Los trabajadores laboraban a regañadientes, mientras unos barrían la basura otros limpiaban los vidrios del Auditorio de la Junta de Aguas y Drenaje de Matamoros (JAD), en donde el alcalde Mario Alberto López, La Borrega, se reuniría con los 11 consejeros de este organismo operador para hablar sobre la actualización de la infraestructura de aparatos de informática y la red de almacenamiento de la paramunicipal.
Los trabajadores laboraban a regañadientes, mientras unos barrían la basura otros limpiaban los vidrios del Auditorio de la Junta de Aguas y Drenaje de Matamoros (JAD), en donde el alcalde Mario Alberto López, La Borrega, se reuniría con los 11 consejeros de este organismo operador para hablar sobre la actualización de la infraestructura de aparatos de informática y la red de almacenamiento de la paramunicipal.
Desde las seis de la mañana del martes 14 de marzo, el jefe de seguridad e higiene en planta dos se encargó de apartar los cajones del aparcadero en donde iban a estacionarse los gerentes y el presidente municipal. Ordenó a sus compañeros que estacionaran sus vehículos de manera adecuada pues venía el patrón.
Un trabajador que se dirigía al estacionamiento al saber que sus compañeros se estaban esmerando para recibir con alfombra roja al jefe de la comuna, les dijo en voz alta:
“La Borrega nada más quiere mamar y dar de topes (Sic)”.
Otro de los allí presentes quien se recargó en una fuente de agua que nunca ha funcionado, le respondió:
“Sí, que venga, pero a liquidarnos”,
Este comentario era en relación a que el presidente municipal aseguró que los afiliados al Sindicato de Trabajadores de la Junta de Aguas y Drenaje se llevan 19 millones de pesos al mes en salario, dinero que necesita la JAD por lo que pretende disminuir al personal de este organismo operador del agua.
El hombre que se dirigía al automóvil, portaba un gafete y la camisa azul de la JAD, pero cuando quiso poner en marcha su vehículo estaba sin batería y le pidió a un usuario que le pasara corriente:
“Este pedo no deja”, se quejaba en tono de burla.
Faltaban pocos minutos para las 12 del mediodía, hora que estaba programada la reunión, cuando arribaron los gerentes de la JAD, Salvador Treviño, Emérico Anaya y Marco Antonio Hernández Acosta en una sola camioneta, allí fue abordado Marco Antonio por el reportero Víctor Rodríguez, pero se escabulló entre las faldas de sus lacayos.
El auditorio estaba rodeado, parecía un complejo de seguridad, dos hombres se colocaron en la puerta principal uno al costado derecho y uno en el acceso de atrás. Después llegó el alcalde, junto a sus guardapolvos, quienes reforzaron el lugar como si se tratara de cuidar la vida de un capo de la mafia. La jefa de prensa de la JAD, Berenice Salcedo, había instruido que no dejaran acceder a los representantes de los medios de comunicación allí presentes.
El alcalde accedió presuroso, para ese monto ya lo esperaban los consejeros, entre ellos el líder sindical, Juan Villafuerte quien se había apersonado para ver el tema del sindicato de la JAD, el diputado, Isidro Vargas; el presidente de la Canaco, Abraham Rodríguez y de Canacintra, Juan Manuel Guerra entre otros.
La reunión fue a puerta cerrada, se prolongó hasta las tres de la tarde, allí el alcalde había invitado a Eduardo Aldrete dueño de la empresa Interac quien le planteó una solución para actualizar los programas informáticos, los equipos de informática y una mejorada red de almacenamiento para la paramunicipal, la cual acompañaron con botanas, refrescos y botellas de agua.
Cuando eran las 15:10 horas, el presidente municipal salió del Auditorio para ir al baño, allí duró unos minutos, después regresó a despedirse para retirarse. El primero en atravesar la puerta fue Isidro Vargas quien todavía cree que está en su papel de síndico pues cada vez que puede se pone más a la orden del alcalde municipal.
Al ver al jefe de la comuna el que esto escribe los abordó para cuestionarlo:
—¿Alcalde porqué fue privada la reunión?
—No es privada.
¿Ya se comporta igual que Guillermo Lash?
—No, no, no, vamos a hacer una rueda de Prensa acompañenos a la sala Benito Juárez (Sic), ¿No los invitaron? Allá los veo.
Luego de hacer la invitación a los reporteros, subió a toda prisa a la Denali blindada para salir de la JAD rumbo a la Presidencia Municipal en la sala Pedro Sáez a donde llegó ofreciendo disculpas porque se había retrasado unos minutos, además prometió que las próximas reuniones de consejo las iban a hacer públicas en la sala Pedro Sáez y la Presa iba a estar presente.
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