Tres personas que se identificaron como parte del equipo del director de playa […]
Tres personas que se identificaron como parte del equipo del director de playa Bagdad, Manlio Anton Villar Martínez, cometieron un fraude al cobrar la entrada a playa Bagdad, cuando ya estaban cesados, mientras en Matamoros, trabajaba el nuevo alcalde José Alberto Beto Granados Fávila, entregando 14 nuevas patrullas a Seguridad Pública.
“La gente” de Manlio Villar, se colocaron en las casetas de cobro del balneario matamorense y así, sin vergüenza, extendían la mano para decir a los automovilistas”:
—Son 30 pesos.
Desde las 09:00 horas, la gente de Manlio Villar, estuvieron cobrando la entrada, hasta que casi al anochecer, se dio cuenta Julio Hernández, segundo síndico del actual Ayuntamiento y envió gente a levantar una acta administrativa.
Todo comenzó, cuando Manlio, golpeó a uno de sus subalternos siendo director de Limpieza Pública por decirle que era un flojo, pero en lugar de cesarlo, fue cambiado como director de playa Bagdad, sustituyendo a Jorge Jiménez.
El 5 de abril de 2021, Manlio, se hizo cargo de la Secretaría de Fomento Económico del Empleo y Turismo, al sustituir por órdenes de La Borrega a Maxine Anahí Amaro González, manteniendo playa Bagdad cerrada por el Covid-19, aunque el Gobierno del estado, había ordenado la reapertura, porque “todo volvería a la normalidad”.
La apertura de la playa la ordenó Víctor García Chavarría, secretario de playas en Tamaulipas y el alcalde Mario López, La Borrega, porque Manlio, culpaba a Cofepris de tenerla cerrada por el Covid-19.
Manlio, flojo como es, se negaba a la reapertura, hasta que fue presionado por los habitantes de la playa Bagdad, mostrándole pruebas a La Borrega, quien terminó por regañarlo.
Por eso, Manlio, en venganza destruyó el Chapoteadero de la playa Bagdad en el que se invirtieron 20 millones de pesos con baños en estupendas condiciones, ahora convertidos en ruinas por su irresponsabilidad.
A la entrada al balneario, la letras de Playa Bagdad las desprendieron porque era peligroso y lo cambiarían por otro nuevo, pero nunca se hizo pese a la inversión, lo mismo sucedió con el distintivo gigante de Playa Bagdad, lo tiraron los fuertes vientos, Manlio lo embodegó y allí está, pero nunca solicitó que fuera recolocado a la dirección de Servicios Generales.
Así, Manlio Antón Villar, causó destrozos en el chapoteadero, las instalaciones del balneario, por las noches falla la energía eléctrica convirtiéndolo todo en un enorme bacín, los baños centrales fueron cerrados, porque la pipí y la popó en Semana Santa fue la constante.
Ahora Manlio mandó a su gente, según dijo el segundo síndico Julio Hernández a que cobraran la entrada a la playa Bagdad, por eso se levantó el acta correspondiente, desalojaron a las personas, pero antes señalaron a Manlio.