Con una sonrisa y paliacate en la cabeza, se le ve a Lucio […]
Con una sonrisa y paliacate en la cabeza, se le ve a Lucio Requena Alonso por la Plaza Allende en El Barrio de la Capilla; lugares a los que les tiene mucho cariño porque allí vivió su infancia:
“Antes estaba todo muy bonito en aquellos años, había baile y las personas tenían más ambiente, ahora todos están muy restringidos. Antes había cines, estaba El Alameda, El Reforma, El Encanto, entre otros”.
Cuando recordaba su infancia, a su derecho lo acompañaba Karlita, una bella dama muy querida en el barrio, así que aprovechó para que la tenía cerca para decirle:
“A ver Karlita no te vayas, quiero tomarme una foto contigo, porque ya tengo tres años de conocerte”.
Karlita lo corrige:
“Ya tenemos cuatro años de conocernos moreno”.
Al ver que la lente del reportero los enfocaba, ambos se acaramelaron, mientras que Karlita le decía con una voz muy coqueta:
“Vente mi amor para que no digan”.
El reportero les pregunta si hay algún problema por estar tan juntitos, a lo que Karlita le responde:
A él no le dicen nada a mí sí: me matan ja, ja, ja…
Que los llegue a ver su hija, ja, ja, ja… pero sólo somos amigos y nos queremos mucho.
Al terminar la entrevista, ambos continuaron platicando, Lucio hacia reír a mandíbula abierta a Karlita, quien es muy risueña.