La pareja de Joselin Paola Chacón Lobo, Chispita y su esposo Nelson Estiven Villatoro Escobar, Charquito, fueron encontrados enterrados con su carita pintada, la bolsa de maquillaje y vestuario, con la risa apagada bajo un rictus de dolor.

Sus hijos de 13, 10 y la nena de 7 años, que querían ser como los payasitos Charquito y Chispita, están inconsolables al lado de su abuelita Victoria que clama justicia, porque con el cuento de una actuación nocturna, los secuestraron, los estrangularon hace 53 días, para sepultarlos clandestinamente en un monte.

Las autoridades acaban de revelar, que probablemente los payasitos Chispita y Charquito, además de hacer reír a la gente, se dedicaban a la recolección dinero producto de extorsiones del Barrio 18, pero que en una en ocasión se habrían quedado con el efectivo de la clica y esa fue su perdición.

Todo comenzó el 9 de mayo, cuando Chispita, recibió una llamada por su celular en donde la contrataban junto con su esposo Charquito, para hacer un show en Escuintla, Guatemala, por adelantarse al Día de las Madres.

Mientras acudían al evento, sus hijos habían preparado un show, inclusive entre los tres hicieron una coperacha para comprarle un regalo a su mamá Chispita.

Sin saber de la fiesta sorpresa Chispita les habló por teléfono en la noche, para decirles que habían terminado su trabajo y se regresaban, cuando una persona les habló para contratarlos en un nuevo show, esa misma noche.

Al parecer a los payasitos los citaron en una parada de camiones de la Central de Mayoreo (Cenma), en la zona 12. Aparentemente les dijeron que pasarían por ellos los supuestos contratantes, a las 19 horas. Eso fue lo último que se supo de la pareja.

La madre de Joselin, Victoria Lobo explicó preocupada ese 9 de mayo:

“Ya no respondieron mis llamadas y mensajes. Cambiaron la fotografía que tenían en su WhatsApp, pero nadie responde y el celular está apagado. El Día de la Madre fue triste, yo vi cómo mis nietos tenían todo listo. Trabajaron duro para comprar el regalo a su mamita y allí está, cerrado. No se lo pudieron entregar”.

Desfallecida en llanto, Victoria dijo:

“Yo solo quiero que ellos regresen. Nelson, mi yerno, es como mi hijo. Ellos son papás, sus nenes están chiquitos, los necesitan”.

Victoria presentó la denuncia de desaparición en el Ministerio Público y en la Policía Nacional Civil, también activaron una Alerta de búsqueda sin resultados.

La desaparición de Chispita y Charquito impactó entre sus amigos y familiares, así como dentro de la comunidad artística de payasos, porque la familia se ha dedicado a este oficio durante más de 30 años.

El 12 de mayo, organizaron una caminata en Amatitlán para exigir que la pareja de payasito aparezca:

“Mis nietos extrañan a sus papás. Este Día de la Madre ha sido el peor de mi vida. Necesito que mi hija y mi yerno vuelvan a casa. Sus hijos no se pueden quedar solos sin sus padres. Ellos solo salieron a un show para divertir a otros niños, ellos sólo salieron a trabajar”, dijo llorando doña Victoria.

Los payasitos Chispita y Charquito estuvieron desaparecidos por 53 días. Fueron localizados sin vida el 30 de junio, por voz de una llamada anónima a la policía, enterrados en el asentamiento Luz de Cristo, Villa Lobos II, zona 12 de Villa Nueva. Según un informe del Instituto Nacional de Ciencias Forenses, los dos fueron estrangulados. Sus cuerpos estaban enterrados en una fosa en un monte.
El 3 de julio, las sonrisas de decenas de payasitos se vieron apagadas en Amatitlán, durante el entierro de la payasita Chispita, pero se desconocía porque nunca fue velada y sepultada junto a su esposo Charquito.

La noche del 5 de julio, en redes sociales se difundió un video de la mamá de Charquito:

“No hay ningún problema con la familia de mi nuera (Chispita), gracias a Dios nunca tuvimos un pleito o una pelea. Nos llevábamos rebien con la familia de mi nuera, éramos unidos. Yo también decidí y mi familiar que me ayudó a dar todas las vueltas. Él decidió que fuera enterrado en la capital porque ahí ya está comprado y ahí están nuestros demás familiares. Me hubiera gustado enterrarlos juntos, pero mis familiares son más de la capital que de Amatitlán y en ese lugar ya teníamos comprado. Por eso fue enterrado en la capital”.
También aclaró:

“Les quiero decir que los nenes de mi nuera no eran de mi hijo (Charquito), pero mi hijo los tomó como hijos de él. Mi hijo los adoraba, fueron unos ángeles para mi hijo quien los adoraba. Y yo a los tres los tomo como nietos. Sé el dolor que está sintiendo doña Victoria y le doy el pésame. Sigamos adelante. Bendigo en el nombre de Dios a quienes le hicieron daño a mi nuera y a mi hijo que no se metían con nadie, solo salían a vender paletitas”, expresó.

Pero el 7 de julio, la Policía Nacional Civil (PNC) reveló nuevos detalles sobre el caso de los payasitos, resultó que en las investigaciones, Charquito, tenía antecedentes criminales y se estaba determinando si mantenía vínculos con una pandilla, al igual que su esposa Chispita.

Jorge Aguilar, portavoz de la PNC, detalló que Charquito fue capturado en flagrancia de delito, en posesión de droga en hechos ocurridos el 28 de febrero de 2018 en Sacatepéquez.

El funcionario policial reveló que en ese año se le detuvo, cuando se desarticuló una clica del Barrio 18.

“En un cateo ejecutado en el sector 1, casa 5, Jardines de San Gabriel, municipio de San Juan Sacatepéquez, fueron capturados Melvin Alfredo Urízar Vásquez, de 22 años; Jonathan Geovany Urízar, de 28, y Nelson Steven Villatoro Escobar, de 18 años, mientras que una adolescente de 15 años fue puesta a disposición del juzgado respectivo, por haberles encontrado tres bolsas pequeñas con mariguana, nueve teléfonos celulares y 315 billetes de diferentes denominaciones”, dice el informe policial.

El vocero confirmó que se lleva a cabo una investigación acerca de Charquito y su pareja Chispita, eran personas activas en el Barrio 18 o si les hacían favores, esto tras la filtración de unas capturas de pantallas de unos chats de WhatsApp.

Según los mensajes de WhatsApp, la pareja de payasitos se dedicaba a recolectar dinero producto de extorsiones del Barrio 18. Sin embargo, en una ocasión se quedaron con las cuotas de la clica, lo cual habría provocado el doble homicidio.