Cuando ordenó el entonces presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, la regularización de vehículos usados (autos chocolate), en la Oficina de Fiscal de Matamoros a cargo de Zoila Rodríguez Rangel, recolectaron credenciales de elector a la gente pobre a cambio de despensas, pero ese documento lo usó para nacionalizar varias veces vehículos en el Registro Público Vehicular (Repuve).

El escándalo se hizo, pero entonces Adriana Lozano Rodríguez, secretaria de Finanzas en el Gobierno de Tamaulipas la protegió, pero ahora que en febrero ya la despidieron, Zoila se enfermó y fue a dar al Centro Médico Internacional (CMI), nada de Seguro Social, ni Hospital General porque ella es Fifí.

Por si fuera poco, se peleó con los periodistas de Matamoros, amenazó a Julia Le Duc y a su amiga Yadira con levantarlas, luego a Nora Sandoval la humilló al igual que al viejo periodista Oscar Farías y otros tantos que luego se arrepintieron de denunciar porque le creyeron.

Le pidió ayuda a su “amigo” Ameriquito Villarreal Santiago, pero también se lo cambiaron a Coahuila allá con Sebien y se quedó chiflando en la loma, las madrinas, los padrinos se le acabaron, así se borró su sonrisa y con la cola entre las patas presentó su renuncia, pero la investigación de Repuve sigue su curso.

La vida política de Zoila Rodríguez radicó en montarse en una silla sobre la montaña rusa en que estaba en el Partido Encuentro Social (desaparecido) al igual que Mario Alberto López, La Borrega, que ganó las elecciones.

Así, Zoila estuvo en la nómina en la primera administración de La Borrega en las Secretaría de Fomento Económico, del Empleo y Turismo (ahora cambió a Secretaría de Desarrollo Económico y Turismo, porque ni un tendajo abrieron y eso que manejan un presupuesto de 20 millones de pesos anuales).

Creadora Zoila de Las Wonder Woman, un grupo de comerciantes en su mayoría ricas de Matamoros, las impulsó por encima de los vendedores de La Calle 9 del municipio; floja como ella acostumbra esperaba la mínima oportunidad para suspender tareas porque según ella, el Prian hizo La Callejoneada y debía desaparecer.

A La Borrega le llegó el chisme, pero la gota que derramó el vaso fue cuando en el primer año del Día del Pescador aventó el arpa, porque nunca hubo una mesa para su familia con ricos mariscos cuando se trataba de mesas comunales.

Por eso, a mediados de ese julio de 2022 Zoila renunció cuando la regañó La Borrega, pero ella ya tenía su jugada: se hizo “amiga” de Ameriquito (así le decía de cariño) Villarreal y rápido lo buscó lloriqueándole en busca de un trabajo, así de chiquito.

Comenzó a recordarle que cuando era secretaria operó en favor del gobernador, su papi de oro, desde un búnker en la colonia Sección 16 y tal vez así le alcanzaría para ocupar la Oficina Fiscal del Estado en Matamoros porque le sabía cosas a La Borrega, que prefirió a Rodolfo González Valderrama, el contrincante morenista.

Desde entonces a Zoila Rodríguez se le vio más cerca al equipo del Ameriquito, incluso se llegó a retratar con él porque manejaba la política de su papá en Matamoros, con reuniones junto a los morenistas afines.

Con los cambios en el gobierno del Estado, el panista Mario Tomás Reyes Silva dejó el cargo a su segundo, David Ramírez Morales, para que la nueva administración del Gobierno Estatal nombrara a su nuevo jefe.

Así el 30 de noviembre de 2022 entró Zoila a la Oficina Fiscal del Estado, pero en 20 minutos hizo cambios al son de:

“No quiero ver a David cerca, ni lo quiero ver aquí abajo. Súbanlo al tercer piso, de asistente de la responsable de nóminas”, justamente era cuando había cargas de trabajo por la regularización de autos chocolates, y de pronto comenzaron a llegar jaurías de coyotes, el aullido en la Ocho y Morelos, era muy común.

Incluso, los permisos de venta de alcohol los entregaba la propia Zoila y, sonriente, se tomaba una fotografía y las publicaba en páginas oficiales de Facebook y allí, los malos de Matamoros, tenían el dato, nombre, depósito o cantina y a cobrar derecho de piso, eso es lo que se sigue diciendo.

Peor se puso la cosa cuando Zoila amenazó a las periodistas Julia Le Duc y Yadira Herrera; impedía la entrada a periodistas con sus cámaras de video y fotografías; humilló hasta el llanto a Nora Sandoval que reportea en silla de ruedas, pero a finales de noviembre de 2024 estalló la bomba.

El personal de la Oficina Fiscal del Estado en Matamoros a cargo de Zoila Rodríguez Rangel, endilgó cargos de derechos vehiculares a cientos de personas, robando sus identidades, aprovechándose de su posición de vulnerabilidad.

Todo esto en vísperas de campañas políticas cuando activistas deshonestos de Morena recolectaban credenciales de elector a la gente pobre a cambio de despensas, pero ese documento lo usaron para nacionalizar vehículos en el Registro Público Vehicular (Repuve).

Confirmó Gonzalo Ruíz, coordinador de Repuve el robo de identidad de cientos de personas, además de sumarse más denuncias por trámites manipulados en la Secretaría Municipal de Bienestar Social en tiempos del alcalde Mario Alberto López y en la Oficialía Primera del Registro Civil ubicada en la colonia Modelo.

Las denuncias comenzaron a registrarse desde septiembre de 2023 en colonias de asentamientos humanos irregulares donde viven familias con mucha necesidad a las que se les achacaron hasta diez automóviles, tal como ocurrió en la colonia Independencia y Las Cumbres.

Los funcionarios se presentaban con despensa en mano y como promotores del voto de Claudia Sheinbaum, entonces precandidata a la Presidencia de la República, prometiéndoles además enviarles ayuda federal, por lo que les solicitaban una copia al 200% a color que el propio interesado tenía que costear a cambio de 500 pesos, incluso a muchos de ellos ni siquiera les llegaron las despensas.

En entrevista con el entonces encargado del Repuve, Raúl Quintanilla, dijo ante las cámaras, estar seguro de que el fraude provenía directamente de la Oficina Fiscal del Estado, además de señalar que dicho órgano estatal padecía su peor momento en la historia en manos de Zoila Rodríguez Rangel.

Explicó que Zoila tenía un séquito de guaruras que impedían el paso a su oficina y hasta de ingresar con celular para evitar que grabaran lo que sea que pase allí dentro:

“A la hora que quiera la señora Zoila, yo me siento con ella por un lado; yo le muestro mi trabajo y que ella me muestre el de ella, a ver en qué consiste para que no andemos conque a chuchita le dan calambres”, retó sin temer Raúl Quintanilla a la jefa de la Oficina Fiscal del Estado aquel 10 de abril del 2024, pero ella se negó.

Después Zoila Rodríguez habló en una visita con Adriana Lozano Rodríguez, entonces titular de la Secretaría de Finanzas del Estado, de que había un ataque de un sector de la prensa, aunque luego sus propios empleados la desmintieron.

Lidia González Treviño denunció públicamente en septiembre de 2023 que, tras su despido de esa unidad recaudatoria, requirió tratamiento psiquiátrico para tratar su depresión a raíz del maltrato ejercido por Zoila Rodríguez Rangel:

—¿En la Oficina Fiscal hay recaudación ilegal? —preguntó en aquel entonces Julio Alberto Rubio, director general de la Revista Vertical a la afectada—.

—Sí.

—¿Por qué podrían cobrar?

—Por las citas. Si no traes cita, pagas; solo así te pasan en la puerta.

Zoila ya sabe que la está investigando el Fiscalía Especializado en el Combate a la Corrupción de Tamaulipas, por eso “alguien” le recomendó que presentara su renuncia, total ella tiene la consciencia tranquila: hizo su escrito, lloró y se fue.