Con daños en las bardas rompeolas, en los techos de los baños sanitarios, en dos edificios de baños públicos y cocina, en el estacionamiento central, más de 50 palapas destrozadas, 40 cabañas deterioradas, el chapoteadero infantil destrozado, todo por el azote de Alberto, Francine, Milton y Manlio Antón Villar Martínez, entonces director de la Playa Bagdad, constataron en un recorrido al balneario José Alberto Beto Granados, presidente municipal y Benjamín Hernández Rodríguez, secretario de Turismo en Tamaulipas.

Todo esto sin tomar en cuenta el anuncio monumental a la entrada de Playa Bagdad, que en la época del Alcalde Mario Alberto López, La Borrega, hoy diputado federal, jamás fue reparado, así como tampoco el distintivo gigantesco que daba nombre al balneario, cuyas letras fueron apiladas en la enorme bodega en lugar de volverlas a montar, que albergaba al personal de Protección Civil por órdenes de Manlio Villar.

Tampoco, sin tener en cuenta los baños del chapoteadero, que Manlio Villar optó por destruirlos cuyas instalaciones costaron 20 millones de pesos, que ni siquiera mandó reparar la subestación eléctrica, por eso en las noches al suspenderse la energía, la concesión de playa Bagdad quedaba a oscuras, sin agua y luz.

Sin tomar en cuenta la delimitación de carriles en la carretera, reforzar el número de postes con luz mercurial, en las avenidas de las instalaciones playeras y de pilón, en el primer día de trabajo del alcalde Beto Granados, todavía cobró Manlio Villar la entrada a la playa su gente de confianza, que todavía siguen trabajando en el nuevo ayuntamiento.

Precisamente antes del recorrido con la gente de Beto Granados y el Secretario de Turismo, Benjamín Hernández, ambos dijeron a los representantes de los medios de comunicación, que era un recorrido para ver daños y cómo repararlos para Semana Santa.

Justo allí, al pie del monumento a Cristobal Colón, Benjamín Hernández se quedó sin palabras, cuando le regalamos un tríptico de su Secretaría de Turismo, donde ni siquiera menciona a la Laguna Madre, una de seis en el mundo con agua hipersalina.

El tríptico “Quédate un Día en Tamaulipas”, consiste en invitar a los paisanos que cruzan por Tamaulipas durante las vacaciones para que conozcan la riqueza cultural y turística puesto en marcha en 2023 y le dieron más impulso en 2024.

Enmudeció Benjamín, tímidamente dijo:

“Sí es nuestro”.

Pero la respuesta se fugó del pensamiento de Benjamín, el silencio se hizo pesado, hasta se podía escuchar allá a lo lejos el rumor de las olas del mar y Beto Granados, rápido que toma la palabra para decir:

“Bueno sí, luego lo ponemos, pero me da gusto estar en la playa bla-bla”.

En el recorrido se vio lo peligroso que quedó el pavimento, que junto con el rompeolas del estacionamiento se separó, luego la comitiva pasó de la orilla del mar a los baños de hombres, la aula que alberga a Protección Civil, Cruz Roja donde está la vieja barandilla policíaca, lugares que por falta de ventilación permanecen cerrados, luego dieron paso al edificio de mujeres, entre baños y regaderas.

Allí los comerciantes de artesanías playeras, así como Javier Quintana, presidente de la Asociación de Prestadores de Servicios Turísticos de la Playa Bagdad, le pidiera al alcalde Beto Granados que los incluyera en sus actividades.

Sucede que para nada fueron tomados en cuenta en la Feria Tamaulipas 2024 de Ciudad Victoria, por lo tanto a la gente del mar en Matamoros, los que menos tienen, los hicieron a un lado.

Allí, peló los ojos Miry Leal, de la jefatura de Turismo en la Secretaría de Desarrollo Económico, sus chapitas se sonrojaron, porque algunos de los funcionarios municipales y estatales voltearon a verla.

Otra revisión a las instalaciones sanitarias, pero antes se le insistió al alcalde Beto Granados, que junto con la comitiva observaran las instalaciones de la subestación eléctrica, porque están para llorar, pero la puerta estaba cerrada con candado.

Revisaron las cabañas, al secretario de Turismo, Benjamín Hernández ya le andaba por irse, a cada rato se fijaba en la hora de su reloj de pulsera, ni siquiera podía decirse que andaba a gusto, se veía fuera de lugar, hasta la arena le calaba.

Tanto a Beto Granados y Benjamín Hernández, sin saber, fijaron su vista en la concha acústica que le mostraba detrás de las cabañas municipales, Humberto Francisco Salazar, encargado de la Playa Bagdad, porque justo al costado estaba El Chapoteadero que costó 20 millones de pesos y que Manlio Villar, lo echó a perder.

Por eso cuando concluyó el recorrido, Beto Granados explicó que sería aventurado manifestar alguna cantidad como 80 millones de pesos para hacer reparaciones y esperar a Semana Santa, por lo tanto el municipio pondrá la mitad y la otra el gobernador, Américo Villarreal, pero primero los especialistas harán un plan:

“Con eso, estableceremos algunas cifras y de allí vamos a partir, cuando tengamos el plan de acción”.