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ALBERTO ALANÍS VILLAREAL EL MISERABLE, REGRESÓ CON NUEVA IMAGEN, PERO PODRIDO POR DENTRO…

Braulio Aarón Pérez - 12 junio, 2021

Con el rostro brillante y cabellera pronunciada, Alberto Alanís Villarreal llegó a la Presidencia Municipal de Vallehermoso por segunda ocasión, cargando con un negro historial de nepotismo, corrupción y traición…

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Con el rostro brillante y cabellera pronunciada, Alberto Alanís Villarreal llegó a la Presidencia Municipal de Vallehermoso por segunda ocasión, cargando con un negro historial de nepotismo, corrupción y traición…

A pesar que se injertó cabello en la calva, cambió su forma de vestir y se esterilizó el mentón, su mala reputación como persona sigue intacta:

“Con todo y cambio de fisonomía, Alanís está podrido por dentro”, comentan panistas que lo trataron.

Y es que la primera ocasión en que Alberto Alanís Villarreal arribó a Palacio Municipal de Vallehermoso allá por 2005 el poder lo enfermó de soberbia, a tal grado que se peleó con los mandos del PAN y se negó a pagar la cuota al partido.

Para hacer notar que su jodencia quedó en el olvido, Alberto Alanís Villarreal el uno de enero de 2005, al ver tanto dinero junto, fue y adquirió dos vehículos último modelo para él y su entonces esposa, Marianela Alanís; aquel periodo de bonanza lo hizo olvidar cuando viajaba en un carro rojo que se caía a pedazos y que gastaba más aceite que gasolina.

Para entonces ya se había afianzado junto a una gavilla rapaz que durante los años de mandato se dedicaron a saquear las arcas municipales dejando en la miseria a la ciudad.

Para llevar a cabo su cometido, Alberto Alanís Villareal colocó a Juan Antonio Portales como su secretario del Ayuntamiento, y a Ofelia Marines Sarabia como primer síndico.

Era tanto su poder en el pueblo que ordenó meter a toda su parentela en la nomina del municipio cerca de 3 millones de pesos eran destinados a primos, tíos, cuñados y vecinos.

Uno de los priístas que pedía que el Congreso del Estado le hiciera un Juicio Político era José María Villarreal, el entonces presidente del PRI en la localidad (Vertical 577):

“El nepotismo es hablar de que incorpores a la función pública o a la nómina a tus familiares, entonces la Constitución Política lo prevé, el código Municipal de buen gobierno lo tipifica como un delito”.

—¿Usted quiere decir que puede ir a la cárcel Alanís?

—Definitivo, ¿por qué?, porque estamos hablando de algo totalmente ilegal, entonces no podernos ser congruentes como políticos al hablar de que practicamos y ponemos como ejemplo la democracia, si no respetamos a la ciudadanía, el buen gobierno y más que nada si no hay transparencia.

—Con esto que usted dice ¿le pueden mandar hacer una auditoria?

—El Congreso del Estado es quien tendría la facultad de analizar y revisar la denuncia, para efecto de que el Congreso la facultad que le da el ser uno de los tres poderes en el Estado que es el Legislativo, Ejecutivo y Judicial, para establecer si así se admite un juicio político, es para sancionarle en atención a lo que establece el código político, luego pasa al poder judicial y si está establecido a algo que debe ser penado, lo que establece la ley es que debe pagar con cárcel.

Las broncas que le acarraron sus excesos y alta soberbia, obligaron a Alberto Alanís Villareal a refugiarse en el trago, según versiones de Carmen Lilia Gaytán Méndez, La China Gaytán el entonces alcalde se gastaba el dinero del pueblo en carnes asadas y borracheras en el rancho del secretario del Ayuntamiento, Juan Antonio Portales.

Las farras eran descomunales, que incluso policías municipales iban a despertar a su jefe, en medio de una brecha, todo alcoholizado y con los pantalones ordinados. En una ocasión, al calor de copas, Alberto Alanís Villareal se armó de valor y fue a la casa de Juan Antonio Espinosa director del periódico El Búho a quien después de patalearle la puerta y orinarle, le reclamó sus publicaciones y además lo amenazó de muerte.

Conforme pasó el tiempo Alberto Alanís Villareal perdió a su esposa Marianela Alanís, además los panistas en el Estado y la localidad lo tenía en la mira, y para buscar su salida sin pagar las consecuencias se convirtió en aliado de Eugenio Hernández, entonces gobernador de Tamaulipas.

Para salvar su pellejo negoció operar a favor del PRI y en las elecciones del 11 de noviembre de 2007 aún siendo presidente municipal, ordenó pagar dinero a la gente para que votara por el PRI. Las cosas le salieron tan bien que entregó la alcaldía al priísta Hamid Name Pineda. A cambio de sus servicios, sus exuberancias y raterías fueron olvidadas y como premio recibió la dirección del Hospital Civil en Vallehermoso —Tal vez esta historia se le hace conocidas a los victorenses con Xicoténcatl González Uresti—.

Todas estas malas conductas, nepotismo, tracciones y corrupción quedaron en el olvido en un empolvado archivo de 38 expedientes, con 300 fojas que vagan en el CEN del PAN en México, cada uno acredita la mala conducta de Alberto Alanís, como militante panista y próximo presidente Municipal de Vallehermoso que abundante en operaciones estéticas afilas las uñas como gran roedor, listo para rasgar las arcas municipales…

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