Con una caballada muy flaca, la regidora Cristina Cabrera Flores, del extinto Movimiento 20/32, convocó a sus compañeros de lucha para festejar el cuarto aniversario, pero no se reunieron ni 100 personas…
Con una caballada muy flaca, la regidora Cristina Cabrera Flores, del extinto Movimiento 20/32, convocó a sus compañeros de lucha para festejar el cuarto aniversario, pero no se reunieron ni 100 personas…
Lo que una vez fue un movimiento real, paso a ser parte de un circo dirigido por Cristina Cabrera, pues ella trata de revivir lo que ya está en el olvido, y lo cual terminó sepultado cuando ella y su patrona Susana Prieto Terrazas, vendieron la dignidad de los obreros por puesto políticos.
Ahora Susana es diputada, se codea con la elite, así que come y bebe en los mejores restaurantes, mientras que Cristina Cabrera ganas 5 veces más que un obrero, incluso los afecta con decisiones a conveniencia de Mario Alberto López, La Borrega.
Mientras que Cristina Cabrera se queja de José Manuel Raygoza y Minerva Mata, quienes se deslindaron de Susana y ellas no los bajan de traidores, pero nunca pensaron que si ellas no hubieran vendido el Movimiento 20/32 a la política en Matamoros y en la federación, nada de eso hubiera pasado.
El festejo del cuarto aniversario se dio el 12 de enero en la Plaza Principal, por eso cuestionamos a los ediles José Manuel Raygoza y a Minerva Mata, sobre el por qué no habían sido invitados al festejo:
—Regidores porque no los invitaron, debieron invitar a la gente que formó parte del movimiento como ustedes- comentó el reportero-.
—Desconocemos…
Y es que gente como José Manuel Raygoza, sufrieron a causa de esa lucha, ya que fue levantado por miembros del crimen organizado en Reynosa, Tamaulipas, durante la disputa obrera.
Los regidores de Morena, José Manuel Raygoza y Minerva Mata, fueron puntuales en sus comentarios:
“El movimiento 20/32 fue un movimiento obrero, y creo que nadie más puede representarlo”, concordaron los ediles en darle el crédito a la gente obrera.
Y es que Cristina Cabrera, quien convocó a este festejó, ya dejó de ser obrera, olvidó su origen cuando decidió aceptar su cargo como regidora del Ayuntamiento de Matamoros, vendiendo la dignidad de quienes conformaron el Movimiento 20/32, por un chayote de 60 mil pesos al mes.