Director General: Julio Alberto Rubio Pérez

PUNTO ROJO

Política, chayote y una ramera a la que le llaman democracia…

Julio Alberto Rubio - 17 abril, 2020

Desde Mi Escondite: Apuntes Desclasificados. El periodista algo tiene de rencoroso, o más bien es rencoroso, y ese rencor mucho […]

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Desde Mi Escondite: Apuntes Desclasificados.

El periodista algo tiene de rencoroso, o más bien es rencoroso, y ese rencor mucho tiene que ver con el conocimiento de como funciona el aparato de gobierno, que posee una relación directamente proporcional con la cuestión económica.
En lo local, por ejemplo, don Gonzalo Martínez Silva (qepd), una pluma filosa que le dio lustre al periodismo por más de cuatro décadas en Tamaulipas, siendo muy amigo de don Jorge Cárdenas González (qepd), -de quien fue oficial mayor en su primera incursión como alcalde de Matamoros- acabó peleado con él y no precisamente por ideales.
La función pública siempre será motivo de interés para la Prensa en general y partiendo de que el periodismo es un negocio y la política también, la división entre ambos entes se da por pesos y centavos.
Cuando se quiere obtener un producto que se conoce como democracia uno de los ingredientes principales que hay que aplicarle, se llama libertad de expresión y allí van montados todos los elementos que la conforman, desde medios de comunicación hasta periodistas.
Pero como la política es una ramera comadre de la democracia entonces es aquí donde empieza el uso del dinero para comprar voluntades, para comprar plumas, porque ningún medio de comunicación puede vivir del voluntarismo.
En el caso de don Jorge, tenía su radiodifusora la XEEW, entonces, en ese tiempo, no había ningún control para el pago de medios de comunicación, y su empresa, legítimamente de acuerdo a la ley, operaba y se favorecía, aunque fuera él, alcalde, en tanto los demás como el periódico El Popular, que dirigía don Gonzalo, como no publicaba cosas bonitas del Ayuntamiento ni de sus funcionarios él tampoco les pagaba publicidad.
El periodista y el político siempre se van a necesitar, pero el político cree que su poder va a ser eterno, la verdad es que el político se va y el periodista sigue; el político deja un tiradero de corrupción en su ejercicio y si no tuvo buena relación con la Prensa, entonces va ser señalado con todo rigor.
Aunque suene fuerte esta es la realidad, porque así está articulada de manera natural la inclusión de los periodistas y los medios de comunicación en la democracia, una parte que, como tal, “participa” y cobra, y cobra bien. O me pagas o te pego. No se asusten, es la norma vigente desde siempre.
Decía don Gonzalo en sus columnas cuando se dirigía a don Jorge: “el alcalde de ustedes”, una forma democrática y acertada para remarcar que con él no había ningún arreglo y era válido, lógicamente a los jorgistas no les gustaba que se escribieran cosas en contra de su adorado, pero la democracia así era. Estamos hablando de 1990.
Pero mientras don Jorge exhibía a don Gonzalo como si fuera el periodista corrupto que escribía en contra de él porque quería dinero y él no le estaba pagando ni un cintillo para su periódico, sus operadores de Prensa Ramón Cholico (qepd) y Guadalupe Garza Ruedas repartían dinero en efectivo por pacas a otros periodistas y medios de comunicación y don Jorge lo hacía, no porque fuera muy dadivoso, sino porque su estación de radio no era lo suficientemente poderosa para contrarrestar la crítica mediática en su contra. Él como político estaba haciendo negocio del cargo y sabía que tenia que compartir, con los demás medios, así como lo hacía con su radiodifusora.
A la fecha no ha cambiado en nada el manejo de los medios de comunicación, porque todo sigue bajo la misma premisa; la política es un negocio y los medios de comunicación también. Nadie es hermana de la caridad. El pleito de las empresas periodísticas es que los gobiernos estatales y municipales tienen presupuestos incluso superiores al 7 % de su ejercicio, pero crean empresas de comunicación para agenciarse ellos mismos el dinero.
De aquí saquen sus conclusiones y apliquen su criterio, no se espanten cuando a los políticos los tunden en la Prensa, ni tampoco cuando el imputado se defiende, y cuando alguien le llame chayotero a un periodista, consideren -sin aceptar- que este esquema es parte de la democracia. Porque una despensa también es un chayote, un apoyo del gobierno a los ancianos también es chayote, el pago de una mordida a un tránsito también es chayote, la iguala de un obrero al líder sindical también es chayote…

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