En un terreno desolado en Tlaltizapán, Morelos, un comando de sicarios arrojó al suelo a una mujer y a su niño, cerca de la carretera a Jojutla-Chinameca para enseguida acribillarlos a balazos: ella pereció abrazada de su pequeño, frente a sus ejecutores.
En un terreno desolado en Tlaltizapán, Morelos, un comando de sicarios arrojó al suelo a una mujer y a su niño, cerca de la carretera a Jojutla-Chinameca para enseguida acribillarlos a balazos: ella pereció abrazada de su pequeño, frente a sus ejecutores.
Según medios locales la dama tenía entre 25 y 30 años, mientras que el crío entre 5 y 7 años de edad. Ambos tenían heridas de bala en la cabeza, tórax, abdomen y piernas.
En el sitio de la ejecución, las autoridades encontraron los casquillos de 9 milímetros y ojivas de cuerno de chivo, armas que fueron utilizadas por los delincuentes la tarde del jueves 15 de julio.