Apenas se asoma el sol y Dharius Ignacio de 48 años de edad, […]
Apenas se asoma el sol y Dharius Ignacio de 48 años de edad, se levanta para comenzar otro día de trabajo como vendedor de rosas, pues así ha sido su vida desde hace ya 23 años.
Todos los días desde las siete de la mañana, Ignacio se dirige a la calle Sexta y Diagonal para comenzar con su venta y aunque la gente ha dejado de comprar rosas por el precio tan elevado, Ignacio no se desanima.
A las dos de la tarde, Dharius deja de vender, pues aclara que a esa hora llega su competencia y cómo no quiere tener problemas decide retirarse del lugar e irse a su casa, pues ya para ese momento ha ganado algo de dinero.
Ignacio explica que cada rosa la vende en 20 pesos, pero este mes que es del amor y la amistad el precio eleva y es cuando la gente se queja, porque antes la docena rosas estaba en 120 pesos y ahora la encuentran en 300.
Y es que Ignacio también necesita sacar algo de ganancia, pues con la distribuidora Aris el paquete de 20 rosas le cuesta 320 pesos, y hay días en los que Ignacio dice que quiere ser vendedor de aguas, pues él señala que no le conviene ganar tan solo 80 pesos al día.
Sin embargo, Ignacio sigue adelante y jamás se desanima ya que, para él, vender rosas se le hace un trabajo honrado.