De pronto en Matamoros existe un inusitado interés para que se conozca a toda costa que Félix Rosano Gamundi es el nuevo jefe de la Oficina Fiscal del Estado, después de que la institución recaudatoria estuvo exactamente tres meses consecutivos acéfala, después de la renuncia “obligada” de Zoila Rodríguez Rangel.

Sin ser una sorpresa para Félix Rosano, las instalaciones de la Oficina Fiscal del Estado estaban libres de coyotes el 14 de mayo y las calle 20 y Bustamente —donde se ubica la oficina estatal—, se podía transitar libremente cerca del medio día, adiós a las filas para salir de esa zona.

Desde temprano en los diferentes grupos de periodistas de Whatsapp se corrió la voz:

“Vayan a la Oficina Fiscal ya nombraron a un nuevo jefe”.

Fue el 14 de marzo cuando Zoila Rodríguez renunció como jefa de la Oficina Fiscal del Estado por recomendación de “un amigo”, porque le abrieron una investigación en la Fiscalía Especializada en el Combate a la Corrupción de Tamaulipas corroborada por Lidia González Castillo, a quien dos años atrás despidió por negarse a ser partícipe, sufriendo malos trato de Zoila y quien también la denunció públicamente en este medio de comunicación.

La renuncia de Zoila se venía venir luego de que su madrina política Adriana Lozano Rodríguez fuera despedida por Américo Villarreal Anaya, gobernador de Tamaulipas, a principios de este año, aunque ella haya tratado de componerle como una “renuncia”.

El personal de la Oficina Fiscal del Estado en Matamoros a cargo de Zoila Rodríguez Rangel metió en aprietos a cientos de personas vulnerables, cuando endilgó cargos de derechos vehiculares, robando sus identidades, cuando algunos de ello ni coche tenían.

Todo fue en vísperas de campañas políticas, cuando activistas deshonestos de Morena, recolectaban credenciales de elector a la gente pobre a cambio de despensas para usar ese documento en fraudes para nacionalizar vehículos en el Registro Público Vehicular (Repuve).

El robo de identidad lo confirmó Gonzalo Ruíz, coordinador de Repuve, además de sumarse más denuncias por trámites manipulados en la Secretaría Municipal de Bienestar Social en tiempos del alcalde Mario Alberto López, La Borrega y en la Oficialía Primera del Registro Civil ubicada en la colonia Modelo.

Las denuncias comenzaron a registrarse desde septiembre de 2023 en colonias de asentamientos humanos irregulares donde viven familias con mucha necesidad a las que se les achacaron hasta diez automóviles nacionalizados, tal como ocurrió en la colonia Independencia y Las Cumbres.

Los funcionarios se presentaban con despensa en mano y como promotores del voto de Claudia Sheinbaum, entonces precandidata a la presidencia de la República, prometiéndoles además enviarles ayuda federal, por lo que les solicitaban una copia al 200% a color que el propio interesado tenía que costear a cambio de 500 pesos, incluso a muchos de ellos ni siquiera les llegaron las despensas.

En entrevista con Julio Alberto Rubio, director de Revista Vertical, Raúl Quintanilla, entonces encargado del Repuve en Matamoros, dijo ante las cámaras, estar seguro de que el fraude provenía directamente de la Oficina Fiscal del Estado, además de señalar que dicho órgano estatal padecía su peor momento en la historia en manos de Zoila Rodríguez Rangel:

“A la hora que quiera la señora Zoila, yo me siento con ella por un lado; yo le muestro mi trabajo y que ella me muestre el de ella, a ver en qué consiste para que no andemos conque a chuchita le dan calambres”, retó sin temer Raúl Quintanilla a la jefa de la Oficina Fiscal del Estado aquel 10 de abril del 2024, pero ella se negó.

Durante la primera semana de mayo de éste año, la diputada local, Guillermina Magaly Deandar Robinson que lleva muy buena amistad con Félix Rosano, porque ambos son de Reynosa, Tamaulipas y además trabajaban en la Legislatura 65, le hizo una oferta:

—En Matamoros está sin cabeza la Oficina Fiscal del Estado, ¿te interesa?, eres abogado, con todos te llevas bien, el gobernador Américo Villarreal, me encargó que buscara alguna persona…

—Sí, claro, licenciada.

—Pues prepárate, le diré a Américo, además tú lo conoces muy bien.

De esa manera, Félix Rosano lo consultó con su esposa, debido a que ella tiene su consultorio en Reynosa, Tamaulipas, además de trabajar en el Seguro Social.

Así, el matrimonio acordó que ella se quedaría allá y mientras Félix trabajaría en Matamoros, quedándose por el momento en un hotel hasta encontrar un departamento cómodo y sobre todo, que no se inunde, así como en Reynosa.

De esa manera, Félix presentó su renuncia en la Secretaría de Recursos Materiales de la 65 Legislatura en Tamaulipas con sede en Ciudad Victoria, se declaró listo y justo el lunes 12 de mayo, la diputada Magaly, le llamó a su celular:

—Listo, ya vente por tu nombramiento, estoy acá en la oficina del Gobernador.

Así, esperó por algunas horas su nombramiento y con café en el estómago recibió el nombramiento, hizo su maleta, pero antes le dijo a su asistente Iván González, originario de Matamoros y conocedor de la política local: “adelántate voy para allá”.

Iván González llegó a la Oficina Estatal, pero Félix olvidó la diferencia de horario, por eso es que llegó a Matamoros entre cinco y seis de la tarde, cuando solo había pocos empleados y se presentó.

Así, el 13 de mayo Félix Rosano, conoció los diferentes departamentos, hizo recorridos, algunas juntas breves con los empleados, pero los empleados de la Oficina Fiscal, específicamente un tal Manuel o Mario, prohibieron que se acercaran los coyotes “hasta nuevo aviso”.

Por eso, Iván González marcó a los teléfonos celulares de los periodistas de Matamoros para avisar del nuevo funcionario:

“Por favor avisen a todos, luego nos ponemos a mano”.

Al preguntarle a Félix Rosano si conoce al exgobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca, que tiene orden de aprehensión, se arremolinó en su nuevo asiento en su oficina y respondió:

—Nosotros somos de Reynosa, pero la verdad, con ningún panista he hecho amistad, ni creo entablar plática con alguno de ellos.

Pero hay otros datos: Félix Rosano en Reynosa ocupó en el gobierno municipal la Subdirección de Impuesto Predial y Catastro de la Secretaría de Finanzas, justo cuando Cabeza de Vaca era regidor.

En tanto, cuando Félix Rosano era entrevistado, el que esto escribe notó que el servicio al público para personas discapacitadas era pésimo allí en los pasillos de la Oficina Fiscal del Estado, señoras que usaban sillas de ruedas y bastones para caminar eran mal atendidas.

Las señoras, discretamente —porque se negaron a ser entrevistadas—, nos dijeron que Mario, “el que está en la recepción”, a la entrada ni siquiera fue lo mínimamente atento y que al momento de solicitar ayuda para retirar las placas de su coche, fueron cruelmente ignoradas por él y todos sus achichincles.

Nadie de los empleados hace el favor de ayudarlos, incluso cuando las medio atienden se ríen y carcajean viendo su celular, solo si reciben propina guardan el dispositivo electrónico.

A ver si el nuevo jefe de la Oficina Fiscal del Estado, interviene para que los atiendan, aunque no tengan para una gratificación.