Así lo cuenta El Mayo: “Joaquín me quitó la capucha y me ató […]
Así lo cuenta El Mayo:
“Joaquín me quitó la capucha y me ató con bridas al asiento. No había nadie más a bordo del avión excepto Joaquín, el piloto y yo.
El vuelo duró entre 2 ½ y 3 horas, sin escalas hasta que llegamos a El Paso, Texas. Fue allí, en la pista, donde los agentes federales estadounidenses me arrestaron. La idea de que me entregué o cooperé voluntariamente es total e inequívocamente falsa. Me trajeron a este país por la fuerza y bajo coacción, sin mi consentimiento y en contra de mi voluntad.
Tengo conocimiento que la versión oficial que dan las autoridades del estado de Sinaloa es que Héctor Cuen fue baleado la noche del 25 de julio en una gasolinera por dos hombres en motocicleta que querían robar su camioneta. Eso no es lo que pasó. A él lo mataron al mismo tiempo y en el mismo lugar donde a mí me secuestraron. Héctor Cuen era un viejo amigo mío y lamento profundamente su muerte, así como la desaparición de José Rosario Heras López y Rodolfo Chaidez, a quienes nadie ha vuelto a ver ni saber de ellos desde entonces.
Creo que es importante que la verdad salga a la luz. Esto es lo que ocurrió, y no las falsas historias que circulan. Llamo a los gobiernos de México y Estados Unidos a ser transparentes y brindar la verdad sobre mi secuestro a Estados Unidos y sobre las muertes de Héctor Cuen, Rosario Heras, Rodolfo Chaidez y cualquier otra persona que haya perdido la vida ese día.
También hago un llamado al pueblo de Sinaloa a tener moderación y mantener la paz en nuestro estado. Nada se puede solucionar con la violencia. Hemos recorrido ese camino antes y todos pierden”.
-Ismael Mayo Zambada