El ardor que causó la pintura de Zapata con estilo afeminado es solamente el reflejo de lo que como sociedad se vive en un esquema donde se busca la pluralidad y la equidad de género…
El ardor que causó la pintura de Zapata con estilo afeminado es solamente el reflejo de lo que como sociedad se vive en un esquema donde se busca la pluralidad y la equidad de género, una utopía que solo causa división.
Pintar a Zapata en pelotas o de la manera en que se le antoje al artista es algo que no tendría que cuestionarse porque la libertad es plena y es para todos, aunque duela.
Lo que si tenemos que reconocer es que como sociedad no estamos preparados para ser tolerantes y tampoco nuestras leyes ni los que las aplican tienen calidad moral para obligar a que seamos tolerantes, allí están los disturbios que han ocasionado las féminas que hicieron destrozos en la Procuraduria capitalina hace unos meses en forma infraganti y la policia solamente se quedó a la expectativa.
Hablar de igualdad y todo eso que conlleva al equilibro social aplica en países donde hay mecanismos para encausar a las masas y darles atención; donde hay recursos para asegurar los espacios.
Un ejemplo simple en nuestro país es el uso de los baños de los lugares públicos incluyendo las escuelas donde los niños con inclinación homosexual son maltratados por sus compañeros de tal manera que en el sanitario para hombres no son aceptados y tampoco en el de mujeres.
En este ejemplo vemos que la equidad de género es nula, porque el gobierno no se hace responsable de tener un baño a donde acudan los que no encajan en lo tradicional, porque de acuerdo a lo estimado ellos también tienen derecho a su espacio.
Lo mismo si lo aplicamos en política se habla de equidad de género de hombres y mujeres, y los demás qué, dónde está la igualdad, porque en estricto apego a la justicia el Estado como ente justo debería considerar que la población no solo se conforma de varones y hembras.
Si analizamos bien el sainete que se armó por el óleo de Zapata, los que defendieron la obra y lucharon para que siguiera en exhibiciones fueron los miembros de la vanguardia homosexual; y los que la condenaron fueron los hombres y mujeres con espíritu conservador de los géneros tradicionales.
Lo que nos deja claro una expresión artística como la pintura de Zapata que debería ser vista de manera normal, es que la lucha que viene en el país no es simplemente por la equidad de género, es por la inclusión de todos los géneros y estamos hablando de mujeres que les gustan las mujeres y de hombres que les gustan los hombres. Ellos también quieren baño aparte.