Sin el abrazo reconfortante de sus parientes, doña Lupita, al pie de la tumba de su hijo asesinado el 4 de enero, por integrantes de La Familia Michoacana, en Buenavista de los Hurtado (Casacahuilt), en el estado de Guerrero, le llora, levanta la cara al cielo azul, que una vez fue nublado por drones artillados del narco y exclama:

¿Por qué Dios mío, por qué?

Del cadáver de su robusto hijo de 20 años de edad y 1.78 de estatura, solo quedaron 40 centímetros de ceniza, fue lo único que logró sobrevivir al fuego intenso, que le prendieron los criminales, después de lanzar más de 40 bombas por computadoras desde igual número de drones.

-¿En dónde quedó su hijo? -le pregunta uno de los vecinos-.

-¡Aquí! -responde la mujer- y señala con su dedo índice, un puñado de tierra árida. Aquí enterré lo único que hallaron…

Por un momento calla, pero luego ruedan las lágrimas que se mezclan con la tierra de su rostro moreno:

“Nunca lo voy a olvidar. Ya lo enterré, pero yo siempre siento que va a llegar mi hijo. Todos los días me los paso en mi casa y siento que va llegar, como siempre llegaba, diciéndome: ya vine amá”.

México y su presidente Andrés Manuel López Obrador, apenas se reponían del azote del huracán Otis en Acapulco, Guerrero el 25 de octubre de 2023, que desató torrenciales inundaciones y deslizamientos de tierra, cayó su emporio y orgullo hotelero.

Un mes después, Miguel Torruco, secretario de Turismo, señaló que en invierno de ese año, Acapulco contaría con una oferta de 127 hoteles y 4 mil 500 habitaciones disponibles para salvar la economía de Acapulco y su Quebrada.

Resaltó el trabajo coordinado con la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado Pineda; el secretario de Turismo de la entidad, Santos Ramírez Cuevas; la presidenta municipal de Acapulco, Abelina López Rodríguez y el sector privado.

Hasta el Presidente Andrés Manuel López Obrador, celebró con todo, Acapulco, Guerrero renacería de sus cenizas, pero a 48 horas del Día de Reyes de 2024, sucedió el ataque de los drones artillados, soltando bombas desde el cielo azul en Buenavista de los Hurtado, derribando los planes económicos a futuro.

El padre Fili, José Filiberto Velázquez, que dirige el Centro de Derechos de las Víctimas de la Violencia, Minerva Bello, informó que aunque las autoridades únicamente reportaron cinco personas calcinadas en la comunidad de Buenavista, Guerrero, él tiene el conocimiento de al menos 9 muertos, 6 heridos y más de 15 desaparecidos:

Volvió a insistir el padre Fili:

“Fueron 30 que se sabe estaban en ese lugar, de estas 30, digamos, al menos 9 sabemos la suerte que tuvieron de morir, 6 heridos y el resto desaparecidos, que son aproximadamente más de 15”, afirmó en Aristegui En Vivo.

El pasado 4 de enero, al menos 30 personas fueron atacadas con drones cargados con bombas, guiadas por computadoras en la comunidad de Buenavista, del Municipio de Heliodoro Castillo. Dos días después, autoridades reportaron el hallazgo de un auto calcinado con los restos de 5 de personas fallecidas.

La Fiscalía General del Estado de Guerrero aseguraron sus Ministerio Público, que luego de hacer investigaciones y recorridos en la comunidad de Buenavista de Los Hurtado, no se tuvo información adicional sobre más personas heridas, desaparecidas o privadas de su libertad.

Sin embargo, el sacerdote Fili asegura que el número de víctimas es mayor y además, explica que durante el ataque hubo quienes lograron huir, pero las y los familiares de las personas desaparecidas no pueden ir a buscarlos, pues es una zona de guerra:

El padre Fili explica, que son zonas peligrosas:

“No se pueden ir a buscar, probablemente igual se encuentren sin vida, porque muchos huyeron y es un terreno muy, pues son cerros, son veredas, son cañadas y lo que los familiares quieren, es ir a recorrer esas cañadas y veredas y tener la esperanza de que allí, encuentren a sus familiares, pero no se puede entrar”.

También explicó el padre Fili, que las autoridades ministeriales que acudieron al lugar donde fueron encontrados cuerpos calcinados, alentaron a las y los familiares de las víctimas a llevarse los cuerpos, pues argumentaban que la llegada de los peritos tardaría mucho.

El sacerdote considera que recomendaron esto, para no alargar la investigación y evitar generar controversia, perjudicial para el estado de Guerrero:

“Yo lo que estoy pensando, es que no quieren alargar este asunto, el que ellos tuvieron los restos y tuvieran que hacer las investigaciones de quiénes eran, iba a generar más controversia, iba a alargar este proceso y lo que el Estado quería es que esto pronto se cerrara”.

Por otro lado, luego de que el Presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que, los medios de comunicación magnifican todas las cuestiones, que tienen que ver con la violencia, el Padre Fili opinó que el Mandatario es quien está minimizando la realidad en Guerrero, porque no les conviene quedar mal en un año electoral:

“Poco han llegado sus programas sociales en estos lugares que pudieran funcionar en una ciudad donde no existe el crimen organizado, pero no aquí, donde el crimen organizado pone candidatos, donde las personas no pueden ir a una comunidad a recoger con su tarjeta del Bienestar porque los catalogan de un bando contrario y los matan, o les envían esos drones de la muerte”.

En Tetela del Río, municipio de Heliodoro Castillo, viven tal vez una docena de familias de Buenavista de los Hurtado, que huyeron de la violencia, antes de los dronazos.

La incursión de La Familia Michoacana en esta zona serrana de Guerrero, colindante con Tierra Caliente, comenzó hace aproximadamente un año, cuando un grupo de criminales llegó al poblado y asesinó a niños, mujeres, ancianos y hombres por igual: ¡los degolló!

A partir de ese momento, la gente se levantó en armas -explicó un habitante que pidió el anonimato-, para defenderse de los criminales, que todavía hoy, dejan caer bombas con la ayuda de drones de diferentes tamaños.

“A los pobladores solo nos quedó más que defendernos con machetes, volvimos a enaceitar los fusiles viejos, las escopetas, construimos búnkeres con piedras y techos firmes, para soportar las bombas que caían del cielo, por esos malditos drones de la muerte”.

Estas fortificaciones se pueden apreciar entre las brechas, en donde también son visibles cientos de casquillos, que quedaron producto de la refriega entre los criminales y los civiles. También se pueden ver, un puñado de campesinos blandiendo machetes, escondidos en la maleza para atacar en el momento oportuno.

Los pobladores fueron abandonados a su suerte. El gobierno federal que se desplazó a la zona de conflicto, ya se retiró, sólo quedaron cinco patrullas de la policía estatal de Guerrero en Tetela del Río, pero esto no ha impedido a los criminales continuar con su ola de terror, lanzando explosivos con la ayuda de drones, los que fuera de Guerrero, ni se enteran.

Todavía la madrugada del ocho de enero, los habitantes de Tetela denunciaron otra embestida de los criminales.

Sucede que las fuerzas policiales y militares se rehusaron a permanecer en el poblado de Tetela del Río tras el reciente ataque armado, en el poblado vecino a Buenavista de los Hurtado.

Los policías estatales, la Fiscalía General del Estado, soldados del Ejército y la Guardia Nacional argumentaron que la situación en Buenavista de los Hurtado, se trata de un conflicto entre grupos delictivos, ni siquiera dijeron carteles, donde la policía no tiene nada que ver.

El comisario de Tetela del Río, Adolfo Salgado, reveló que todas las corporaciones policiales se negaron a ofrecer seguridad, incluso después de los hechos violentos en Buenavista de los Hurtado, donde grupos identificados como parte de La Familia Michoacana, han estado atacando con bombas a través de drones durante más de un año.

Pero allá en México, el presidente Andrés Manuel López Obrador, minimiza la violencia desatada en Guerrero, allá entre cañadas, cerros, veredas, en la Cuarta Transformación de Buenavista de los Hurtado, porque es más importante recuperar el turismo de Acapulco con su Quebrada, bebiendo un coco con ginebra, a la luz de la luna.