Al fondo, el corral de Prensa estaba perfectamente delimitado, mientras que al frente las mesas colocadas en forma de cuadro tenían los asientos apartados para los políticos y funcionarios, el Auditorio de la Junta de Aguas y Drenaje planta dos, estaba listo para dar inició a la tercera reunión de consejo, hasta donde llegó el presidente municipal, Mario Alberto López, La Borrega y dejó ver su autoridad por encima del gerente general, Marco Antonio Hernández Acosta; sentó al centro, tomó la información para examinar de qué trataba y ordenó que comenzara la junta:

“Damos inicio a la reunión de consejo, solicito al secretario de listas que pase lista de asistencia”.

El reloj marcaba las 12:01 horas del jueves 20 de abril, cuando la mano del director jurídico, Gilberto Anaya Camargo tocó el hombro de alcalde, palpando su fina guayabera, se acercó una y otra vez para informarle al oído, en cada arrimada que le pegó a la oreja, con la otra mano volteaba el micrófono del jefe de la comuna para evitar que el altavoz filtrara el secreto, mientras el secretario Isidro César Laun García, representante de la Cámara de la Industria de la Transformación, nombraba a los consejeros, quienes dos reuniones anteriores ya había hablado en lo oscurito con el alcalde y su gente:

“Contador público Isidro Jesús Vargas Fernández, diputado local del Congreso del Estado -pasaba lista el secretario Isidro César Laun García-…”.

Para ese momento, el diputado Isidro Vargas no estaba presente, solamente el gerente general de la JAD, Marco Antonio Hernández Acosta; el secretario del Ayuntamiento, Carlos Ballesteros Gálvez; la secretaria de Desarrollo Social, Saraí Martínez Dragustinovis, y con el amparo federal número 1238-2022-1 en la bolsa, el representante de consejeros de colonia A.C., Oscar Alberto Rodríguez García, quien leía las hojas que le hicieron llegar, pues era su primera reunión del año en la que estaba presente, hacia notar su humilde apariencia, ya que le negaban el acceso en pasadas sesiones de Consejo porque no pertenecía a la pomposa sociedad política.

Al sitió arribó el secretario de Desarrollo Urbano y Ecología, Samuel Vega García, quien le dio un beso en la mejilla a Saraí Martínez para enseguida responder: ¡presente! La puerta se volvió a abrir y llegó Luis Fernando Joachin, representante del director general de la Comisión Estatal del Agua, Raúl Quiroga Álvarez, lo mismo pasó con Gilma Alcocer Cortez, quien se le vía distraída fuera del tema, hurgaba en su bolso una y otra vez sin encontrar nada.

En la misma mesa sentaron el diputado local Isidro Vargas, quien llegó 12 minutos tarde a la reunión y se mantuvo callado, solamente se mordía los labios y se llevaba la mano a la cara, encontraste al representante de la Canaco en Matamoros, Abraham Rodríguez Padrón, a quien se le veía más dócil con el presidente municipal y su gente, cada vez que hablaba era para aventar puras flores.

En el rincón unos con el teléfono celular en mano y otros secreteándose como estudiantes en la aula de clases, el gerente comercial, Emérico Anaya, el gerente administrativo, Sergio Eduardo Zermeño, la gerente del PIAS Lorena Fernandez, el gerente técnico, Salvador Treviño, -quien a cada momento observa el reloj, ya que tenía que acompañar a su familia, pues su madre Laura Graciela Garza Sarabia había fallecido y el se comportaba como todo un profesional ante el público presente- junto a la comisario Maria de Los Ángeles Zubizar Ramírez, se preparaban para presentar su informe trimestral.

El primero en pasar al frente fue Sergio, quien detalló punto a punto las deudas que la paramunicipal tiene con el SAT desde 2010 que son más de 371 millones de pesos, proveedores con más de 60 millones de pesos, la cual durante este trimestre aumentó más de 16 millones de pesos.

Para aclarar esta deuda el alcalde interrumpió a Sergio y dijo que era parte de un manejo de crédito con los proveedores, pues han mantenido bajo el incremento del adeudo:

“Logicamente se nos incrementa, pero es normal el saldo que traemos de 16 millones por que es parte de la operación de enero, febrero y marzo”.

El gerente continuó hablando de la adeudo que el organismo del agua mantiene con el municipio de Matamoros, cifra que asciende a los 443 millones de pesos, por conceptos de pago de Aguas Nacionales y Descargas y Descuento de sus Participaciones, así como las deudas por los prestamos adquiridos en Nadbank y Cofidan que ambas suman 159 millones de pesos.

Emérico Anaya se colocaba sus gafas de aumento y miraba el teléfono celular, su nerviosismo era latente, pues su turno estaba por llegar, el cual recibió con una mueca en su rostro, se levantó de la silla y ajustó su pantalón para meter sus manos a las bolsas del pantalón. Tomó el micrófono y con la voz entre cortada se presentó para detallar la cifras que componen el padrón de usuarios de la JAD, con un total de 176 mil 439 usuarios entre domésticos, comerciales e industrial y publicos.

El gerente detalló que más de 80 personas que eran usuarios clandestinos hicieron un convenio con la JAD. Después pasó a la siguiente diapositiva que comparaba los ingresos del primer trimestre del 2022 con el 2023, los cuales el primero tenía la cifra de 130 millones 218 mil 523 pesos, el segundo con 141 millones 425 mil 987 pesos .

Le tocó el turno a Salvador Treviño quien presuroso dio su explicación de las reparaciones en la colonia Santa Elena y otras que ha hecho la JAD, para después retirarse y pasarle el micrófono a Lorena Fernández quien sin rumbo comenzó a hablar como merolico guatemalteco, mientras el jefe de la comuna la corregía a cada momento.

Luego de unos minutos también pasó la comisario María de Los Angeles quien mostró el organigrama actualizado de la paramunicipal para después someter a votaciones cada uno de los cambios que se habían llevado acabo por medio del consejo. El diputado Isidro Vargas salió de prisa junto con el alcalde quien dio entrevistas a modo para después abandonar el lugar, mientras el legislador se le pegó, pues se le iba a cuestionar sobre el aumento del 7% que la JAD va aplicar y que ellos maquillan como un ajuste necesario para el organismo.