Para el FBI Irving Barrios Mujica, Fiscal de Justicia en Tamaulipas está coptado por el narco, por eso creó una línea de información por internet para recibir datos sobre secuestros y asesinatos de estadounidenses, especificamente en Matamoros.

En un comunicado de la Embajada de Estados Unidos en México, Oliver Rich, Agente Especial a Cargo de la División de San Antonio del Buró Federal de Investigaciones (FBI), cuyo territorio incluye la ciudad de Brownsville, Texas, anunció la creación de la Línea de Información de Medios Digitales DMTL (por sus siglas en inglés) para ayudar a identificar a los responsables de los asesinatos y secuestros de los ciudadanos estadunidenses:

Latavia McGee, Eric Williams, Zindell Brown y Shaeed Woodard, ciudadanos de Carolina del Norte y del Sur, viajaron a Matamoros el 3 de marzo, donde fueron secuestrados por un grupo armado. Los dos últimos fueron asesinados, en un caso que ha provocado tensión entre los gobiernos de México y Estados Unidos.

En conjunto, el FBI con la Administración Federal Antidrogas (DEA), la Oficina de Investigaciones del Departamento de Seguridad Nacional (HSI) y otros de sus socios federales están investigando el caso”, sostiene el comunicado.

La agencia estadunidense solicitó a las personas que tengan fotos o videos del asesinato y secuestro que utilicen DMTL en la página web www.fbi.gov/brownsville para subirlos:

“Los miembros del público en general podrán subir sus fotografias y videos para que sean analizados por las autoridades policiacas”.

La tensión subió por una información que comparten la Agencia de Inteligencia de Defensa, La Administración para el Control de Drogas, La Oficina Federal de Investigaciones, el Servicio de Investigación Criminal Naval.
También está la Armada, Fuerza Áerea, Guardacostas, Agencia de Aduanas y Fronteras, Protección Marina, Cuerpo de Marines, la Agencia Nacional de Inteligencia Geoespacial, así como la Agencia de Inmigración y Aduanas.

De la información documentada oficialmente de las agencias investigadoras de Estados Unidos de Norteamérica, se desprende la captura de Oscar Antonio López Sandoval, El Ciclón 89, ocurrida el 31 de agosto de 2021, siendo gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca.

Allí se evidenció una red de corrupción entre funcionarios de Matamoros, estatales y federales a la que tuvieron acceso las autoridades de investigación de los Estados Unidos, porque junto con El Ciclón, fue detenida la abogada Olivia Ambriz Aguilar, secretaria y asesora juridíca del delegado de la entonces Procuraduría de Justicia con sede en Matamoros:

El priísta Rubén González Chapa, El Diablo, el abogado terminó con los nervios destrozados, sigue tomando te de Tila, sus entrevistas eran en voz bajita donde todo negaba, bacilante:

-¿Conoce la existencia de patrullas de la policía preventiva y ambulancias clonadas por el narco?

-“Callese no nos vayan a oír, deje eso” -respuesta que se hizo celebre-.

La dependencia cambió de nombre, de delegado regional de la Fiscalía, ya en tiempos de García Cabeza, a Coordinador Regional del Sistema Penal Acusatorio, nombrando al panista Miguel Arellano Canales.

Miguel Arellano, fue el que supervisó el expediente del caso Ayotzinapa, pero en Matamoros, por órdenes de su amigo el Fiscal Irving Barrios, se prohibieron las fotos para la prensa, hasta la fecha se sigue escondiendo.

Al principio de su mandato, Miguel Arellano llevaba las riendas de la procuración de justicia, pero tiempo después, se volvió errático, temeroso, mando forrar de papel la cerca del edificio donde trabajaba, para que ni lo vieran cuando entraba o salía en su vehículo.

Su asistente Olivia Ambriz mandaba en la delegación, los fiscales con ella, escribientes, todo el personal, debían dirigirse a ella en las carpetas de investigación para dar instrucciones, todos le tenían miedo (hasta la fecha con oír su nombre). Miguel Arellano, al ser cambiado de ciudad, brincó de felicidad y jamás regresó a Matamoros.

El mando lo tomó Alejandro Barquin Guasco, funcionario de la administración de justicia, en la primera quincena de abril de 2019, lo más parecido a actuar como maleante, dado a ocultar su cara, como si fuera ratero, prohibió a su personal que lo identificara cuando la prensa estuviera presente.

Por íncreible que parezca, Alejandro Barquin estuvo llorando por un regaño de Olivia Ambriz de “te van a levantar”, cuando a insistencia de reporteros de Vertical aceptó una entrevista, encerrándose en su oficina con llave para que nadie lo viera, pero sus lamentos se escucharon.

La licenciada Olivia Ambriz fue detenida por militares y federales en la playa Bagdad divirtiendose junto con Oscar Antonio López, El Ciclón 89, presuntamente del Crimen Organizado en información presentada por el medio de comunicación Breitbart, Texas.

El Fiscal de Justicia en Tamaulipas, Irving Barrios Mojica ni siquiera se molestó en emitir alguna declaración, al tener la anuncia del entonces gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca.

El mismo Alejandro Barquin siguió trabajando hasta que pidió su cambió y su lugar fue ocupado por la prianista Romeli Alvarado Martínez (sin fotos de su rostro para la prenss, porque se esconde), que estuvo a las órdenes del entonces Procurador de Justicia en Tamaulipas, José Guadalupe Herrera Bustamente, cuyo hermano era un reconocido narcotráficante.

La entonces diputada Diana Elizabeth Chavira Martínez, del Partido de la Revolución Democrática (PRD), se querelló contra Romeli Alvarado en 2008, por negarse a recibir una denuncia contra el Agente del Ministerio Público investigador, Gustavo Adrián Garza Domínguez, por dejar en libertad a tres personas que se robaron tres urnas electorales.

Luego, se negó a recibir otra querella por el delito de abandono de obligaciones alimenticias contra el director administrativo de la oficina del entonces gobernador, pasaron los años y Romeli llegó a Matamoros, Tamaulipas, como Fiscal de Distrito, cuyo tufo de corrupción nunca se le quitó.

Una fuente bien informada en Matamoros, Tamaulipas, expresa que existe una Fuerza de Tarea Conjunta Interinstitucional Oeste (JIATF Oeste), una espercie de Agente Ejecutivo del Departamento de Defensa, del Comando del Pacífico de Estados Unidos.

El equipo de JIATF Oeste está compuesto por aproximadamente 160 miembros del personal en servicio activo, de reserva, civiles del Departamento de Defensa, contratistas, agencias de aplicación de la ley de Estados Unidos y extranjeras.

Algunos de esos agentes operan en el Consulado de Estados Unidos en Matamoros, tienen sus oficinas, laboratorios, dormitorios en la parte baja de las instalaciones del edificio, algo así como un sótano habilitado para inteligencia.

Ese tipo de agentes encubiertos, llegaron a las instalaciones de la delegación regional de la Fiscalía de Justicia y se sorprendieron cuando Romeli Alvarado, ordenó que interrogaran para hacer la carpeta de investigación a los sobrevivientes estadounidenses Tay y Erick del secuestro y homicidio de sus amigos Zindell Brown y Shaeed Woodard.

Por eso optaron por llevarselos a Brownsville, Texas, sin interrogatorios ni nada, en virtud de que Matamoros era inseguro, tomando en cuenta toda la información que tienen sobre la podredumbre que existe en la Fiscalía de Justiciaen Tamaulipas.

El 9 de marzo, cinco presuntos integrantes del grupo Escorpiones del Cártel de Golfo, fueron dejados amarrados con un mensaje en una camioneta negra, que los señala como los responsables del asesinato de Shaeed Woodard y Zindell Brown, además del secuestro de Latavia Tay Washington McGee y Eric James Willliams, ambos heridos, así como la mexicana Areli Pablo (daño colateral).

En un mensaje dejado en una cartulina, señalan que los cinco sujetos que entregaron actuaron por su propia determinación e indisciplina, y en contra de las reglas en que el CDG (Cartel del Golfo), que ha operado siempre, respetando la vida e integridad de los inocentes -dice en el mensaje-.
En el colmo del cinismo y en agravio a los Estados Unidos, los 5 supuestos Escorpiones entregados a la Fiscalía de Justicia en Tamaulipas para qure los pusiera a disposición del Juez de Control, los protegió descaradamente Irving Barrios Mojica, al considerar que el Homicidio Calificado nunca sucedió, solo Homicidio Simple Intencional. Es decir es inexistente la premeditación, alevosía, ventaja y traición.

El 10 de marzo, La Fiscalía General de Justicia del Estado de Tamaulipas informó en un comunicado:

“Como parte de las acciones jurídicas por los hechos en los que murió una mujer mexicana y secuestrados cuatro ciudadanos norteamericanos, registrados el pasado 3 de marzo en el municipio de Matamoros, se obtuvo vinculación a proceso en contra de José Guadalupe “G” por el delito de Secuestro Agravado”.

También dieron cumplimiento a cinco órdenes de aprehensión en contra de los alegados Escorpiones, Antonio de Jesús, Luis, Ever Noel, Juan Francisco y Gustavo, por los delitos de Secuestro Agravado y Homicidio Simple Intencional”.

Como si los elementos de Irving Barrios capturaron a los acusados, le fincaron responsabilidad a José Guadalupe, el vela del predio en el ejido El Tecolote, por secuestro y estableció un plazo de cinco meses, para el cierre de la investigación complementaria y prisión preventiva oficiosa por el tiempo que dure el proceso:

“Se solicitó y obtuvo el mandato judicial ejecutado este día contra los cinco imputados, al existir elementos de prueba de su probable participación en los hechos registrados el 3 de marzo en la zona centro de Matamoros”.

Todo esto, sin que los heridos Latavia Tay Washington McGee y Eric James Willliams, identificaran plenamente a los presuntos Escorpiones asesinos y captores de sus amigos, a ellos mismos al privarlos de su libertad, olvidando hacer las pruebas de rodizonato de sodio, buscar pólvora en sus ropas, si las armas tenían sus huellas dáctilares, pruebas de laboratorio a las balas, a los cartuchos.

Con todas esas evidencias, el FBI desconfía de Irving Barrios Mojica, Fiscal de Justicia en Tamaulipas, blindado hasta el 2024 por el exgobernador, Francisco Javier García Cabeza de Vaca y sus diputados, en tanto en Matamoros, seguimos viviendo a diario con el Jesús en la boca.