Director General: Julio Alberto Rubio Pérez

VIDEO: BRANDON DE 7 AÑOS DE EDAD MURIÓ, PERO NUNCA ABANDONÓ SU SUEÑO DE SER BOMBERO…

Oscar TreviñoJr. - 22 octubre, 2020

Brandon de 7 años de edad, nunca dejó soñar en ser un apagafuegos, […]

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Brandon de 7 años de edad, nunca dejó soñar en ser un apagafuegos, recién operado de apendicitis, esperó junto a sus padres Brenda Gómez y Virgilio Martínez, una cita en junio que nunca llegó para el Seguro Social en Monterrey, Nuevo León, hasta que murió, fue sepultado en el panteón de La Santa Cruz, lugar identificado como La Tumba del Bomberito.

Brandon a veces quería ser doctor para ayudar a la gente, pero volvía al carrito de bomberos, a jugar con sus tres hermanitos, especialmente con Edgar de 10 años, su inseparable amigo, que iban a la escuela Vicente Saavedra en su barrio de la colonia Siglo XXI y allí en compañía de Mía, jugaban a la hora del recreo.

Por eso, cuando se supo del deceso de Brandon, las madres de familia le han enviado el pésame por las redes sociales a Brenda Gómez, la mamá del pequeño, los amigos están desconsolados.

Cuando Brandon supo que su papá Virgilio y su tío Miguel, conocidos como Los Minions, pertenecieron al H. Cuerpo de Bomberos, se emocionó del trabajo, poco a poco empezó a pedir regalos como camioncitos y cascos de juguetes.

Se veía Brandon enfundado en el grueso abrigo con olor a humo, calzándose el casco protector, sus botas, pero encima del camión del H. Cuerpo de Bomberos de Matamoros, listo para entrar en acción.

En la mente de los niños todo se puede, por eso Brandon, soñaba combatiendo monstruos de fuego, rescatando familias, recibiendo el aplauso y reconocimiento de la gente:

“Papá, cuando sea grande voy a ser bombero”, le decía con su vocecita infantil a Virgilio.

Pero la alegría de Brandon se fue apagando a pesar de que le ardía el estómago de donde lo operaron de apendicitis, se lo ocultaba a su mamá, porque ni la quería ver llorar, ni se preocupara, pero a principios de octubre, su dolor se agudizó, por eso otra vez lo llevó al Seguro Social y como requisito para entrar, le hicieron otra vez pruebas de Covid-19.

Tanto Virgilio, empleado en la maquila Autoliv, como Brenda, se turnaban para cuidar a Brandon, pero un 11 de octubre por la tarde, su mamá que en ocasiones se hacía cargo de cuidar a sus otros tres nietos, le llamó para decirle que fuera al Seguro Social rápidamente.

Cuando llegó, hacía cinco minutos que Brandon se había ido al cielo con Diosito, a cada familiar le fueron llamando por celular y Roel, abuelito del pequeño, allá en Brownsville, recibió la fatal noticia, quedó en shock, se trasladó a Matamoros.

Sabiendo de la pasión de su nieto, espontáneamente, Roel decidió hablar con el comandante Humberto Salazar, luego con las autoridades de Coepris, para que el ataúd de Brandon fuera trasladado de la funeraria Matamoros al panteón de la Santa Cruz, en la máquina apagafuegos del H. Cuerpo de Bomberos.

Sin objeción, el 12 de octubre a las cuatro de la tarde, la máquina roja seminueva partió de las instalaciones de la Funeraria, cuando los bomberos, Roel, Virgilio, Miguel y demás familiares, subieron en la parte alta de la unidad  el ataúd blanco con detalles en dorado, donde moraba  Brandon.

Los vehículos con los dolientes formaron el cortejo fúnebre y partieron hacia el panteón de La Santa Cruz, ubicado en el kilómetro 6 de la carretera a Reynosa.

Durante el trayecto, con torretas encendidas, cada 10 minutos la sirena de la máquina apagafuegos lloraba, que ahogaba los lamentos de sus padres y sus familiares, mientras Brandon, recibía los tibios rayos de sol, por la tapa del ataúd.

El cortejo fúnebre llegó al panteón de La Santa Cruz, los familiares bajaron el féretro, que en sus hombros lo llevaron al lote 33, seguido de los bomberos con un nudo en la garganta.

Cuando Brandon rindió tributo a la madre tierra, ante el llanto de sus padres, familia, bomberos y enterradores, la sirena de la máquina se encendió, todos rindieron un sentido aplauso en la Tumba del Bomberito.

Lejos del mundo adulto, la pequeña Mía en su casa, entristecida le sigue preguntando a su mamá:

-¿Ahora quién va a ser su mejor amigo?

Mientras Edgar, ahoga su llanto en la almohada y en el regazo de Brenda, aunque sabe que Brandon, desde el cielo lo cuida.

Tanto Brenda Gómez, como Roel Martínez, en sus hogares han puesto un pequeño altar a la memoria de Brandon, tienen sus fotos, agua, velas, así que cuando los entrevistamos, la mamá nos respondió cuando le preguntamos si el pequeño solo quería ser bombero:

-Yo le decía que lo que quisiera ser, de grande siempre lo hubiera apoyado en todo, también quería ser doctor, quería ayudar a la gente o bombero, pero pues ni modo, solo dios sabe por qué hace las cosas.

Hizo una pausa Brenda y nos describe a Brandon:

“Era un niño muy noble, le gustaba ir a la escuela, ya quería regresar, él –Brandon-, sabía de todo, de la pandemia, por eso no podía ir. Antes de que se enfermera, quería ver su maestra Yuli Joya”.

A Brandon le dolía el estómago, así que su mamá  lo llevó al Seguro Social, le hicieron la prueba de Covid, como requisito para que lo atendieran un  9 de junio y una semana después, los doctores ni sabían por qué estaba enfermo, una semana después, un médico del que ni recuerda su nombre le aconsejó que tal vez era apendicitis y había que hacerle una cirugía:

“Le quitaron la apendicitis pero seguía con el dolor, el doctor me dijo que Brandon traía unos ganglios, me dio muestras para analizar por fuera del Seguro Social, que posiblemente era cáncer, pero lo hice tac, estaba bien, eso fue descartado y  el 7 de julio me lo dan de alta porque mejoró”.

Pasaron los meses y Brandon siempre alegre, a veces su carácter se apagaba y nos cuenta Brenda:

“Le preguntaba que si se sentía bien y respondía que si, lo que pasa es que nunca le gustó que estuviera mortificada, si él realmente se sentía mal, no me decía para que no me preocupara, pero lo volvimos a internar en el Seguro Social y otra vez pruebas de Covid, pero nada eso tenía, solo el dolor estomacal”.

Brenda se confiesa:

“Yo le pedí a Dios que se lo llevará si esa era su voluntad para que no sufriera, pero si hubiera qué escoger, prefiero irme yo, mi Brandon a mucha gente hizo feliz, todos los que lo queríamos estuvimos con él, Ahora a Diosito le tocará estar cuidando de las travesuras de Brandon, físicamente no está conmigo, pero yo sé que esté al lado mío”.

Roel Martínez, el abuelito de Brandon explica:

“Era un niño muy alegre, de eterna sonrisa, cuidaba a sus hermanitos, como yo sabía de la pasión de mi nieto, porque hace años yo también fui bomberos voluntario, pedí el trámite. Siento que eso quería Brandon y uno hace todos por sus hijos, por sus nietos…mucho más.

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