Para que Brille Matamoros, la playa Bagdad necesita una inversión de más de […]
Para que Brille Matamoros, la playa Bagdad necesita una inversión de más de 16 millones de pesos y para que se den una idea, el director del baneario ha sido cambiado cuatro veces en cinco meses por lo que se augura una Semana Santa pésima, con deficientes servicios, cabañas en pobres condiciones, sin energía eléctrica en las noches, sin agua potable y lo peor, sin transporte público.
Desde principios de octubre, Humberto Francisco Salazar López, fue designado como director de la playa Bagdad, nombramiento entregado por el alcalde José Alberto Granados Fávila, pero fue cesado antes de que terminara 2024.
Nadie supo las razones, pero el cargo lo ocupó Jorge Elías Jalife Saldívar, que todavía ni finalizaba enero de 2025 y ya lo habían cambiado de nueva cuenta por Humberto Salazar.
Al inicio de marzo, Humberto Salazar, otra vez fue cambiado para incorporarse a la coordinación de Protección Civil y ahora el cargo de director de playa Bagdad lo ocupa Juan Carlos de León Venegas, de esos funcionarios imberbes.
Cuando el alcalde Beto Granados presidió las sesiones Sexta y Séptima del R. Ayuntamiento de Matamoros, allá en el poblado Las Higurillas, se aprobó con síndicos y regidores, el proyecto de obra de rehabilitación de la playa Bagdad con una inversión de más de 16 millones de pesos y consistirá en la construcción de un muro de contención, cabañas de material y rehabilitación de la fachada del acceso.
Pero nadie de los síndicos y regidores tiene conocimiento que, de Matamoros a la playa Bagdad hay 38 kilómetros de distancia y que ni siquiera existe transporte público, únicamente tres taxis piratas que hacen el recorrido por 120 pesos de ida y vuelta.
El alcalde Beto Granados confió en que cabañas de material, construcción de muro de contención y acceso principal renovado (aunque ya está en excelentes condiciones), quedará listo antes de que empiece Semana Santa que comprende del 13 al 20 de abril.
Pero se necesita en el caso de las cabañas de material, un permiso especial de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) porque operará sin estudio de impacto ambiental y contaminará el lugar, situación que daría lugar a la pérdida de la concesión.
Las instalaciones de energía eléctrica están en terribles condiciones, desde el atardecer hay serios fallos que hasta se suspende el suministro de agua potable, así que antes de media noche, sin vigilancia, entra el “vidrio prohibido” y el balneario se convierte en un gigantesco bacín.
Por si fuera poco en la inversión, jamás se contemplo el distintivo de la Playa Bagdad donde los paseantes solían tomarse fotografías, pero que lo vientos la derribaron y en lugar de volverla a colocar, el entonces director de playa Manlio Anton Villar Martínez, flojo como es, la embodegó echándose a perder.
Desde octubre a la fecha, Miry Leal Guajardo, encargada de Turismo Municipal, sin ideas, mortificada por su estética personal, ni siquiera ordena cuando menos se tomen fotografías de la flora, fauna de la playa Bagdad para hacer postales o regalarlas como zonas emblemáticas de Matamoros, mucho menos su jefe Enrique Garza Salinas, secretario de Desarrollo Económico y Turismo, que le da cosa llenarse de arena los zapatos finos que usa.