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JUGÓ CABEZA DE VACA CON LA SALUD DE LOS TAMAULIPECOS, EL COVID, HIZO QUE AMLO PAGARA NUEVO HOSPITAL Y DETECTARON EL DESVIÓ DE MÁS DE 200 MIL MILLONES DE PESOS…

Oscar TreviñoJr. - 5 agosto, 2022

Cuando andaba en campaña Francisco Javier García Cabeza de Vaca decía: “con la salud de los tamaulipecos no se juega”, pero incumplió ya como gobernador, que curado en salud se hizo de residencias en Tamaulipas y Texas, ranchos, chalets, hasta sobró para pagar campañas a senadores, alcaldes, paleros, hasta adueñarse de la cámara de diputados.

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Cuando andaba en campaña Francisco Javier García Cabeza de Vaca decía: “con la salud de los tamaulipecos no se juega”, pero incumplió ya como gobernador, que curado en salud se hizo de residencias en Tamaulipas y Texas, ranchos, chalets, hasta sobró para pagar campañas a senadores, alcaldes, paleros, hasta adueñarse de la cámara de diputados.

El panista Cabeza de Vaca se hizo la víctima al acusar al presidente Andrés Manuel López Obrador, de que ni medicinas enviaba a Tamaulipas para aliviar a “su pueblo”, hizo creer en redes sociales, que era una porquería el equipo médico que les mandó para protegerse y curar a los enfermos de Covid.

Que las vacunas para atender la pandemia sin refrigeración se echaron a perder, pero casi al término de su mandato como gobernador, a Cabeza de Vaca le descubrieron el desvió de más de 200 mil 800 millones de pesos, por la construcción del Nuevo Hospital General, la Auditoría Superior de la Federación, la Comisión Nacional de Protección Social en Salud y el Plan Maestro de Infraestructura Física de Salud.

En el mismo desvío de dinero está la empresa contratista Transportaciones y Construcciones Tamaulipecos SA de CV (Tracotamsa), propiedad de Rolando Cantú Barragán, primo de Armando Hinojosa Cantú, el de la famosa Casa Blanca, amigos íntimos de Ismael y José Manuel García Cabeza de Vaca.

Pero además, a Gloria Molina Gamboa, secretaria de Salud en Tamaulipas con autorización de Cabeza de Vaca, les detectó la Comisión Nacional de Protección Social en Salud (CNPSS), 998 empleados fantasmas que cobraron más de 334 millones de pesos durante seis años consecutivos, con vacaciones pagadas, préstamos, reparto de utilidades, días festivos, posadas, incluyendo regalos decembrinos.

A la gente del Prian, se les movieron los ojitos para apoderarse del dinero destinado al Hospital General Dr. Alfredo Pumarejo, empezando por el entonces presidente de México, Enrique Peña Nieto, el exgobernador de Tamaulipas, Egidio Torre Cantú, el secretario de Salud, Norberto Treviño y García Manzo, así como Pablo Zarate Juárez, como constructor, prestanombres del exgobernador en presidio, Tomás Yarrington Ruvalcaba.

En el mismo ajo están el actual gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, sus hermanos José Manuel y el senador Ismael (todos a punto de ir a prisión en otra carpeta de investigación), íntimos amigos del empresario constructor reynosense Rolando Cantú Barragán, primo de Juan Armando Hinojosa Cantú, constructor y propietario de Tracotamsa.

Cabeza de Vaca se llevó entre las patas al actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que con el cuento de integrarse al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), le bajó primero 80 millones de pesos.

La reunión se hizo en Tampico con el director General del Instituto de Salud para el Bienestar, Juan Ferrer Aguilar en donde Cabeza de Vaca se aprovechó, para quitarle otros 502 millones de pesos, destinados al Hospital de Matamoros, más 600 millones de pesos para el de Ciudad Madero, cuya obra negra, parece castillo de Drácula.

Todo comenzó con el lema Mover a México, el entonces presidente Enrique Peña Nieto, prometió en su campaña priísta, la construcción de un nuevo Hospital General Dr. Alfredo Pumarejo de tercer nivel de atención a la salud en Matamoros, Tamaulipas.

En junio de 2013, el entonces gobernador prianista Egidio Torre Cantú, acordó con Peña Nieto que la obra prometida debía hacerse en 3.5 hectáreas, por la avenida Marte R. Gómez entre Luis Caballero y Sierra Madre Occidental, colonia Leyes de Colonos en Matamoros.

La inversión inicial fue de 404 millones 841 mil pesos con IVA con el contrato SOP-IF-IS-137-15-P en fecha de inicio 10 de agosto de 2015, para concluir el 14 de septiembre de 2016, cuyo constructor de la licitación fue Inmuebles y Casas Modulares SA de CV., propiedad de Pablo Zarate Juárez.

Por razones que nadie explicó, resulta que la cifra se duplicó a 868 millones, 683 mil, 676 pesos y luego cambió a 781 millones, 12 mil, 727 pesos con 18 centavos.

En octubre de 2015, las actividades en el Hospital se suspendieron porque azotaría el huracán Patricia, sin embargo nada pasó, en realidad había problemas para desarrollar el proyecto ejecutivo, por eso al viejo estilo Prianista todo se ocultaba, hasta los nombres de las empresas constructoras.

En enero de 2016 el entonces Gobernador priísta Egidio Torre Cantú y su esposa María del Pilar González de Torre supervisaron el avance de la construcción del Nuevo Hospital, sin que se hiciera el estudio de impacto ambiental, acompañados por la entonces alcaldesa panista Norma Leticia Salazar Vázquez, Lety.

Allí se supo el retraso, que la construcción del Hospital General, estaba a cargo de 10 empresas –sin mencionarlas Egidio-, entre las que destacaba Inmuebles y Casas Modulares, SA de CV., con la dirección general de Pablo Zárate Juárez, empresario líder en el ramo de la construcción especialmente en infraestructura de la salud.

La inversión de la obra fue tazada según Egidio Torre en 781 millones de pesos, programada con 350 cajones de estacionamiento (son 288 en total), equipo tecnológico y humano especializado para atender a la población, cuya obra sería construida por 250 albañiles, para beneficio de 220 mil matamorenses.

La otra constructora identificada fue LR Proyectos y Estructuras de México S.A de C.V (Pemsa), de Rubén y Luis Lauro Gutiérrez González, beneficiados en la actual administración morenista de Matamoros, pero muy amigos de los Cabezas de Vaca, cuyo consanguíneo Pilo, dueño de Dufrosa es responsable de las negligencias del famoso puente roto de Altamira, Tamaulipas.

Al tomar la gubernatura Cabeza de Vaca, contrató tres empresas más, para inyectarle al Hospital Corrupción General 243 millones, 63 mil pesos para infraestructura, supuestamente compró equipo médico por 350 millones, 611 mil pesos, pero nunca se instaló ni se contrató un seguro de riesgos para proteger al equipo, se embodegó pero nadie sabe dónde, pero ¿y qué tal si no se compró?

Luego Cabeza de Vaca, hizo nuevos contratos uno por 177 millones de pesos, otro por 18 millones de pesos y un gasto más de 20 millones de pesos para el Hospital, que nunca se hizo en obra, que consistía en aparatos de aire acondicionado, elevadores, cancelería, entre muchos otros conceptos.

Por citar un caso, en la inspección del personal de la Auditoría Superior de la Federación, encontraron que Cabeza de Vaca había autorizado el pago de dos millones, 340 mil pesos, por la colocación de una inexistente asta bandera, una barrera automática vehicular, 35 botes de basura y 35 bancas de acero.

También Cabeza de Vaca, aprobó el costo y toda la gente puede constatar, la inexistencia de cuatro paraderos de autobuses urbanos, seis mil 655 metros cuadrados de pasto, mil 271 metros cúbicos de tierra, 10 jardineras, ocho árboles y arbustos de encino, roble, tres árboles y arbustos de encino, nueve árboles anacahuita, nueve árboles de sicomoro, ocho palmas, 345 plantas de ornato y una puerta automática deslizante al frente del Hospital, que tampoco existe, hay un guardia que abre y cierra la puerta según sea el caso.

La Auditoría de la Federación exigió que se repararan las observaciones entre el 1 de enero y el 28 de febrero de 2018 y que fueron pagados a partir del 22 de mayo de ese año, pero nadie se dio cuenta porque La Borrega, venció en las elecciones para Alcalde a Carlos Alberto García González, Chito, amigo íntimo de Cabeza de Vaca y de pilón al empanizado Jesús Chuchín de la Garza.

La ASF volvió a hacer una inspección al Nuevo Hospital Corrupción General entre el 7 y 10 de octubre de 2019, pero encontró que nunca hicieron las reparaciones, ni hicieron intentos, ni había plantas, ni bancas, tan así que la gente actualmente se sienta en el suelo, ni hay asta bandera, ¡nada!, quedando como tontos.

Por las dos observaciones de conceptos de obra pagados, pero sin ejecutar, que sumaron otros 20 millones 629 mil 952 pesos, la ASF elaboró dos pliegos de observaciones en los que exigió a Francisco Javier García Cabeza de Vaca, gobernador de Tamaulipas que regresara el dinero, pero vaya a saber si alguna vez ha vomitado.

Además, ordenó que se iniciaran sanciones administrativas en contra de los funcionarios responsables, como Cecilia López, Secretaria de Obras Públicas, que también la pasaron por boba, incluso la funcionaria terminará de trabajar en octubre y ya planea hacer una fiesta privada.

Entre junio y agosto de 2019, los dos contratos de obra hechos por la constructora Tracotamsa obtuvieron una suspensión temporal de los trabajos en su totalidad y luego una ampliación de la suspensión, el argumento autorizado por la Secretaría de Obras Públicas del Estado fue: la presencia de palomas de ala blanca, pero que ni físicamente hay, porque detrás de las instalaciones se ubica un basurero clandestino, un tianguis que abre viernes, sábado y domingo, cuyo personal nunca ha tenido problemas con las aves.

En el Hospital General de Ciudad Madero, se requiere una inversión superior a los 357 millones de pesos para su conclusión, porque al igual que el de Matamoros, solamente se esfumaba el presupuesto que les llegaba.

Cabeza de Vaca, hizo creer al presidente López Obrador que el Hospital Corrupción General de Matamoros, necesitaba una inversión final de 80 millones de pesos y tendrá 120 camas censables para hospitalización, 90 camas no censables, 28 consultorios, 8 unidades para cuidados intensivos, 4 unidades de atención intermedia, una sala de electrodiagnóstico, 5 quirófanos, una sala de tococirugía, y 2 salas de expulsión, una sala para atención de resonancia magnética nuclear, tomografía axial computarizada, ultrasonidos y mastografía, 10 unidades de cuidados intensivos neonatales, una unidad de terapia intensiva pediátrica y un área de endoscopia.

Ambos hospitales recibieron una inversión de 611.3 millones de pesos para Ciudad Madero y otros 582 millones de pesos para Matamoros, en la visita de Juan Ferrer Aguilar, titular del Insabi, chantaje para que entrara a funcionar el Hospital Corrupción General, porque Cabeza de Vaca ya le quitó el nombre.

Acompañaron al Gobernador Cabeza de Vaca y al Director del INSABI los Coordinadores Nacionales de Infraestructura, Carlos Sánchez Meneses; de Atención Médica, Alejandro Svarch; de Abasto de Medicamentos, Alejandro Calderón; así como las empapeladas Secretaria de Salud Estatal, Gloria Molina Gamboa y de Obras Públicas, Cecilia del Alto López, cuya sanción será emitida cuando llegue el nuevo gobernador de Tamaulipas.

El 22 de mayo 2022 en plena pandemia de Covid-19, se canceló la licitación de la construcción de obras complementarias en el edificio del Hospital, de acuerdo con Rafael Jiménez Sánchez, director de Licitaciones y Contratos del Gobierno de Tamaulipas.

Por lo tanto los más de 34 millones de pesos que costaría la obra, nadie sabe a qué bolsillo fueron a parar, porque incluso pegaron un anuncio panorámico dizque para darle transparencia, allí a un costado de la entrada principal en el Hospital Corrupción General, que ya opera por órdenes de Cabeza de Vaca, que exigió al personal que evitaran publicitarse en redes sociales.

El 30 de mayo, trasladaron 50 paciente del viejo nosocomio, al Nuevo Hospital Corrupción General, cuyo nombre original Dr. Alfredo Pumarejo fue borrado de las instalaciones, apoyados con ambulancias de la Cruz Roja, ISSSTE y el IMSS, custodiados por elementos de Tránsito Local y Policía Estatal, pero discretamente.

También se llevaron el mobiliario viejo, el que estaba presentable, para montarlo en salas de espera, sillones, pero antes le echaron una manita de león, para evitar que se vieran deteriorados.

Faltaban cinco días para la elección a Gobernador y Cabeza de Vaca dijo en su última visita: “lo único que se quedó en las antiguas instalaciones del Hospital General Dr. Alfredo Pumarejo, fue el área de Covid” -pero ni fumigaron, ni nada, encerraron todos los virus-.

Todo está abandonado en el Hospital General, inclusive el albergue temporal de Nuestra Señora de San Juan AC, fundado por el entonces gobernador Tomás Yarrington y sus amigos altruistas, se convertirá en un centro de atención para migrantes católicos.

Justamente ya opera el Nuevo Hospital Corrupción General, pagado con el dinero que proporcionó el Presidente Andrés Manuel López Obrador, el que dio Enrique Peña Nieto se esfumó, pero a finales de junio, alguien dejó abierta la llave del agua que se acumuló entre tercero y segundo, que provocó el derrumbe del falso techo, asustando por el estruendo a los presentes y ni modo de reclamar porque la garantía acabó.

En el nosocomio nuevo del Hospital General de Matamoros, porque Cabeza de Vaca ya le quitó el nombre del doctor Pumarejo, en las instalaciones que dan al estacionamiento de la calle Luis Caballero, hay un portón de madera vieja, encadenada a las rejas nuevas que dan al pasillo de la hierva seca de las glamurosas instalaciones. Lo que mal empieza, mal acaba.

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