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ASESINARON CON SAÑA A MARTÍN, VELADOR DEL ESTACIONAMIENTO DE LA FERRETERÍA RODRÍGUEZ…

Oscar TreviñoJr. - 12 marzo, 2025

Con saña, fue asesinado Martín Hernández Campos de 57 años de edad, velador […]

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Con saña, fue asesinado Martín Hernández Campos de 57 años de edad, velador del estacionamiento que renta la Ferretería Rodríguez, ubicada en González entre seis y siete, cuyo cuerpo fue encontrado bañado en sangre en el piso de acceso a varias habitaciones ocultas en el lugar en Matamoros, Tamaulipas.

Por un lado, los elementos de la Policía de Investigación en Matamoros de la Fiscalía General de Justicia en Tamaulipas corrieron el rumor a los periodistas que se trataba de un homicidio a golpes; sin embargo, colocaron nueve distintivos en el piso, porque encontraron casquillos, cuyo calibre se desconoce por el momento.

Así en el procesamiento del lugar de los hechos, los peritos de la Fiscalía de Justicia, colocaron esas pequeñas marcas amarillas con números en negro: 9 en total.

El crimen que raya en la perfección fue ejecutado por una persona que conocía el movimiento del estacionamiento, así como los horarios de llegada de los empleados del municipio que tienen espacios rentados, por eso el crimen se registró entre 04:00 y antes de las 07:00 horas del 12 de marzo, porque nadie vio, ni oyó balazos.

La salvación sería la cámara que apunta desde la caseta de cobro del estacionaminto al lugar del homicido, pero son como 100 metros de distancia de donde se registró el homicidio.

Martín Hernández, originario de Tempoal, Veracruz, residía en la calle Ocampo y Dos, pero desde hace un año, fue contratado en la Ferretería Rodríguez cuyo trabajo consistía en cuidar que nada se robaran de los vehículos, así como la diferente herramienta y piezas que en ocasiones dejaban para transportar al otro día.

Muy tranquilo y de carácter afable, Martín hizo amistad con los diferentes funcionarios de la presidencia municipal, porque allí estacionaban sus vehículos y ocasionalmente se topaban.

El 11 de marzo Martín, mientras se presentaba a su trabajo allí en el estacionamiento de la González Seis y Siete saludó a algunos empleados porque salían de sus labores, otros como a las 23:00 horas.

—Parece que ya el tiempo mejorará, para nada me gusta el frío—, dijo el velador a manera de saludo.

El empleado de la presidencia solamente le sonrió a Martín y le deseó buenas noches.

En ese estacionamiento público contiguo al edificio Shrek, durante noche y madrugada es una zona solitaria, al otro lado se ubica Telas Parisina, enfrente está un Oxxo que durante la noche cierran y al día siguiente hay acceso desde temprano, los coches llegan poco antes de las 07:00 horas.

Al otro día, es decir el 12 de marzo, las plumas del estacionamiento estaban hacia arriba como rutinariamente operaban, para que los primeros en llegar a sus trabajos, accesaran sin problema.

Los primeros en llegar fueron los trabajadores de la refaccionaria Rodríguez y se dieron cuenta del homicidio, porque el vela, Martín, estaba tirado en el piso bañado en sangre, justo allí por donde están los arcos, al fondo del estacionamiento.

Algunos empleados de presidencia llegaron, se estacionaron porque habían dejado a sus hijos en la escuela y se dirigieron a sus oficinas, casi nadie de ellos se dio cuenta; el caso es que una hora después, arribaron los elementos de la Policía de Investigación que usan posicionador para llegar al lugar de los hechos, porque nada conocen de Matamoros.

Por radio frecuencia solicitaron la presencia del Fiscal para diera fe de los hechos y abriera la carpeta de investigación del caso porque la sangre de Martín, la víctima, todavía ni se secaba.

Como nunca dejaron acercarse a los reporteros y fotográfos en la escena del crimen, uno de los oficiales, como si pasara un tip, les dijo que era un vela y que había sido asesinado a golpes, pero unos minutos después llegó Juana María para identificar a su esposo, acompañada de sus familiares.

Juana María venía en un coche y se estacionó frente a la competencia para luego aportar datos a la Policía de Investigación, pero nada sabía, solamente dijo que su esposo era un hombre tranquilo, sin problemas.

Luego llegaron los empleados del estacionamiento donde mataron a Martín y los interrogaron, pero por supuesto, nada sabían de la situación, incluso algunos solamente conocían de vista a Martín, porque trabajaba de noche.

A las 13:00 horas se abrió el estacionamiento al público, ciertamente ya había vehículos, pero fueron los que se colocaron, sin saber los conductores, que el cuerpo ensangrentado de Martín yacía en el suelo.

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