De nuevo se deja ver otro caso de violencia por parte del Ejército […]
De nuevo se deja ver otro caso de violencia por parte del Ejército Mexicano, esta vez contra el albañil Eduardo David Velázquez Perales de 33 años que iba a comprar a una tienda S-mart en Nuevo Laredo, Tamaulipas el 14 de mayo, al resultar herido de gravedad al recibir dos impactos de bala, en la espalda y su brazo izquierdo.
Los hechos ocurrieron cuando Velázquez, residente de la colonia Lomas del Río, salió de su domicilio a bordo de un vehículo Charger rojo modelo 2014.
El albañil, al ver por el espejo retrovisor que se aproximaba un camión militar, decidió cederles el paso; sin embargo, en lugar de continuar su camino, los militares le cerraron el paso y una de sus camionetas lo chocó:
“Yo por respeto les dejé que pasaran, pero ellos (los militares), me cerraron el paso y una camioneta de los soldados me chocó y sin motivo alguno me empezaron a disparar”.
Allí en su cama en el Hospital de Nuevo Laredo, Tamaulipas, Eduardo David, relató cómo los militares abrieron fuego sin advertencia ni indicación de alto:
“Me dispararon en múltiples ocasiones y yo, por temor a ser asesinado como ha pasado en otras ocasiones aquí con otras personas, decidí huir”.
El albañil logró avanzar algunas cuadras por la carretera Revolución hasta toparse con un testigo presencial llamado Ángel Pérez de 29 años de edad, quien confirmó el relato del albañil:
“Yo iba por la calle Artículo 133 cuando me percaté que un carro rojo ya venía balaceado. Se salió de la calle el muchacho, me pidió el auxilio para llevarlo al hospital más cercano, que lo habían balaceado los soldados”.
Ángel Pérez lo llevó inmediatamente al Hospital Laredo:
“Traía unos balazos en la espalda y me repetía que no sabía por qué lo habían balaceado, sólo decía que fueron los soldados”.
El automóvil tiene como 15 orificios de bala en la parte trasera, ambos costados y enfrente, además de dos llantas ponchadas.
De esos disparos, dos lesionaron al albañil que permaneció hospitalizado en estado grave. Familiares y vecinos exigen justicia, denunciando que este tipo de agresiones del Ejército ya no son hechos aislados, sino parte de un patrón de abuso sistemático contra civiles.
Antes de ingresar al quirófano, porque fuera del nosocomio supieron de los disturbios de los militares y personal de la CFE, el albañil dijo: “yo no estaba armado, ni hice nada. Sólo quería ir a la tienda. Hoy estoy vivo de milagro”.