60 periodistas.

Días después cuando la Fiscalía General de la República (antes PGR), informó de la detención, con la fotografía, Fernando Castañón se trasladó a México para decirles que el detenido había sido cambiado:

“El que nosotros detuvimos y entregamos a los federales no es el que tienen detenido, ese no es El Kelín que pertenece al Cartel del Golfo”.

Le notificaron al entonces presidente Vicente Fox Quezada y que monta en cólera, porque en Matamoros, les vieron la cara de tontos, por eso en el siguiente sexenio Fernando Castañón, originario de Tampico, fue nombrado Secretario de Marina Nacional.

Poco a poco comenzaron los interrogatorios en la PGR, sin que nadie se diera cuenta, puesto que era momento de establecer orden, por eso se organizó un operativo desde México. En Tamaulipas nada le avisaron al entonces gobernador Tomás Yarrington, ni al entonces alcalde, Homar Zamorano Ayala (actual asesor del presidente municipal, José Alberto Beto Granados Fávila).

Así, militares y federales, el 7 de febrero 2002 en un operativo sincronizado, fueron a la oficinas de la PGR y luego a las Agencias del Ministerio Público del Fuero Común para detener a fiscales, judiciales federales y secretarios para remitirlos al juzgado tercero de distrito en materia penal, con sede en el penal de máxima seguridad de La Palma, en Almoloya de Juárez, Estado de México a:

Gabino García Muciño, en ese momento comandante de la Policía Judicial Federal; los agentes del Ministerio Público Federal Josué Amílcar de la Horta Castillo, Vladimir Hinojosa Chapa, Brígido Torres Palacios, Rubén Hernánez Hernández y Juan Uriza Lara, el que urdió el plan.

También fueron detenidos los agentes del Ministerio Público del Fuero Común, Pedro Cavazos Martínez, Mario Francisco Erazo Berrones y Jesús Eduardo Govea Orozco que ahora es el Fiscal Anticorrupción, además que participó en la entrega-recepción de gobierno de Francisco Javier García Cabeza de Vaca y el morenista Américo Villarreal Anaya.

Ese ese 2002, Angel Buendía Buendía, quien fungía como visitador general de la PGR en conferencia de Prensa dijo refiriéndose al concluir con los nombres que casualmente fue:

“Entre ellos Jesús Eduardo Govea Orozco, por los presuntos delitos de evasión de detenido; contra la salud, en su modalidad de fomento (recibir sobornos) y delincuencia organizada. Hemos ejercido acción penal o administrativa contra más de 600 empleados de la Procuraduría, procesos que han derivado en consignaciones, causas penales, destituciones e inhabilitaciones”.

Como se habían llevado detenidos a los secretarios y escribientes de la Policía Judicial Federal y Fiscalía Federal, todos ellos quedaron libres bajo las reservas de ley:

María del Rosario Ortiz Medina, secretaria; Rosalba Vega Cruz, secretaria; Mario Alberto García Hurtado, comisionado de la PGR; Margarito Aguirre Carrillo, administrativo; Carlos Javier Moreno Vega, Lázaro Perales Precisado y Eusebio de Jesús Abascal, agentes federales; Moisés Rivera Ramírez, Humberto Aceves Rivero y Jesús Rocha Paredes, secretarios.

En ese mismo 2002, el nombre de Jesús Eduardo Govea, fue citado en un informe directo de la Procuraduría General de la Republica (hoy Fiscalía) señalando:

“Dictada la Formal Prisión por violaciones a la Ley Federal de Delincuencia Organizada”. Es decir estaba en prisión por su relación con el Cártel del Golfo.

Pero Rogelio González, El Kelín o Z-2, fundador de Los Zetas, salió del penal del Altiplano el 30 de agosto de 2014, fue absuelto de los delitos de delincuencia organizada y de homicidio simple en grado de tentativa, incluidos en la causa penal 56/2004.

El Séptimo Tribunal Unitario de Circuito del Centro Auxiliar de la Tercera Región con residencia en Guadalajara, Jalisco, modificó la condena de 16 años, impuesta en enero de 2014 por el Juzgado Cuarto de Distrito en materia de Procesos Penales Federales, con sede en Toluca, Estado de México.

La nueva sentencia fue de 6 años con 3 días de prisión y 101 días de multa, periodo que El Kelín ya había cumplido, pues estuvo recluido desde octubre de 2004. Esa es la justicia federal que, por ese y muchos más casos, se hizo la Reforma Judicial.

El cuerpo colegiado sólo encontró pruebas para fincar responsabilidades a El Kelín, por los delitos de portación de armas de fuego y posesión de cartuchos de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea:

“Al advertirse que el reo ya compurgó la sanción de seis años tres días de prisión, impuesta en esta Segunda Instancia, por conducto del Tribunal Auxiliado, deberá girarse oficio al director del Centro General del Centro Federal de Readaptación Social Número Uno Altiplano, con sede en el municipio de Almoloya de Juárez, Estado de México, a fin de que sea puesto en libertad inmediata”.

La Comisión Nacional de Seguridad, adscrita a Segob, nunca emitió una comunicación oficial sobre el tema, es decir aceptó la reducción de la sentencia.

El Kelín siempre ostentó un rango por encima de Heriberto Lazcano Lazcano, El Lazca o Z-3 (asesinado), en el escuadrón de élite del Cártel del Golfo, sin ser miembro de los grupos especiales de las Fuerzas Armadas Mexicanas.

Por eso El Kelín, hizo más grande la pista clandestina de aterrizaje del ejido Los Cuervos, allá por la playa, de donde bajaban los valiosos cargamentos y los trasladaba en lanchas rápidas hasta Estados Unidos, de acuerdo con informes del gobierno mexicano.

También El Kelín, creó una red de protección en Matamoros y Reynosa que le permitió operar y circular tranquilamente de supuestos irrisorios cercos, que le tendieron la policía estatal y federal varias veces cerca de la costa, pero para “mocharlo” como se decía en el argot políciaco.

Mostró El Kelín su capacidad de corromper a las autoridades y ya con todo el poder, ni siquiera era molestado, por eso la noche de su captura traía 43 mil 800 dólares en su poder.

Se dice que El Kelín era ferviente adorador de San Juditas, el de las causas difíciles, olvidó por la loquera que tenía que ofrendar con velas y flores su imagen; era de madrugada y allí en el bar La Covacha (derrumbada), allá por la avenida Lauro Villar el 29 de octubre se armó el operativo.

Elementos de la Agencia Federal de Investigación (AFI), de la Policía Federal Preventiva (PFP) y del Ejército Mexicano, rodearon La Covacha y se armaron los plomazos, fue una guerra sin cuartel, el infierno en Matamoros.

El Kelín, era protegido por su propio grupo de sicarios, quienes le tendieron una ruta de escape, hasta lanzaron bazucazos y granadas de fragmentación, un vehículo con tres sicarios ardió en llamas, se escuchaban sus gritos de dolor.

Allí en la refriega, murieron los agentes de la AFI, Omar García Jara, Arturo Hernández Hidalgo y Joel Melgar Arredondo y otros dos resultaron heridos.

Herido, El Kelín, fue capturado y trasladado inmediatamente al Distrito Federal. En el mismo operativo, la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada(SIEDO) de la Procuraduría General de la República (PGR) consignó a 15 de las 58 personas detenidas.

Entre ellas había 22 mujeres, 20 hombres y un menor de edad que laboraban en el bar, que según la AFI, era propiedad de El Kelín.

Mercedes del Cármen Guillén Vicente, la entonces secretaria general de Gobierno, hizo un comunicado para felicitar, en nombre del entonces gobernador Tomás Yarrington Ruvalcaba, por el éxito del operativo, al que llamó:

“Conjunto entre elementos de seguridad de la Federación y Estatales, que llevaron a la captura del peligroso narcotraficante”.

Pero en el 2015 en diciembre, aunque para nada hay alguna información oficial, fue liberado El Kelín, pero junto con su familia fue secuestrado y ya nada se supo.

Los años pasaron, como la información se restringió para los medios de comunicación, ni jueces, ni fiscales hablan de los casos federales, ni siquiera de grameros, ni puntos ¡nada! como si nunca existieron, por eso cuando el flamante licenciado Jesús Eduardo Govea, trabajaba de nueva cuenta como litigante, los viejos abogados se veían a los ojos.

Pero es que se desconoce si fue procesado o absuelto, nunca ha mostrado la averiguación de la que tiene copia, nadie más tiene una, pero, era de los fiscales que mensualmente, en el tiempo que estuvo en Matamoros, presuntamente recibía una cuota mensual en dólares.

Peor es que ahora participó en el equipo de transición del actual gobernador Américo Villarreal y que los diputados locales lo acaban de nombrar fiscal anticorrupción, es como darle una patada a la justicia.

ENTÉRATE PRIMERO
Suscríbete al newsletter
Lo más visto

TE PUEDE INTERESAR

NOTICIAS ANTERIORES

DENUNCIA ANÓNIMA

    CONTÁCTANOS

    LLámanos (868) 810 1351 y (868) 341 3050
    EscríbenosBusiness Solution Center Whatsapp
    Síguenos
    Vertical FacebookVertical InstagramVertical Twitter